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Tag: Medicina

Nos pusimos la bata blanca para recordar a Carlos Quezada

Durante la XII Ceremonia de envestidura de Bata Blanca se mostró un material audiovisual con fotos y vídeos del fenecido estudiante y sus compañeros. La profesora Adriana Oliart motivó a los estudiantes a ser médicos con un alto sentido humano

SANTO DOMINGO. Carlos Quezada debió ser uno de los futuros médicos del Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC) que recibiera su bata blanca durante la décima segunda ceremonia que realizó viernes 9 de febrero de este año el Comité de Estudiantes de Medicina (CEMED), sin embargo, no estaba. Hace cinco meses emprendió un nuevo viaje, a destiempo.

Sus compañeros de promoción estaban vestidos de gala, sonriendo, pero realmente tristes. No estaba su amigo, con el que habían soñado vivir apasionantes momentos una vez tuvieran la posibilidad de ir a los hospitales a curar a los enfermos.

Cuando la estudiante María Celeste Polanco Santana se paró frente al podio para agradecer a los profesores y a los familiares no pudo dejar de recordarlo, las lágrimas contenidas por todos rodaban por las mejillas de los compañeros de promoción de Carlos, y de todos los presentes en el acto, aún sin conocerlo.

María Celeste Polanco Santana habló en nombre de los nuevos preinternos.

“Durante todo este recorrido, uno de nosotros, de este gran equipo, emprendió un nuevo viaje; y aunque no se encuentre cerca físicamente, no olvidamos que la amistad, mejor dicho, la hermandad es una conexión que no desaparece con la distancia y que siempre estará aquí, en nuestros corazones, aun cuando no es totalmente visible a nuestros ojos. Hay quienes traen al mundo una luz tan grande que incluso después de haberse ido, esa luz permanece, y tú, Carlos Quezada, eres una motivación para todos nosotros”, dijo con la voz entrecortada.

María Celeste recordó a sus compañeros cómo fue su primer día de clases “nos levantamos más temprano y más emocionados en toda la carrera, tal vez el único día en el cual teníamos todo fríamente calculado, la ropa, nuestra mochila e incluso estábamos despiertos antes de que sonara el despertador a pesar de que la clase era a las 7 de la mañana”, narró al tiempo de reconocer las expectativas sobre lo que ocurrirá en el preinternado.

En la actividad, realizada en el Salón de Eventos del Edificio de Ciencias de la Salud “Ana Mercedes Henríquez”, participaron el decano adjunto doctor Fernando Santamaría y las doctoras Alba Beltré, coordinadora de relaciones de relaciones institucionales; Gabriela Anzani, asistente de proyectos, y las profesoras Yokasta Mateo y Adriana Oliart.

“Como parte del INTEC, al recibir su bata blanca asumen un nuevo reto, y es poner en alto los valores y actitudes que nos caracterizan, tales como independencia y autonomía, actitud propositiva y emprendedora. Honradez, responsabilidad y honestidad, vocación de servicio y compromiso con la sociedad, con la vida y la calidad”, les indicó Oliart.

Emocionada, la profesora les dijo a sus alumnos que dejarían de ser tomadores de exámenes y aprobadoras de asignaturas, para darse cuenta de que el mundo los ve con ojos diferentes.

La doctora Adriana Oliart se dirigió a sus estudiantes.“Recuerden que este es el momento de equivocarse y aprender de estos errores, de sentir temor y pedir ayuda, de reconocer la importancia de tu rol un proceso de recuperación un paciente, pero sobre todo de trabajar duro, ser humildes, cuidar de los pacientes y ser responsables de sus acciones”, enfatizó.

El presidente del Comité de Estudiantes de Medicina (CEMED), Olmar Reyes, tuvo las palabras de cierre de la ceremonia que marca el inicio de un nuevo ciclo de preinternado y en la que estuvieron presentes los padres y familiares de los envestidos.

Olmar Reyes, presidente del CEMED.

“Como ya habrán notado, su entrada a Ciencias Clínicas trae consigo el contacto con el paciente, un momento ideal para afianzar el concepto de médico en que querremos convertirnos, médicos comprometidos con buscar soluciones a los principales problemas de salud que nos afectan, médicos con vocación para servir a los más desfavorecidos, médicos con ánimos de cambio, mejora y fortalecimiento de nuestro sistema, sin embargo, quiero tomar estas palabras de clausura para exhortarles a que trabajemos para convertirnos en médicos curiosos, profesionales guiados por la evidencia  y generadores de conocimiento a través de la investigación”, manifestó Reyes.

