Skip to main content

Author: Colaborador

Los mayas no predijeron el final del mundo

Glenys Álvarez, especial para La Colmena | glenys.alvarez@gmail.com

Defendamos a los mayas. Al fin y el cabo, esta civilización, que estuvo efervescente y activa desde el año 250 hasta el 900 de nuestra era común, nunca proclamó el final del mundo para nosotros. Los perspicaces, trabajadores y violentos pobladores de América tenían otras cosas en qué preocuparse y gastar su tiempo. En aquel entonces, el pueblo andaba creciendo en Centroamérica y México, viviendo, transformándose y también creando avenidas directas hacia su colapso.

• En el Período Clásico de la cultura urbana Maya sus ciudadanos construyeron templos y monumentos, escribieron y produjeron arte, realizaban observaciones astronómicas y crearon toda una red de ciudades.

Examinemos al famoso calendario, aunque crearon varios. Uno de ellos es el conocido como Calendario de Cuenta Larga que se pone en cero cada vez que el período del Gran Círculo llega a su fin, un ciclo que ocurre cada un millón 872 mil días. Y, para los cálculos de algunos, en esta fecha terminan todos nuestros planetarios destinos. Los iluminados aseguran que la profecía se cumplirá el 21 de diciembre del 2012.

“Este calendario ya no es de interés para los mayas porque su civilización colapsó hace más de mil años. Sin embargo, personas como John Calleman, astrólogo y personaje de la Nueva Era, afirman que los mayas sabían la fecha del fin del mundo. Terrible que no hayan podido predecir su propio colapso”, expresa Robert Todd Carroll autor de El diccionario del escéptico, entre otros y profesor de filosofía en la Universidad de San Diego en California (UCSD).

Efectivamente, si no fuera por los profetas de este ‘nuevo mundo’, los calendarios de los mayas serían hoy apropiadas muestras arqueológicas de esos activos e interesantes tiempos; nada más. Sin embargo, poseemos entre nosotros a personas que proclaman a toda voz que, de acuerdo con tal religión, tales libros sagrados o tal antigua población, el fin del mundo se acerca.

Todos los años, fechas variadas son anunciadas, los avisos misteriosos de Nostradamus son recordados y hay quienes conectan estas predicciones con desastres naturales como los huracanes y sismos (que alarmaron a los dominicanos en enero) o la alegada presencia cercana de una supernova que podría acabar con el planeta. De hecho, cuando pasamos al año 2000, al siglo XXI, eran las computadoras las que iban a terminar con la civilización de entonces. Afortunadamente, nada ha ocurrido.

• Muchas cosas no sabemos sobre un sinnúmero de poblaciones en la Tierra. Sin embargo, no debemos atribuir a cada desconocimiento del pasado un rasgo mágico o supersticioso.

Jared Diamond, autor de aclamados libros como El tercer chimpancé y profesor de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), ha expresado que no sabemos el significado que tenía el día cero para los mayas, ni si realmente existía tal significado.

“Los líderes mayas no podían ver tanto hacia el futuro como para planear y resolver los problemas humanos que enfrentaban: mucha gente en poca tierra, destrucción de su propio ambiente, técnicas de cosecha y deforestación que agotaba los nutrientes del suelo, sequías, muchas de ellas producto de la deforestación; ¿por qué pensar que los profetas mayas fueron mejores prediciendo el futuro distante que los profetas hebreos o Nostradamus?”, interpela Carroll.

El mundo tampoco acabará en diciembre. Los miedos y problemas llegan por vías muy distintas y son creación nuestra.

Nada de supernovas para el 2012

Científicos en el Centro de Vuelo Espacial Goddard explican que no existe la probabilidad de ninguna explosión peligrosa que pueda dañar el planeta o la vida terrestre.

Para que la explosión de una supernova pueda destruirnos debe ocurrir a menos de 50 años luz de aquí; pero todas las estrellas que podrían morir y explotar se encuentran mucho más lejos. En nuestra galaxia, la Vía Láctea, ocurren dos supernovas cada siglo, según las explicaciones de la NASA ante la especulación.

