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Tag: intec

Los intecianos son profesionales de guerra

“Los profesionales de INTEC tienen una calidad probada”. “Son personas de guerra, no les importa el horario y el tiempo invertidos”. “Son más prácticos, buscan soluciones rápidas”. “Son incansables, trabajadores, disciplinados y exigentes”. Estas afirmaciones provienen de empleadores de un grupo de 77 empresas líderes en manufactura, construcción e infraestructura, servicios financieros, telecomunicaciones y otros sectores de la economía nacional, entrevistados por la firma ASISA Reserch Group para una investigación cualitativa sobre egresados del INTEC y su posicionamiento en el mercado laboral, solicitada por la Dirección de Desarrollo y Egresados. El objetivo ha sido conocer las ideas y percepciones que tienen las principales empresas empleadoras del país de los egresados del INTEC en cuanto a: características generales que los diferencian, competencias, fortalezas y debilidades, así como similitudes y diferencias con los egresados de otras universidades nacionales.

El estudio se enfocó en indagar las características percibidas por gerentes de recursos humanos en los egresados de Ingeniería y Negocios, de grado y post-grado, tomando en consideración que estas dos áreas representan el 80% de la población egresada de la universidad.

Los resultados son halagadores. En sentido general, se les percibe con un excelente nivel académico, empleados, disciplinados, orientados a resultados, con un excelente manejo del tiempo, proactivos, con rápida adaptación al cambio, un buen desempeño bajo presión y dispuestos al aprendizaje… “Yo no sé si es por la forma en que les dan las clases, que es más práctica, o porque ellos son más enfocados, no sé, tienen algo”, afirma uno de los entrevistados de una empresa constructora. “Se muestran muy seguros para realizar cualquier asignación, son muy seguros de sí mismos”, destaca un entrevistado del sector Comercio. “Aceptan retos y críticas de mejora, son muy receptivos”, observa un entrevistado de la industria de Servicios Financieros y Seguros.

“En una escala del 1al 5, le daría un 5. Los estudiantes de INTEC me gustan muchísimo”, dice una de las ocho empresas de Manufactura. Y en un mundo profesional cada vez más globalizado, un entrevistado de la industria turística agrega un dato importante: “Si tuviéramos que sacar profesiona les dominicanos para mandarlos a otro país, creo que los de INTEC sacarían ventajas”.

Estas características, en principio bien valoradas, entrañan también riesgos. Así lo observan algunos informantes. “Se les crece un poco el ego”, según un reclutador del área de la Construcción. En palabras
de una de las cuatro empresas de la industria de Energía y Minas abordadas en el estudio: “Pueden trabajar bajo presión, se acostumbran a eso en INTEC, pero a veces trabajan muy rápido sin analizar las cosas a profundidad, orientados más a trabajar sobre la base de resultados”. “Yo soy egresada de INTEC – explica una entrevistada de Telecomunicaciones- y si no me veo presionada no respondo”, confiesa.

Sentados sobre la marca país

Los países, como las personas, tienen características propias, algunas notorias, otras difusas. Descubrir rasgos cargados de identidad y plasmarlos en un objeto capaz de convertirse en una marca propiamente dominicana fue el reto que asumió un grupo de estudiantes de la materia Proyecto de Diseño de la carrera de Diseño Industrial. La misión: explorar esa identidad que nos diferencia y nos hace únicos y convertirla en un objeto de la vida cotidiana. Una silla… Marca País.

Así, bajo la dirección de Angélica Rodríguez, la profesora de la asignatura, doce diseñadores se volvieron ebanistas y, antes de tomar la sierra y taladro, tuvieron que buscar sus respuestas a preguntas como ¿qué significa un mueble para los dominicanos?

“En nuestro país el mueble es un objeto cultural de mucho arraigo y carga simbólica- explica Angélica Rodríguez- y en sus características puede ser una marca país”.

Para diseñar sus propuestas, Montserrat Díaz, Leonor Castillo, Richard Delgado, Richard Rivera, Erick Hernández, Leannis Lebrón, Marielys Rodríguez, Michelle Almonte, Edgar Mateo, Joanny César, Silvia Ricard y Stephanie Smith tuvieron que explorar el mundo de la ebanistería criolla, realizar visitas de campo al pequeño distrito maderero de Villa Consuelo, “VillaCon”, y a la fábrica Rattan Dominicano, la única empresa dominicana que fabrica modelos con guanos y expresamente promueve su desarrollo, entrevistarse con expertos en propiedad intelectual especialistas en signos distintivos, entre los que figura la Marca País. Antes de comenzar a fabricar sus propuestas, realizaron una tertulia sobre el tema con estudiantes de otras universidades.

Así llegó la hora de subir al taller y fabricar. “Es emocionante vivir en carne propia el proceso de fabricación de un producto que yo misma diseñé”, dice Montse. “Los tropiezos durante el proceso de construcción me enseñaron a ahorrar material y pensar en la elaboración del mueble durante el diseño”, comenta Marielys.