Fundidos en un abrazo.
Estudiantes lloran mientras ven imágenes de Carlos Quezada.
Los futuros médicos realizan juramento Hipocrático.
Los futuros médicos realizan juramento Hipocrático.
Estudiantes muestran felicidad de haber alcanzado la meta de ser preinternos.

Espera, ¿Te conozco?

En la actualidad, muchas personas se creen con el derecho de juzgar las vidas de los demás. Se tiene una curiosidad que sobrepasa los límites y la falta de tacto para preservar la intimidad de un tercero no abunda. Así lo plantea José Aponte, estudiante de Medicina.

Por: José R. Aponte Marte/ Estudiante de Medicina

Siento que quiero escribir acerca de 99 cosas distintas pero,como todo, empezaré por la más
urgente.

En casi 23 años he pasado por muchas etapas en mi relativamente corta vida; mi personalidad se ha inclinado hacia escuchar muy por encima de dirigir la conversación. Escuchar y juzgar eran mis dos actividades preferidas, luego llegaron los años universitarios (los cuáles aún estoy cursando), y escuchar fue lentamente desapareciendo. Juzgar se apoderó de mi casi por completo.

La razón por la que prefería escuchar es que escuchando se obtiene información, y cuando conversas con alguien esto es precisamente la meta: obtener tanta información como nos sea posible.

Es parte de la naturaleza humana conocer a un individuo y tratar de suponer o conocer todos los hechos acerca de esta persona que simplemente apareció, aquí está frente a ti, y solo hay un número finito de cosas que puedes saber de él o ella en los primeros diez minutos de interacción, lo cual provoca ansiedad.

La situación empeora si consideras a la persona en cuestión atractiva; es como si tu interior se volviese un mar inagotable de curiosidad y tienes que sacarlo o reemplazará el aire de tus pulmones ahogándote completamente (tal vez un poco exagerado, pero es solo para establecer un punto).

Habiendo dicho esto, tener este sentimiento no es el problema, las acciones en respuesta al mismo lo son. De verdad quiero que analicemos lo siguiente porque es importante: si apenas conozco una
persona, ¿Tengo derecho cuestionar su vida privada?

La respuesta es no, no tengo derecho. Si cuestiones como si alguna vez he intentado suicidarme, con quién tengo o no tengo sexo, y mis conflictos mentales fuesen de dominio público figuraran en cada una de nuestras cédulas. ¿De verdad hemos caído a tal nivel de narcisismo que pensamos que el día a día de una persona debe encajar en la palma de nuestras manos? ¿Somos “millennials”, y por eso tenemos todo el derecho de saber cada detalle de la vida de nuestros vecinos? Como si nuestras vidas y nuestro ocio personal son lo único que importa.

¡Hey! Te tengo noticias, compartes el mundo con aproximadamente 7,600 millones de personas y hay una razón por la cual no nos comunicamos telepáticamente (sí, a lo Sense8), y esa razón es que el concepto de privacidad aún existe, y te guste o no, no llevamos nuestras experiencias en la frente. Yo decido que comparto y tú decides que compartes.

La próxima vez que decidas compartir verbalmente algo que no te corresponde con el individuo
en cuestión o con otros, piensa: “¿Conozco lo suficiente a esta persona como para tocar este punto acerca de su vida?”, si la respuesta es no, sugiero que lo entierres muy dentro de ti, te hará mucho mejor ciudadano del mundo.

Intecianos tendrán su primer contacto con pacientes

En una ceremonia encabezada por el decano del Área de Ciencias de la Salud, 27 jóvenes fueron investidos con la Bata Blanca que marca el inicio del pre-internado

 

SANTO DOMINGO. Luego de atravesar los primeros once trimestres de su carrera, llega un momento en que los estudiantes de medicina no pueden esperar más para dar el siguiente paso: por fin comenzar a tratar pacientes reales, en las clínicas y hospitales del país, y poner en práctica sus conocimientos. La investidura de la Bata Blanca es para los estudiantes del Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC) un momento para celebrar esa importante transición.

Con la presencia del decano del Área de Ciencias de la Salud, doctor Raymundo Jiménez, así como de decenas de padres y amigos, 27 intecianos recibieron su bata blanca durante la novena ceremonia de imposición que celebra la universidad, desde 2015 cuando inició esa tradición.