Software: La fibra de la vida moderna

El próximo trimestre se abre la carrera Ingeniería de Software en el INTEC, primera universidad dominicana en incluirla en su oferta de grado.

El software, la materia prima de los sistemas informáticos, se ha convertido en una importante fibra presente a través de todo el tejido de la vida moderna.

Nuestras computadoras, desde luego, funcionan en base al sistema instalado; pero además, vehículos, cajeros automáticos, hornos de micro-ondas, lavadoras, celulares, y en fin, casi cualquier dispositivo a nuestro alrededor, dependen de instrucciones programadas para brindarnos un servicio efectivo. Hasta un marcapasos conlleva software; y cuando me operé de la vista hace cuatro años, fue un programa (expertamente guiado por el cirujano) el que coordinó, certera y seguramente, las modificaciones del láser a mi córnea.

Sin embargo, como colectivo humano tenemos muy poca experiencia real en desarrollo de software. Hemos apostado demasiado a una disciplina en la que tenemos, a lo sumo, sesenta años de experiencia, mayormente artesanal. Compárese esto con la historia de otras ingenierías, y será fácil comprender (que no aceptar) que nuestras computadoras produzcan tantos fallos, sean tan difíciles de usar, y que cual virus siniestro, este comportamiento errático permee cada vez más interacciones en nuestras vidas, con aparatos otrora altamente confiables y sencillos.

Pero hay esperanza. Aunque en términos históricos es reciente, hemos acumulado un bagaje metodológico y estructurado que nos va haciendo mejores en hacer software.

Y no sólo técnico; estamos aprendiendo a entender mejor a los usuarios, y a explicar mejor por qué no podemos, a pesar de manipular un medio abstracto, enfrentar el equivalente a girar un edificio terminado 90 grados sobre su base, sin graves implicaciones para el correcto funcionamiento del sistema. En todo esto, y más, consiste la Ingeniería de Software como carrera.

La demanda mundial de software va en aumento, en casi incontrolable espiral; ante ello, la capacidad de producir software confiable y sofisticado aportaría mucho al posicionamiento económico global de la nación. INTEC, una vez más, decide ser pionera. ¿Qué esperas para unirte a la próxima revolución?

Ingeniero de sistemas egresado del INTEC, con maestría en Ingeniería de Software por la Universidad de York. Coordinador de la carrera de

Una gran colmena llamada ADE

Cuando un inteciano se gradúa, pasa automáticamente a formar parte de la Asociación de Egresados del INTEC, el órgano más importante de vinculación entre el INTEC y sus egresados.

¿Para qué sirve esta asociación? ¿Qué beneficios les ofrece a sus miembros? A nadie le gusta tener la membrecía de un club que no tenga beneficios. La actual directiva de la ADE se ha propuesto que cada egresado nuevo del INTEC conozca las respuestas a estas preguntas y se sienta parte de la institución. Su fin primordial es precisamente contribuir a que ese vínculo se fortalezca a través del desarrollo de actividades que incrementan el compañerismo, la formación, la ayuda mutua y la solidaridad. Todas ellas orientadas a propiciar el progreso y buena imagen del INTEC.

Cada dos años se elige un directorio ejecutivo y el actual está compuesto por un grupo de egresados en 1985 que ha decidido apoyar al INTEC a través de proyectos de recaudación de fondos e iniciativas para actualizar la base de datos de egresados: 23,216 intecianos dispersos por el mundo.

Entre los planes de este grupo de voluntarios está el organizar, con el apoyo de la Dirección de Desarrollo y Egresados, “Pasos por PIES”, una caminata para recaudar fondos que serán destinados al Programa INTEC con los Estudiantes Sobresalientes, y a la vez servirá para volver a cruzar los caminos de compañeros y profesores.