“Me di cuenta de que soy capaz de diseñar un mueble tomando en cuenta todos los factores ambientales, económicos y de fabricación”, agrega Richard Rivera.

Los modelos, cada uno con los rasgos de su creador y todos muy “dominicanos”, se exhibieron por un mes en el lobby de la sala Julio Ravelo de la Fuente de la Biblioteca de la universidad. El proyecto culminó el 20 de mayo con una subasta de los ejemplares. Por consenso, los fondos obtenidos fueron donados al Asilo de Ancianos Santa Rosa de Lima.

“Les aseguro que nuestros estudiantes de diseño serán los egresados con mayor incidencia en la producción nacional,” confía Angélica Rodríguez Bencosme.

El poder de las sillas

Nelson Taveras tiene más de una razón para celebrar: ganó el primer y segundo lugar de “Diseña la Silla 2011”. Fue uno de los estudiantes de Diseño Industrial de INTEC que participaron en el concurso dirigido a estudiantes universitarios celebrado en junio en el marco del First Interior Design Show, en el Hotel Dominican Fiesta. Y a todos les fue muy bien: de las 8 piezas finalistas, 4 (las dos de Nelson, la de Richard Delgado, y la de Leanny Lebrón) eran intecianas.

Sentado sobre su esfera de cartón corrugado, a la que ha bautizado “Moon Chair”, silla luna, Nelson nos cuenta cómo nacieron estas piezas ganadoras. Y comenta que su favorita, en principio, era la silla puente (“Bridge Chair”), no la Luna, por lo innovador del diseño de piezas independientes unidas sin pegamento con soga tensada, a partir del concepto estructural del arco en la distribución de la fuerza. “En esa me fajé por varias semanas”, explica. La Luna, que resultó la favorita del jurado, tuvo a su favor la escasez de recursos que obligó a Nelson a cambiar de materiales.

“El hecho de que fuera en cartón ayudó mucho. Yo tenía mis votos jugados en la otra, porque es más innovadora, pero supe que la gente prefería la Moon”, explica.

“Ambos conceptos son geniales”, comenta Arancha Toribio, con un orgullo que se filtra por la colita de los ojos. Como coordinadora de la carrera, está que no cabe en sí misma: “Lo chulo de nuestros proyectos es que todos los muchachos construyeron sus sillas, no sólo las diseñaron. Y eso hace una gran diferencia”. Lograr resistencia y comodidad pegando planchas de cartón en plano seriado es como para un premio. Que resulte cómoda, aun más. Así como lo es lograr un ottoman (o una butaquita, como quieras verlo) desarmable en forma de arco perfecto.

Quizá no lo hubiera logrado solo, pero no fue necesario descubrirlo. Contó con sus compañeros, tanto en apoyo monetario como en horas de trabajo. Alejandro Alcázar, por ejemplo, compartió con Nelson cuatro amanecidas. “El corte lleva mucho tiempo, porque es un proceso manual y tiene que ser muy perfecto”, cuenta.

Arancha también se siente premiada. Después de todo “nuestras ideas y nuestra Escuela están saliendo de las cuatro paredes de la universidad, y eso me gusta”. Ojalá, insiste, todos se animen en participar en este tipo de iniciativas. ¡Y a ganar!

EL SERRUCHO

El “Design Power” como dice Arancha, se muestra en colectivo. El tiempo para fabricar los prototipos era breve, (¿qué hay de nuevo en eso?) y escaso el dinero disponible. Todo el presupuesto se le fue a Nelson en la primera silla, la “Bridge”, cuya fabricación salió en 6,500 pesos. Producir la “Moon” en playwood habría salido en unos 14,000 pesos, en cambio, si la hacía en cartón, bajaba a 8,000. Aun así, los numeritos no daban. Pero los compañeros decidieron a ayudarlo. Alejandro Alcazar, Narciso Contreras, Claudia Liranzo, Laura Portuondo, Laura Bengoa, Elsy Andújar, Emilia Espaillat, Amaya De Jesús, Adrián Medrano e Iván Reynoso hicieron una colecta y sumaron entre todos 5,000 pesos. No importa cuántas sierras haya en el taller de Diseño, ese serrucho mostró compañerismo y sentido de equipo. Ese es el premiazo. 

Cumpleaños felizzz!!

¡Cómo pasa el tiempo! Uno ve a los hijos crecer… Todo ocurre tan rápido que cuando te das cuenta, te están diciendo abuelo. Esto ha ocurrido con el equipo de LaColmena. Todavía no somos abuelos pero igualmente estamos sorprendidos: WOW, ¡nuestro primer año! ¡Nuestro número 6! Sumando páginas, llegamos a 84, juntando ejemplares distribuidos, dan 12,000. ¿Cuantas aulas podríamos alfombrar con todo lo que hemos producido?