La actividad, que se realizó en el Salón de Eventos del edificio de Ciencias de la Salud Ana Mercedes Henríquez, fue un emotivo encuentro en que los estudiantes mostraron un audiovisual sobre sus años de estudio hasta el momento que destacaba los estrechos lazos de hermandad que les une como médicos en formación e Intecianos.

Las emociones llegaron a flor de piel cuando las estudiantes Anmer Yelitza Vidal Valdez y Sara Daniela Freites Candelario tomaron la palabra para agradecer en nombre de todo el grupo a Dios, a sus padres y familiares, a sus docentes y a todos sus compañeros, por todo el apoyo recibido para poder llevarles a este punto de su carrera y de su vida.

“No es fácil llegar, se necesita ahínco, lucha y deseo, pero sobre todo apoyo como el que hemos recibido durante todo este tiempo por parte de ustedes. Ahora más que nunca se acredita nuestro cariño, admiración y respeto. Gracias por lo que hemos logrado, queremos que sepan que el objetivo logrado también es de ustedes, así como todos los que seguirán viniendo. Gracias”, expresaron en un sentido discurso.

Junto a Sara y Anmer, recibieron la bata blanca Yelitsa Vidal Valdez, Bianca Rivera Brache, Carla Nicole López González, Mario Antonio Miranda Patrono, Julio Enmanuel Arias Luna, Génesis Lourbranys Lantigua Polanco, Ismael Reyes De la Rosa, Shantal Mariel Jon Cosme, Mariela Stephany González Disla, Johnathan Jiminián Castillo, Franchesca Fanith Cordero, René Saldivar, Nicole Arnaud, José Eduardo Paéz Soto, Priscila Montás, Sheila Santos, Yennifer Méndez Mateo y Pamela De León Méndez.

El acto de investidura de la bata blanca es organizado por el Comité de Estudiantes de Medicina del Instituto Tecnológico de Santo Domingo (CEMED-INTEC), con apoyo del Área de Ciencias de la Salud de la universidad, y se realiza trimestralmente. A partir de esta etapa de sus carreras, los futuros médicos cursarán asignaturas como infectología, cardiología, pediatría, ginecobstetricia, neurología, y otras especialidades médicas.

La primera investidura de la Bata Blanca se realizó en 1993 en la Universidad de Columbia, Estados Unidos, con el objetivo de recordar a los médicos en entrenamiento la importancia de la empatía con los pacientes y simbolizar el compromiso con su educación y desarrollo como científicos.

 

Estudiantes de Medicina del INTEC exponen en congreso internacional

Cinco investigaciones de estudiantes de Medicina presentadas en BIO-INTEC fueron expuestas en el congreso internacional Innovamundi, que será celebrado en Brasil

 SANTO DOMINGO. Un grupo de 18 estudiantes de Medicina del Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC) expusieron cinco investigaciones científicas que realizaron, con asesoría de sus profesores, durante el congreso de innovación e investigación científica “Innovamundi” que se celebra en la ciudad de São Paulo, Brasil, del 23 al 31 de octubre.

Los jóvenes, que cursan su cuarto trimestre académico, presentarán los resultados de sus estudios a través de una videoconferencia. En el congreso presentarán además investigadores de Colombia, Chile, Canadá, China, Cuba, Finlandia, entre otros.

Los resultados de investigaciones realizadas por estudiantes del INTEC que serán expuestas durante el congreso son: “Frecuencia del Síndrome de Hipertensión Intracraneal en pacientes con tumores cerebrales que asisten al servicio de Neurocirugía de un Hospital de Santo Domingo, República Dominicana”, realizada por los estudiantes Oscar Ramírez Polanco, Lía Rodríguez Martínez y Mario Salcedo Peña asesorados por la doctora Silvia Thomas Olivero; “Análisis del perfil sociodemográfico de las adolescentes embarazadas asistidas en una unidad de atención integral de un hospital de Santo Domingo”, de Melysa Martínez, Luis Guzmán y Paulette Reyes con el doctor Omar de la Rosa y “Evaluación nutricional del personal docente de la carrera de medicina de una universidad de Santo Domingo”, presentado por Marino Rodríguez Carol Sánchez, Mariel Germán y Richard Mateo, con apoyo de la doctora Victoria Soñé.