La ADE se reúne por lo menos una vez al mes para proponer acciones de servicio a los egresados y apoyar las actividades que realiza la Dirección de Desarrollo y Egresados. “La ADE somos todos – afirma en este sentido su actual presidente, el Ingeniero Julio Molina- Queremos invitarlos a acercarse, a ser parte activa, a ser propositivos y a ayudarnos a edificar esta comunidad que es para todos. Tengan siempre presente que en la Asociación de Egresados tienen un gran equipo de amigos, dispuesto a servirles”.

Dar sangre es dar vida

Las donaciones de sangre son una necesidad a nivel mundial. En República Dominicana los bancos de sangre no cuentan con la cantidad y variedad de grupos sanguíneo necesarios para hacer frente a los eventos hemorrágicos que pueden ocurrir de emergencia, programados o al azar. Sólo el 1% de la población total de nuestro país es donante de sangre. Las necesidades promedios reales son del 3% y las ideales del 5% de la población total.

Donar sangre voluntariamente es un acto de amor y solidaridad. Es, literalmente, donar vida. Para quienes requieren de una transfusión, no hay alternativa que no sea el gesto generoso de otro ser humano: la sangre que las personas necesitan solo se produce en los humanos.

Es con esta inspiración, que mis estudiantes de Medicina, de Laboratorio de Hematología han decidido participar en el proyecto “Mejora del Sistema de Banco de Sangre en República Dominicana,
2010-2015” que estamos desarrollando, junto a un grupo de profesionales especialistas en las áreas de Hematología, Banco de Sangre y Medicina Transfusional. Como soporte a esta iniciativa, se
ha creado el “Club de Donantes INTEC” que cuenta en la actualidad con 204 donantes potenciales y el apoyo decidido de la Asociación de Egresados, ADE- INTEC.

Como parte de este apoyo, en julio la ADE organizó una conferencia a cargo del Dr. Juan Merayo, medico patólogo, con especialidad en Banco de Sangre, egresado de Penn State University sobre “La Importancia de los bancos de sangre y la creación del club de donantes”. Participó, además, el grupo de estudiantes que expuso el trabajo realizado para la creación de la base de datos del club de donantes.

Préstamos para los más pobres, una lección intensiva en el campo

Quizás alguno se habrá preguntado qué hacían unos gringuitos paseándose por el campus entre la tercera y cuarta semana del trimestre. Vinieron a tomar clases ¡y qué tipo de clases!: Microfinanzas y Emprendedurismo Social. ¿Con qué se come eso? Lo descubrí en el Área de Negocios y durante 15 días intensivos de una materia en inglés con 29 americanos de la Northeastern University y 18 estudiantes de INTEC. Es el tercer año en que se hace este tipo de movilidad.

El primer día apareció el Profesor Dennis Shaughnessy y se presentó diciendo: “Yo era un hombre muy exitoso en Estados Unidos y me di cuenta de que quería más de la vida que sólo dinero”. Allí es donde entran las microfinanzas y el proyecto de Shaughnessy: dar servicios financieros a aquellos que por su condición de pobreza no cumplen con los requerimientos para acceder al crédito de un banco comercial.

El emprendedurismo social propone crear empresas innovadoras que influyan positivamente en la sociedad. El proyecto final era hacer el trabajo de campo de una investigación solicitada por la ONG Esperanza Internacional sobre por qué los asociados haitianos fallan más en sus negocios y por tanto no pueden pagar sus préstamos.

Por lo que pudimos observar, como posibles causas de los fallos en los pagos de los asociados haitianos están: la falta de diversificación en los negocios, el aislamiento en los bateyes (que causa un bajo flujo de efectivo), las remesas hacia Haití, la barrera del idioma y la inmigración ilegal ya que esto los hace vulnerables a ser deportados y no poder reembolsar el préstamo.

