Reflexiones sobre la diversidad
Por: Ana Cabrera, José Meregildo, José Morel y Nicole Márquez/ Egresados de la carrera de Psicología.
Muchas veces el ser humano se encuentra en situaciones desconocidas o diferentes a lo que está acostumbrado lo que le provoca sentimientos de miedo y desconfianza ante aquello que no sabe con certeza qué es, cómo funciona o qué se puede aprender de ello.
SANTO DOMINGO. -Al impartir la asignatura “Atención a la Diversidad”, la profesora Rocío Hernández busca expandir los conocimientos de sus alumnos e involucrarnos en temas tan importantes como la inclusión social, educación inclusiva; diferencias entre inclusión, integración, exclusión y segregación; apreciación a las diferentes culturas y religiones, entre otros.
Uno de los temas desarrollados en clase fue la inclusión, y cómo esta influye en la perspectiva que pueden tener las personas ante la forma de ser, creer, actuar y aprender de los demás. Sabemos que no todos los seres humanos somos iguales. A partir de una de las lecturas realizadas en el curso titulada: “¿Niño limitado o niño diferente?” del autor chileno Humberto Maturana (1992), a cada grupo en la clase la maestra nos pidió hacer una reflexión.
Consideramos que Maturana trata de cambiar la forma de pensar del ser humano acerca de cómo ve a los demás. Por ejemplo, cuando vemos a un niño, o a cualquier otra persona con alguna condición o limitación, ¿realmente se trata de un niño especial, un niño limitado o un niño diferente? Acerca de este cuestionamiento el escritor chileno expresa que los seres humanos presentan al menos dos dimensiones dentro de lo que es su existencia: la biológica y la humana.
Maturana sostiene que desde el punto biológico no existe aquello que se conoce como error, disfunción, minusvalía o incapacidad, sino que esto pasa a existir en la dimensión de lo humano y en el reconocimiento.
Interpretamos, a raíz de lo expuesto, que cada persona es igual sin importar la razón a nivel biológico, pero una vez que lo vemos desde la perspectiva de la dimensión humana, la discriminamos o consideramos limitadas, incapaces, especiales… es decir, le ponemos una etiqueta.
Maturana plantea que la limitación o discapacidad en los seres humanos no existe, es más bien es una manifestación de la falta de autorespeto y el miedo al amor. Dejándonos con la reflexión de ir más allá y creer en la idea de que sí existe una diversidad humana que nos da la oportunidad de ver la funcionalidad de la persona como una oportunidad, y no como una limitación.
El pensar que una persona es limitada, es limitar nuestra percepción de las oportunidades de esa persona e impide el desarrollo de una perspectiva diferente e inclusiva ante la diversidad funcional.