Además, “Correlación cito-histológica de las lesiones escamosas intraepiteliales del cuello uterino en pacientes que acudieron a consulta ginecológica a un hospital de Santo Domingo”, realizado por Analiz Mena Gómez, Garibaldi Cabrera, Génesis Oviedo Pérez y Eliana Sánchez Pérez, con la asesoría de la doctora Marylenia De los Santos De León, y “Frecuencia de enfermedad nodular tiroidea en los pacientes que asisten a los servicios de sonografía en un hospital de Santo Domingo”, presentado por Laura Pardilla, Laura Jovine, Laura Santana y Andreina Guzmán, con la asesoría de la doctora Jacquelin Díaz Rodríguez.

Todas fueron presentadas durante la 74 Jornada de Investigación Estudiantil en Salud BIO-INTEC, que organiza cada trimestre el Área de Ciencias de la Salud de la Universidad, con el objetivo de que los alumnos presenten los resultados de investigaciones científicas de impacto social en las áreas de cardiología, cirugía general, endocrinología, ginecología y obstetricia, neurología, hematología, nefrología, nutrición, oftalmología, otorrinolaringología, ortopedia, psicología y pediatría.

La investigación es una práctica transversal a todos los programas del Área de Ciencias de la Salud del INTEC, que además incluye la recién abierta carrera de Odontología, en el nivel de grado, y especialidades en ocho áreas de la oftalmología, maestrías en Bioética, Nutriología Clínica, y de Obesología y Dietética, entre otros, para el nivel de postgrado.

Internado de Medicina Social, formando médicos más humanos

INTEC inició el programa , hace 41 años, con el objetivo de conjugar  la docencia, el servicio y la investigación para formar médicos con un enfoque familiar y comunitario

 SANTO DOMINGO. Antes de culminar sus estudios, los estudiantes de Medicina del Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC) deben hacer sus maletas y retirarse durante dos meses a participar en el Internado Social, un programa que les permite tener vivir una experiencia de contacto con pacientes en comunidades necesitadas del país.

El programa inició en el año 1973 bajo la premisa de formar médicos con sensibilidad social y vocación de servicio. Transcurridos 41 años, sigue siendo el único internado en medicina social del país.

Los médicos egresados del INTEC tienen la vocación de ejercer con consciencia social.
Mónica asiste a los pacientes en la UNAP de Villa Sombrero.

Los primeros estudiantes de medicina hicieron lo que denominaban la Pasantía Rural en los campos situados entre las escarpadas montañas del municipio Cambita Garabitos, de San Cristóbal. Desde el 2007, el escenario cambió a las unidades de atención primaria de los municipios y distritos municipales de la provincia Peravia, y la clínica La Romana, desde donde los futuros médicos desarrollan las competencias profesionales para una efectiva relación médico-paciente.

El profesor Emilton López, coordinador del internado, asegura que la fortaleza de este proceso académico radica en que los estudiantes entran en contacto con la realidad social del país y cortan el “cordón umbilical” que los mantiene atados a su familia, a sus amigos y su entorno. En promedio al año rotan cuatro grupos de 23 a 52 estudiantes cada uno.

El programa, con el que se inicia el internado, ha sido diseñado con un abordaje integral, de manera que el médico pasante, al tiempo que se familiariza con las normas y procedimientos de actuación del plan básico de salud, en el primer nivel de atención, también se sensibiliza sobre la calidad con que deben prestarse los servicios y la orientación ética de las intervenciones.

Además de prestar servicios en la unidad de atención primaria a la que fueron asignados, los jóvenes realizan visitas domiciliarias, llenado de ficha de salud familiar, visita a los centros educativos para realizar evaluaciones de agudeza visual y actividades de salud escolar y de género, y búsqueda de desviaciones de la columna. También se integran en actividades culturales de la comunidad y las que se efectúan en beneficio del medio ambiente como reforestación de árboles en el Sifón de Matagorda, recogida de plásticos y siembra de árboles en Punta Salina;  recogida de plásticos en el cerro de Peravia, entre otras.

En primera persona

Mónica Guerrero habló sobre su experiencia en el Internado de Medicina Social.

Mónica Guerrero, quien vivió la experiencia del Internado de Medicina Social recientemente, asignada a la Unidad de Atención Primaria del municipio de Villa Sombrero, Peravia, recuerda cómo las personas de la comunidad se dirigían a ella y sus compañeros con mucho respeto, a pesar de su evidente juventud, y les solicitaban servicios de salud.