Cogimos sol, nos enlodamos, nos mojamos, nos pusieron una multa, nos robaron, nos perdimos, nos enfermamos, algunas veces comimos mal, nos dejaron botados, tuvimos nuestras diferencias, salimos a saltar merengue con los americanos, hubo de todo y más de uno intentando mangar su visa…, pero fue increíble.

¿Dónde hacer movilidad?…Algo más que Estados Unidos y Europa

“¿En Colombia?” fue la pregunta que escuché constantemente cuando hablé de hacer un intercambio estudiantil en ese país. A eso le seguían frases insinuantes como: “¿Tú’ tá segura que es a estudiar que vas?… ¿Y si te secuestran?”…“¿y la guerrilla?”. Gran parte de mis amigos y familiares esperaban que eligiera Estados Unidos o Europa. Para ellos Colombia era sinónimo de droga, secuestro y guerra. ¡Vaya sorpresa que me llevé! Convertí esos sinónimos en antónimos.

Mi papá me acompañó la primera semana para poder vivir un semestre tranquilo, pero al día siguiente de llegar me dijo “Yo como que me quiero ir; ya siento que estás bien” y lo comprobó caminando solo por todo Bogotá. ¿Que Colombia no es seguro? No digo que no haya delincuencia, lo que puedo afirmar es que como hay delincuencia hay seguridad.

Todo era muy organizado, en especial el transporte: $1,300 pesos colombianos así te quedaras en el fin del mundo (unos 25 pesos aquí). Pasaron varias semanas para adaptarme al cambio de moneda y a los términos: al frito le dicen patacón, al mangú cabeza de gato, los amigos se dicen marica, a la guagua le dicen bus y casi delante de cada frase está el “No joda” o “HPT”. Cuando tenía papeletas de $50,000 sentía que sobreviviría toda una semana. “Eso equivale a tantas guaguas”. Todo así hasta que te dicen “No hay más hasta el mes siguiente”. Entonces empiezan los verdaderos cálculos, con todos esos benditos ceros.

Quedé sorprendida con Uninorte: las aulas, los profesores, que tienen un trato y una atención con los estudiantes sorprendente; todos los profesores tienen su oficina dentro del campus y los podía encontrar si necesitaba ayuda. Lo pendiente que estaban los departamentos de cómo nos sentíamos en especial el Departamento de Movilidad y el grupo de padrinos y madrinas que asignan a cada alumno e hicieron una labor brillante.

El sistema de clases es muy parecido. Los profesores y el personal prestan una atención sorprendente a los estudiantes. Fotos: Fuente Externa.

Extrañé muchas cosas de INTEC, pero sobre todo… ¡el anhelo de la 10ma!… Si hay algo que no cambio es el sistema trimestral. ¡Era desesperante! Con todo lo bueno y todos los percances que pude tener durante mi estadía solo confirmé su eslogan de país: ¡El riesgo es que te quieras quedar!

Mecánica para la salud

Mi padre solía preguntarme,más seguido de lo que me hubiese gustado, cómo se gana la vida un Ingeniero Mecánico. Pero cuando le comenté que quería especializarme en Ingeniería en Equipos Médicos y trabajar en un hospital, sencillamente dejó de hacerlo. Estudié esta carrera por su tecnicidad, versatilidad, aplicabilidad y amplio radio de especialización. Siempre tuve el deseo de ayudar a los demás. Me atraían las ciencias médicas, pero la idea de adoptar la ruta clásica hacia la medicina nunca me convenció. Al descubrir la Ingeniería Biomédica entendí que podría combinar lo mejor de los dos mundos. Hace ya varios años de eso y desde entonces he tenido la oportunidad de vivir en varios países, trabajar en diversos campos y ampliar la base de los conocimientos adquiridos en mis años intecianos. Una formación que fue un factor diferenciador a la hora de solicitar los programas de postgrado en el extranjero.