Es excelente ver como lo que inició entre dudas y sudores se ha vuelto un ejercicio bimensual de búsqueda de nueva información de calidad e interés para nuestros lectores. Hace un año, nuestro primer volumen fue aceptado con curiosidad y sorpresa. Coincidía con las elecciones y el tema principal abría el debate sobre el dilema de “votar o no votar”. La Oda al Facebook del Cumpleaños felizzz!! Sin velita para que no se queme, celebramos el primer año de nuestra revista estudiantil Redacción | relaciones.publicas@intec.edu.do Dr. Pichón anunciaba el debut del INTEC en las redes sociales.

En el segundo número las 12 páginas iniciales se volvieron 16. Y crecieron los colaboradores: una ilustradora, una economista y un tecnólogo, además de dos egresados, se sumaron a las voces de LaColmena.

LaColmena es un gran proceso entre muchos colaboradores: Khayssy Cruz, Adah Hernández, Nathaly Reyes, Ana Polanco, Joao Rodríguez, Ailín Lockward, Fanny Vargas, José Miguel Sánchez, Jennifer Castro, Randy Holguín, Adaritza Pérez, Gía Gómez, David Mella, Adriana Del Conte, Luvil González y Daryelin Torres. Foto: Ian DeLemos

 

La tercera entrega vino “zumbando” con los jóvenes de Ultimate y el carro de Fórmula SAE que construye un equipo multidisciplinario de estudiantes, entre muchas otras novedades. Con Intecnología nos fuimos a 20 páginas. Y en el número 5 el grupo “Raycast” nos daba la portada: La primera película 3D dominicana, 3 al Rescate, dirigida por dos egresados, fue el punto de partida de una interesante entrevista. Las chicas Voltus nos hablaron de su cartera anti-robos e hicimos una revisión de las opciones que ofrece el INTEC para cumplir con la lista de “propósitos de año nuevo”.

Y esto apenas comienza. Para el equipo responsable de esta publicación lo importante es seguir aprendiendo, descubriendo y contando lo que los estudiantes han hecho del INTEC. Porque lo cierto es que sin alguien que haga proyectos, que innove, emprenda y aprenda, el INTEC no sería lo que es. LaColmena es la colectividad, no el espacio que la aloja.

El Joseador

¿Qué profesor dará tal materia? ¿Qué sesiones estarán abiertas este trimestre? ¿En qué sesión está el profesor bueno… O mejor aún, para ni asomarme por ahí, “el malo”? Si hay algo de lo que estamos seguros es de que esa información solo está en manos de dos personas: Registro y el Joseador.

No, no es un empleado de INTEC. Es el informante silente que ningún profesor detecta, pero todo estudiante conoce. Todos conocemos a un joseador. Todos tenemos un amigo que se sabe todas las sesiones del próximo trimestre desde la semana 11 del trimestre en curso.

Es ese pana relajado con cara de “nada me preocupa”, producto de la escasez de nervios que le ocasiona
a cualquier inteciano la idea de que se le junten tres profesores “cañón” el mismo trimestre.
Camina con seguridad por los pasillos y su único miedo son las sesiones tipo “Ciencia de los materiales”
o “Presupuesto empresarial” que no hay forma de rejugar porque son sesiones 01.

Muchos son los mitos e historias de la procedencia del joseador. Hay quienes dicen que es oriundo del  area de Ingeniería, pues tenía miedo de Vesselina o de Cordero. Otros dicen que el acta de nacimiento del mismo dice “Área de Ciencias Básicas” y es el único capaz de dar la muela suficiente para que  Campusano lo cambie de sesión. Sea cual sea su procedencia, lo cual, en estos momentos no es importante (lo discutiremos en otro número) de algo sí estamos seguros: el joseador es solidario y comparte la  información con sus demás amigos intecianos.

La semana 1 es su reino, cuando, luego de haber seleccionado el trimestre “perfecto”, se encarga de difundir la información para ayudar a los menos afortunados… informados.

Se sabe por dónde ha pasado un joseador porque hay un grupo de más de 30 personas MUY decididas y seguras de que quieren la sesión 04, los martes y jueves, de 4 a 6, repentinamente y de forma muy  articular para esa materia que está más dura que la crisis del 2004. Ojo, éste es solo 1 de varios tipos de  oseadores. Los hay de diferentes calibres que van desde el joseo profesional de sesiones hasta el joseo de trabajos finales dignos de una presentación de tesis.

También existen otros mitos, menos comentados y creídos, pero que de ser ciertos, serían el joseador
perfecto: La Joseadora. Sí, mi gente, imagínense a una mujer inteciana, con el cuchillo en la boca (como hay muchas) decidida a que “esa sesión NO”. Ufff, pasaría hasta desapercibida gracias a los prejuicios.

En conclusión: el josear es un servicio que solo algunos pueden ofrecer. Todo el mundo josea, por
lo menos una vez en la vida. Pero para otros, es realmente una rutina, una tarea cotidiana. Para bien o para mal es parte de nuestra naturaleza de supervivencia Inteciana.