 “Ayudamos al médico titular y a los médicos pasantes en distintos aspectos, entre ellos realizar la historia clínica del paciente, tomarles los signos vitales, somos como una especie de asistentes a lo interno de la UNAP, pero también tenemos la responsabilidad de realizar jornadas de vacunación, de planificación familiar y otros aspectos que son para beneficio de la comunidad que se nos asigna”, indica la joven médica.

La doctora Muriel Pérez, actual coordinadora de la jornada de investigación en salud Bio-INTEC, afirma que el internado social es el primer encuentro que tienen los estudiantes con la situación de salud pública a nivel rural.

Muriel Pérez rodeada de pacientes.

“Es un proceso de adaptación con muchos retos puesto que la experiencia es muy abarcadora, en el sentido que no solo compartimos los aspectos médicos sino los sociales, culturales y económicos de los habitantes del lugar al vivir junto a ellos por 12 semanas”.

Pérez asegura que es en el internado donde el estudiante tiene más oportunidades de humanización de los servicios de salud, puesto que no es tratar una enfermedad o un síntoma, sino tratar a un paciente de manera integral, comprendiendo su situación como un eslabón desencadenante. “Vivir esas semanas significó para mí una afirmación de que la medicina debe hacerse con entrega, pasión y sobretodo con vocación”.

El internado de medicina social tiene un enfoque familiar y comunitario en el que se conjuga la docencia, el servicio y la investigación, ya que uno de los objetivos de este proceso de enseñanza es que el estudiante identifique un problema de la comunidad a la que fue asignado y proponga una solución a través de un ensayo bien estructurado.

Las carreras de Medicina y de Odontología integran la oferta de grado del Área de Ciencias de la Salud del INTEC, en tanto que la de postgrado incluye maestrías en Bioética, Nutriología clínica, Obesología y Dietética, Salud Integral del y la adolescente y especialidades en Nutriología clínica y en varias áreas de la oftalmología.

Olmar Reyes: “Estudien para salvar vidas, no para pasar exámenes”

Unos 23 estudiantes de Medicina del INTEC recibieron la bata blanca que los identifica como preinternos. Ahora dejarán las aulas para empezar a recorrer los hospitales

SANTO DOMINGO. “No estudiemos para pasar exámenes, sino para estar preparados para que el día que seamos la única cosa que nos separe del paciente y de una enfermedad nefasta, podamos resolver los problemas. Sigamos estudiando para salvar vidas”, exhortó Olmar Reyes, presidente del Comité de Estudiantes de Medicina del Instituto Tecnológico de Santo Domingo (CEMED), a sus compañeros de carrera que fueron investidos con la bata blanca que los identifica como pre-internos.

En una ceremonia cargada de emotividad y en la que el trabajo en equipo fue vital para poder celebrarla, el joven estudiante les relató a sus colegas que en el preinternado será muy común recorrer los pasillos de los hospitales de día y de noche.

Olmar Reyes, presidente del CEMED

“Afianzarás y harás nuevas amistades, conocerás más colegas de otras universidades, visitarás muchas camas cada una con una historia diferente y con una lección qué aprender, y será en muchos pacientes que encontrarás la motivación para seguir a pesar de la dificultad”, les dijo.

 

Les recomendó estar preparados para enfrentar todas las sorpresas que puedan venir, “Para vivir con intensidad el presente y aprovechar el poco tiempo que les queda como compañeros de clases. Pensemos en grande para que seamos grandes doctores, seamos hambrientos de conocimiento. Les exhorto a trabajar juntos a seguir equipo”.

En consonancia con las palabras de Reyes, el decano del Área de Ciencias de la Salud, Raymundo Jiménez, les dijo a sus estudiantes que tener conocimiento y pasar exámenes, son dos cosas importantes y necesarias para seguir adelante, “pero más que eso, lo que deben procurar es adquirir los conocimientos”.

“Hay que adquirir el conocimiento aprendiendo con la sed del que no ha bebido agua por mucho tiempo y esos conocimientos lo vamos a aplicar a nuestros pacientes como si fuera una persona querida por nosotros”, enfatizó el médico pediatra.