Ya soy Ingeniero Biomédico y ejerzo mi profesión en Santo Domingo, donde he asumido diversos proyectos con médicos reconocidos del país. Trabajo, a la vez, en iniciativas de la carrera de Ingeniería Mecánica de INTEC. La oportunidad de ser parte de un equipo de cirugía siendo ingeniero es para mí la realización de mi sueño profesional. Pienso que mi contribución a las ciencias médicas es un honor y un privilegio. Cada procedimiento quirúrgico de biopsia estereotáctica realizado por nuestra unidad de médicos, enfermeras y un ingeniero es la prueba de que la medicina y la ingeniería dominicanas caminan hacia un nuevo modelo profesional mucho más avanzado. No tengo duda de que lo mismo ocurre en las otras áreas de la ingeniería y que las necesidades del mercado laboral dominicano evolucionarán hasta demandar ingenieros altamente especializados.

Decidí estudiar ingeniería mecánica por su tecnicidad, versatilidad y aplicabilidad; además del amplio rango de posibilidades de especialización existentes. Fue una decisión muy provechosa para mí ya que a la hora de aplicar a programas de post grado en el extranjero, mi diploma y mis credenciales intecianas fueron un factor diferenciador muy valioso.

Aunque el sacrificio de dejar tu país y tus costumbres por lo desconocido es intimidante, son incontables los beneficios de desarrollo intelectual, cultural, de versatilidad y de apertura de espíritu de los estudios de post-grado en el extranjero. El conocer varias culturas distintas y diversas formas de hacer ingeniería han sido para mí una oportunidad única e increíble por la cual siempre estaré agradecido.

Non gogoa han zangoa: Pico Duarte

Como amante de la aventura y fanática de salir a “montear” tenía curiosidad de subir el Pico Duarte. Nunca lo había considerado seriamente pero lo tenía previsto como uno de esos planes que “alguna vez en la vida”  levaría a cabo. Un día surgió el tema y algunos mostraron interés en hacerlo. Así comenzó a armarse el plan y de un día para otro ya habíamos reservado el tour de lo que sería la hazaña más emocionante de nuestras vidas.

Además de hacer ejercicios para estar en buena forma, teníamos que conseguir una larga lista de cosas: casas de campaña, sleeping bags, abrigos y zapatos (toda una odisea) para escalar. La más afortunada de todos fue Sarah, quien compró unos tenis de RD$350 y con ellos anduvo sin contratiempos y más cómoda que los demás.

Increíblemente, estábamos por encima de las nubes, a 3,087 metros, en el punto más alto del Caribe. Foto: A. Amador.

Así llegó el día de lanzarnos a la aventura. Tomaríamos una de las rutas más duras: comenzaríamos en la Ciénaga de Manabao, Jarabacoa, atravesaríamos el Parque Nacional Armando Bermúdez y terminaríamos en el punto inicial. La primera noche en la caseta de Compartición supimos lo que es congelarse a 0 ºC. Al  ía siguiente, subimos hasta el pico y de allí bajamos hasta el Valle del Tetero. Un día de descanso, y luego  egresamos hasta el punto de partida. Las anécdotas e historias podrían llenar un libro. Pero el momento más memorable fue llegar hasta el pico después de dos días de caminatas interminables. Lograr subir a la cima, ver el busto de Duarte y la famosa bandera. Por suerte el cielo estaba despejado y pudimos apreciar el impresionante paisaje. En pocas ocasiones había sentido una satisfacción tan grande como la de ese momento. Increíblemente, estábamos por encima de las nubes, a 3,087 metros, en el punto más alto del Caribe. Valió la pena.

El difícil trayecto puso a prueba no sólo nuestras condiciones físicas, sino la fuerza de voluntad de cada uno. Aunque hubo momentos para compartir, reír y disfrutar de los paisajes, también los hubo en los que nos preguntábamos en qué rayos nos habíamos metido y otros en los que las lágrimas y algunas malas palabras salían al aire por cansancio o dolor. En ese momento, la mente jugaba el rol principal, pues para llegar no sólo es necesario poder, sino que también el deseo de lograrlo. Como dice un viejo proverbio vasco que repetimos sin cesar durante el viaje: “Non gogoa han zangoa” (Donde van tus pensamientos, van tus pasos). Y así fue.

La cortina de humo piramidal

Una pequeña inversión (de 5,600 pesos por lo general), más una red social era igual a dinero rápido y fácil. También la fórmula idónea para atraer y cercar a ingenuos inversores universitarios de entre 16 y 25 años que solo quieren “obtener recursos sin dar un palo”. Entrar en la pirámide financiera era la actividad de moda en febrero. Twitter y BlackBerry se convirtieron en las plataformas de promoción por excelencia. Hasta que la estafa cayó y el popular juego que garantizaba un retorno de hasta 45,000 pesos, pasó a ser una alegría para algunos y un lamento para otros.

El esquema piramidal fue creado por el estadounidense, de origen italiano, Carlo Ponzi en 1919. Pero su práctica (con modalidades disímiles) ha sido recurrente. La última estafa global ha sido la de Bernard Madoff (Estados Unidos) en 2008. Su sociedad inversora, intermediaria en la compra y venta de acciones, animaba a la vez a ricos estadounidenses, extranjeros y entidades financieras a invertir sus ahorros en la firma, prometiéndoles altos beneficios que servían para pagar el retorno de los primeros.

El reciente fraude desembarca en dominicana de la mano de Global Gifting Connection (GGC). Una entidad foránea que se presentó ante sus señuelos como una firma de Donaciones Solidarias. La idea era registrarse en su web, previo a una invitación, para invertir 1,800; 5,600 o 18,800 pesos y lograr además que otros 15 lo hicieran, creando una pirámide. Así, la cabeza garantizaba la recepción de los beneficios prometidos. Los otros 15 debían llevar a cabo el mismo proceso para lograr su recompensa.

“La pirámide capta recursos de forma rápida. Es en la práctica una estafa financiera. Los promotores timan a sus clientes tras escapar con el dinero cuando acumulan sumas determinadas, son sorprendidos o cuando el negocio es insostenible”, explica Luis Torres, profesor de Finanzas de INTEC.

Un estudiante de Administración de 20 años, de una universidad cuyo nombre preferimos omitir, al igual

que su identidad, ganó 15,000 pesos tras aportar el monto mínimo. “No me parecía una estafa, sino un semi-san”. No todos corrieron con la misma suerte. Otro, de Medicina de otra universidad, de 19 años, que invirtió 5,600 se lamenta de no haber recuperado siquiera su inversión. Se calcula que unos 12,000 jóvenes de clase media participaron en este sistema, según datos publicados en la prensa.

“Las pirámides son muestras de la codicia desenfrenada y del deseo de aprovecharse del otro; la ignorancia de creer que el dinero crece por sí solo sin antes pasar por la creación de algún valor”, apunta el analista financiero Alejandro Fernández en su columna de Diario Libre.

En el trasfondo de este negocio se cuelan otras realidades. Los valores han cambiado y la gente quiere dinero sin esforzarse, añade Andrea Paz, economista, egresada de INTEC y directora de Investigaciones, Emprendedurismo e Innovación de esta universidad. Y acentúa una causa de mayor peso: “Hay pocas oportunidades de empleo para los jóvenes”. Un problema estructural que constata la última estadística de la Organización Internacional del Trabajo: la tasa de desempleo juvenil llega al 29.9%.

El entramado piramidal se ha derribado por el momento. La Superintendencia de Bancos, tras un comunicado de advertencia, ha cerrado la página GGC y el caso está en manos de la justicia. Esto no significa, sin embargo, la desaparición total de este negocio fraudulento.

¡No dejes que te engañen!

• La superintendencia de Bancos advierte de que: “Ninguna entidad que no esté aprobada por la Junta Monetaria y registrada en dicha institución puede ofrecer servicios de captación de recursos”. Es decir, investiga la legalidad de la organización o solicita ayuda a conocidos expertos en temas financieros.