El doctor Jiménez dijo a sus alumnos: “Da la sensación de haber cumplido la mitad de camino. Yo veo su carrera como subir a una montaña. Subir da mucho trabajo, entonces ya ustedes están a la mitad del camino de esa excursión, ahora les falta empezar a bajar para llegar a su destino que es al otro lado, pero bajar también da bastante trabajo y si el camino está mojado es peor todavía. Lo importante es que cada vez que caigan se puedan levantar y seguir adelante porque todos nos hemos caído alguna vez en la vida, tanto en la carrera como en la vida, pero hemos sabido levantarnos, sino no estuviéramos aquí”.

En el acto que se realizó en la Sala Julio Ravelo de la Fuente de la Biblioteca Emilio Rodríguez Demorizi, Reyes les indicó a sus compañeros que de ahora en adelante tendrán la responsabilidad de irradiar con lo aprendido en las aulas los valores de excelencia académica, rigor científico, solidaridad, responsabilidad social y respeto a la diversidad representados en el logo de INTEC que llevan en sus batas.

“Ya sabes el concepto de prevenir enfermedad y ahora te preparas para hacer diagnósticos tempranos, instalar un tratamiento oportuno y rehabilitar al paciente, sin embargo, a partir de ahora deberás comenzar a pensar si serás de aquellos que ponen en el centro de todo al ser humano, aquellos que tienen en mente y corazón el hecho de servir a los demás y no de servirse a ellos mismos, aquellos que portan no solo conocimientos, sino valores que nos hacen más humanos”, recalcó el futuro doctor.

La ceremonia de Bata Blanca se realiza trimestralmente, este acto significa la transición de la vida en las aulas al contacto con los pacientes en los hospitales. En esta etapa los futuros médicos cursarán asignaturas como infectología, cardiología, pediatría, ginecobstetricia, neurología, en fin, las que son especialidades médicas.

Estudiante de Medicina publica libro de auto superación

El inteciano Paul Guerra Rosado, de 17 años de edad, publicó la obra “Robinson Parkinson y la puerta de las dos vidas” en su natal comunidad de Tireo, Constanza

SANTO DOMINGO. Con apenas 17 años de edad, el estudiante del primer año de la carrera de Medicina del Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC), Paul Guerra Rosado, publicó recientemente su primer libro “Robinson Parkinson y la puerta de las dos vidas” durante un acto celebrado en su natal distrito municipal de Tireo Arriba, en Constanza.

La presentación de la obra, que fue catalogada como una novela fantástica y de auto superación, se realizó en la Sala Capitular del Ayuntamiento de Constanza y contó con la presencia del alcalde de ese municipio, Ambiorix Sánchez; del alcalde de Tireo Arriba, Amarante Serrata Veloz y de la vicealcaldesa, Larimar Suriel, los jóvenes de la Pastoral Juvenil de la Parroquia Santiago Apóstol, entre otras personalidades de la localidad.

Imágenes de la puesta en circulación.
Imágenes de la puesta en circulación.
Imágenes de la puesta en circulación.

Al ofrecer las palabras centrales del acto, el joven inteciano explicó que la intención de la obra es revolucionar la literatura fantástica en la República Dominicana, y consideró que la obra se constituye en solo un primer paso hacia esa dirección.

Paul GuerraPaul Guerra Rosado se convirtió en el primer autor de libros del Distrito Municipal de Tireo Arriba.

El sentido de la Bata Blanca

El uniforme distintivo del facultado para ejercer la medicina le infiere poder, pero, al mismo tiempo, una mayor responsabilidad para con sus pacientes

 SANTO DOMINGO. Cuando el estudiante de medicina del Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC) termina el ciclo básico de asignaturas contempladas en su pensum, recibe de mano de sus profesores, en una emotiva ceremonia, la ansiada bata blanca que marca un antes y un después en el camino a su meta de convertirse en doctor.

Doctor Fernando Santamaría, coordinador de la carrera de Medicina de INTEC

La bata blanca, que se viste a partir del pre-internado, confiere a los estudiantes de término la posibilidad de atender directamente a los pacientes en hospitales, asignándoles una gran responsabilidad.

Durante la Octava ceremonia de Investidura de Bata Blanca, que se realizó en el Salón de Eventos del Edificio de Ciencias de la Salud Ana Mercedes Henriquez, el coordinador de la carrera de Medicina, doctor Fernando Santamaría, dirigió unas palabras a los 36 nuevos pre-internos del INTEC en las que habló sobre el significado de la anhelada vestimenta del médico.