• Evita la participación en negocios que operen bajo el lema “regístrate tú y trae a dos más”, como sugiere la entidad reguladora, o en aquellos que prometan ganancias colosales en poco tiempo.

• Denuncia este tipo de actividades ilícitas en el centro de atención al usuario de la Superintendencia, en Unicentro Plaza, en la Av. 27 de febrero; o bien ante la Fiscalía del Distrito Nacional. 

• No confundas el negocio de marketing directo y de redes sociales con las pirámides fraudulentas. El primero -por ejemplo empresas como Amway, Avon, Jafra-, obtiene sus beneficios de la comercialización de productos y servicios a través de su red de socios, matiza el mercadólogo Aquiles Julián en su Blog. Son compañías de ventas directas legales, registradas y con domicilio público. En cambio, lo segundo logra las ganancias de la promesa de una rentabilidad descomunal sin que implique trabajo alguno para los inversores.

@ Haití

¿Qué hace un inteciano en las “larguísimas” vacaciones inter trimestrales? Dormir, ir al cine o a la playa y cualquier otra cosa a la que habitualmente renuncia en las doce semanas intensas que sólo dan para proyectos y exámenes. Pero la creatividad y la innovación también se aplican al modo en que se invierte el tiempo libre. Por ejemplo, mi viaje a Canaán, un domingo de octubre. ¿La de Israel, de peregrina? ¡NO! La de Haití, a 8 horas de casa.

Decidí unirme a la convocatoria que hacían Funglode y la Fundación Un Techo para Mi País a ser voluntaria de la construcción, de modo que entre compromisos laborales preparé mi maleta, mis provisiones de galleticas y enrollé el sleeping back que me acompañarían a la experiencia más intensa de mi vida. Las ocho horas del viaje, desde las 12:00 a.m. hasta las 8:00 p.m., fueron un “cachú” comparadas con lo que vendría luego, pues cuando llegó el momento de abandonar el bus “moderno” con aire acondicionado, el calor y las sucesivas jornadas de trabajos se hicieron agobiantes.

Atardeceres que compensaban nuestras jornadas.

Con Un Techo para Mi País llevamos de la teoría a la práctica eso de cambiar la vida a una familia en dos días.Con colaboraciones, esta ONG pone a la disposición de los voluntarios, los llamados “techeros”, los materiales para construir una casa sin que seamos arquitectos o ingenieros, y cambiar una de lona y palos mal armada por un techo digno.

Durante mis 8 días en Haití descubrí que la excelencia en lo que hacemos depende de nuestro compromiso con la causa y que los equipos comprometidos encuentran un punto de integración para romper los paradigmas, que es parte de la esencia inteciana. Muchos jóvenes latinoamericanos llegaron a Haití con la esperanza de generar cambios para los que ya estaban olvidados, abandonaron la comodidad de sus casas para construir un mejor mañana.

Es verdad que no estuve en la playa pero termine más bronceada de lo normal. Comprendí que las brechas que existen en el mundo se pueden acortar. Que señalar un problema no te da la misma satisfacción que ser parte de la solución. Que dormir en el suelo durante una semana, soportar aguaceros, comer lo que aparezca, pagar por bañarse en tres paredes (con vigilancia de mis compañeras) con una cubeta de agua, sin celular ni acceso a la red, se puede.

En pocos días se construyeron más de 300 casas, cambiamos realidades de muchas familias que hoy tienen un techo para albergar sus hijos o sobrellevar su vejez y una vez más comprobamos que las barreras del idioma y la distancia NO EXISTEN.

Es cierto que no todos los proyectos de ayuda social son iguales pero te invito a descubrir lo que es invertir tu tiempo en el servicio comunitario. En las redes sociales puedes encontrar instituciones serias que se dedican a estos fines. Como decía la madre Teresa de Calcuta “El que no vive para servir, no sirve para vivir”.