“Desde el punto de vista antropológico, la bata blanca representa dos elementos básicos: uno es el color y el otro la actitud del paciente ante quien la viste. El blanco es el color universal que representa la pureza, la luz, la limpieza, la honestidad y esos son pilares que un estudiante de medicina y un futuro médico deben siempre poner en sus vidas”, afirmó.

Precisó que a un médico al que se le confía la vida propia o la de un familiar debe representar pureza, paz y otras cualidades que transmitan confianza. “El uso de la bata no solo se circunscribe a un uniforme o a un signo distintivo, le confiere poder al médico y lo ubica dentro de un grupo muy especial de seleccionados. Permite demostrar a todo el mundo que se estudia medicina por excelencia”, enfatizó el galeno.

Santamaría aseguró que con ese atuendo el individuo es capaz de ingresar a la intimidad de un hogar y conocer los secretos y sentimientos del ser humano por lo que debe prevalecer la ética en todas las circunstancias.

“El otro punto es el respeto del paciente ante el doctor. Quien viste una bata blanca ha estudiado, ejercido su profesión de médico y tiene conocimiento sobre el ser humano. Portar una bata blanca es la representación objetiva de que se poseen los conocimientos para curar enfermedades o de salvar la vida. La bata permite confiar en quien la lleva puesta, por estas razones un individuo, sea el rey o un presidente escucha, obedece y se somete a las indicaciones de un médico, permite que decida qué hay y qué no hay que hacer con su vida, confía plenamente en él, a pesar de tener más poder que todo el personal médico de una institución”, manifestó.

Cambios de color

Santamaría explicó que no siempre la bata será blanca. “Los adelantos médicos y las nuevas tecnologías han sugerido que el uso del color verde y el azul es preferible en los actos quirúrgicos, porque la exposición a luces muy fuertes en la sala de cirugía cansaría la vista del cirujano”, dijo.

Priscila Sepúlveda
Preinternos que recibirán la bata blanca
Firmando el libro de preinternos

También afirmó que en ramas de la medicina como la pediatría se recomienda el uso de colores pasteles porque el blanco impactaría al niño, mientras que los demás dan sensación de calidez. Asimismo, en psiquiatría también se usan colores suaves porque el blanco alteraría a los pacientes.

Aclaró que la bata blanca es una vestimenta exclusiva para los ambientes laborales y que, aunque indiquen prestigio, no debe usarse para salir a las calles. Precisó que estudios demuestran la transmisión de microorganismos a la comunidad fuera de los hospitales, causada por el uso inadecuado de la bata blanca.

“Cada vez que salimos a las calles con nuestras batas puestas estamos expandiendo los virus y bacterias con las que estuvimos en contacto en nuestros hospitales”, puntualizó.

Felices de recibir la ansiada Bata Blanca

Médico inteciano escogido entre 12 mil para cursar especialidad en España

Arnold Quiroz, graduado en 2015, obtuvo el segundo lugar de los extranjeros que tomaron el Examen MIR, y el 131 entre el total de 12 mil que aplicaron 

SANTO DOMINGO. – Después de responder a un examen de 235 preguntas que debía entregar en un lapso de cinco horas, el médico inteciano Arnold Quiroz obtuvo el puesto número dos entre los 254 extranjeros seleccionados para hacer su especialidad en España, a través del sistema Médico Interno Residente (MIR).

Su calificación fue de 182.3 puntos por lo que alcanzó el puesto 131 entre el total de 12 mil médicos que tomaron el examen. Un emocionado Arnold cuenta su hazaña a La Colmena, aunque se mantiene humilde y con los pies sobre la tierra.

“Ahora es que empieza mi largo recorrido, esto solo fue un eslabón”, asegura el joven que se graduó de Medicina en el Instituto Tecnológico de Santo Domingo en el 2015 y dejó a su familia, amigos y, sobre todo, el calor de su isla, hizo sus maletas y partió a Valencia, España, a prepararse durante nueve meses con el Método CTO antes de examinarse.

“Yo debía estudiar todos los días durante ocho horas corridas, no era que tuviera tiempo que perder y aunque extrañaba bastante a los míos me fui enfocado en alcanzar la meta que había postergado el año pasado por falta de tiempo para homologar el título”, precisa.

Aclaró que, aunque pudo haber estudiado el CTO en el país, prefirió irse a España para estar más concentrado y sin las distracciones o responsabilidades que tenía en el país. “Allá yo solo estudiaba, después que tomé el examen hice un poco de turismo”, indica.

Futuro neurocirujano

Arnold se encuentra actualmente en el país, pero el 17 de abril deberá tomar un vuelo a España para elegir la especialidad que hará y determinar en qué ciudad y hospital empezará en mayo a hacerla. El joven está casi seguro de que gracias a su calificación se convertirá en neurocirujano, como ha sido su sueño desde que empezó a estudiar medicina.

El joven de 24 años explica que la especialidad se elige dependiendo la calificación obtenida, ya que son 6,000 plazas para los españoles y 264 para los extranjeros. “Es por número de orden, a todo el que coge el examen lo ordenan según la nota que sacó. Al final te dan una puntuación en la que el 90% es el examen y el 10% la nota de la universidad, entonces los ordenan a partir de qué tan alta fue tu calificación”.

¿Qué es el CTO?

El método CTO Medicina es un sistema íntegramente desarrollado para preparar el examen MIR, que se inició en 1990.  Estudiar bajo ese método ha garantizado el acceso a las plazas de formación especializada a varios médicos. Según los desarrolladores del programa, el éxito del mismo se consigue gracias a una filosofía de estudio adecuada, basada en el trabajo día a día, así como la creación de unos materiales específicos para el MIR, incluso imparten la formación por Internet.

Profesionales por un día

Bajo el concepto de “role play” el INTEC realizó una feria de carreras en la que los futuros profesionales experimentaron el quehacer de las profesiones de su interés

SANTO DOMINGO. Una sonrisa de satisfacción se dibujó en los rostros de los más de 1,300 estudiantes de bachillerato de colegios, liceos y politécnicos de todo el país que por cinco horas fueron los protagonistas de su futuro en la Feria de Carreras que realizó el Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC) este viernes 17  el sábado 18 hasta el mediodía.

Mediante el concepto de “role play”, la universidad abrió su campus para que estos profesionales en potencia exploraran las áreas de su interés antes de tomar la decisión de cuál carrera estudiarán.

A las 9:30 de la mañana inició la acción. Alumnos de más de 25 centros educativos hicieron a un lado sus uniformes y se insertaron en una experiencia profesional; de esta manera, los futuros ingenieros industriales participaron en una simulación de cadena de suministro de camisas, para resolver los problemas típicos que se presentan en el proceso; los de Ciberseguridad se pusieron el sombrero de un hacker e investigaron sobre los peligros de la red, en tanto que los de Civil demostraron el funcionamiento de un canal de riego.

Los futuros comunicadores sociales, que, de optar por el INTEC, serían la primera promoción de la carrera de Comunicación Social y Medios Digitales de la universidad, fueron los encargados de reportar las incidencias de la feria y dar cobertura de redes sociales, apoyados en las nuevas tecnologías, e incluso hicieron una transmisión en vivo por Radio INTEC, la emisora online de la universidad.

Uno de los grupos más impresionados fue el de los inclinados por la medicina quienes, orientados por los estudiantes de término de la carrera, realizaron ejercicios de RCP, observaron parásitos a través del microscopio y vieron las diversas partes del cuerpo humano en el Laboratorio de Anatomía del INTEC. Al  igual que los de Química y Biología, quienes experimentaron con pruebas de su propio ADN en los laboratorios, en tanto que los de la licenciatura en Matemáticas con Concentración en Ciencias Actuariales compartieron con el presidente de su comité estudiantil, Armando Robles, quien les explicó sobre los casos de éxito de varios egresados y el exitante mundo laboral que les espera, de escoger esa carrera.

Asimismo, los futuros cineastas, con el apoyo de Guerra Films, participaron en el rodaje de una historia en la que aplicaron las técnicas del séptimo arte. A estos se unieron los futuros psicólogos, economistas, psicólogos, biotecnólogos, administradores de empresas, contadores y matemáticos, quienes se integraron en otras actividades de demostración de sus respectivas áreas.

Para esta Feria de Carreras, cuya finalidad es dar a conocer los programas de estudios del INTEC, hubo un espacio para juegos de realidad virtual, un espacio recreativo sobre dibujos de mangas o comics japoneses y un tiempo para practicar yoga y fitness, como una muestra de todas las actividades que conforman la vida universitaria inteciana.

Con este evento, el INTEC estimuló la creatividad, el ingenio y las destrezas de los estudiantes de bachillerato y les permitió convertirse en los protagonistas de su futuro y visualizarse como profesionales.