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“Casi Fiel”, algunas reflexiones al margen

Aunque la estructura clásica de un chiste consta de: una situación, un giro inesperado y un desenlace cómico, “Casi Fiel” nunca se vale de este recurso, según Scarlet Rodríguez, estudiante de Cine y Comunicación Audiovisual

 Por: Scarlet N. Rodríguez/Estudiante de Cine y Comunicación Audiovisual  

La comedia es uno de los géneros más populares del cine dominicano, pero sigue en crudo. La verdad es que a la comedia dominicana le hace falta gags visuales (humor a través de imágenes), justamente los elementos que hicieron triunfar el humor de Charlie Chaplin.

Fui a ver “Casi Fiel” (2019) en el cine y me di cuenta de que los chistes de la película no cambiarían si la historia hubiese sido hecha para radio.

“Casi Fiel” la más reciente película de Roberto Ángel Salcedo, trata sobre un hombre que engaña a su futura esposa con múltiples mujeres. Tiempo después su prometida queda embarazada, pero él sigue su mismo camino, ausentándose de la casa y mintiéndole. Cae en un enredo (a medias) cuando sus amantes lo descubren, pero continúan en relaciones con él. La premisa de un hombre infiel maniobrando relaciones simultáneas en una sociedad pequeña no estaría mal en sí, pero el tratamiento que se dio al guion lo hace insípido y con poca gracia.

La película carece de estructura: no hay enfrentamientos entre los enemigos, no hay crecimiento de los personajes y la intensidad nunca sube de forma clara. La película pierde momentos importantes de posibles clímax sin razón. Sube la intensidad y el espectador ya está esperando que el conflicto se muestre en pantalla, pero la historia lo evade, lo corta.

El protagonista es rescatado fuera de pantalla a modo Deus Ex Machina cada vez. La historia quiere seguir y mostrar lo mucho que perduran los problemas en la vida de los personajes, cuando mostrar un solo episodio contundente hubiese sido más eficaz.

Los diálogos intentan ser divertidos por sí solos, confiando en las habilidades de los humoristas de la película. A los realizadores les falta la comprensión de que la comedia no puede solo recaer en un diálogo “chistoso”, sino que la comedia debe componerse de elementos narrativos humorísticos (visuales y auditivos) cuidadosamente organizados.

Un buen chiste en una comedia no detiene la trama, sino que la avanza de forma jocosa. Aunque la estructura clásica de un chiste consta de: una situación, un giro inesperado y un desenlace cómico, “Casi Fiel” nunca se vale de este recurso. Los chistes vienen de forma gratuita y constante; van de diálogo cómico a diálogo cómico sin respiro o sin progresar la narración de la película.  Por lo tanto, sus intentos de hacer reír con texto y actuaciones exageradas nunca culminan en risa.

Muchos problemas de la película parten de un guión con un bosquejo pobre de sus personajes. El protagonista no recibe consecuencias de sus acciones y los personajes secundarios son solo caricaturas sin motivaciones o miedos reales que los lleven a confrontarse.

De forma casi hasta grosera las mujeres eran los personajes más exagerados de la historia, por ejemplo, las dos parejas principales de Alejandro son mujeres unidimensionales. Carolina (Dalisa Alegría) es sensible e ingenua, pero increíblemente vana. La otra mujer (Gaby Desangles) es más astuta, controladora e histérica, pero ahí terminan sus características. De hecho, ninguna de las dos tenía personalidad, solo formas especificas de actuar en cada escena.

Al poco tiempo ya cansaban los personajes. No tienen vida propia, solo sirven para satisfacer las necesidades de Alejandro. No eran más que un estorbo al protagonista, un hombre sin ningún tipo de mérito o nada que lo haga ganarse la simpatía del espectador. Ni el director ni la película condena su infidelidad. Es como si él no tuviera la culpa de ser infiel y que eso fuera una característica inherente suya, algo que no puede ni intenta cambiar. La película no reflexiona sobre la infidelidad, solo la utiliza por considerarla un tema que llama la atención de su público.

“Casi Fiel” es un ejemplo de que, como arte cinematográfico, la comedia no ha podido alejarse de ser versiones alargadas de los sketches (escenas) del humor televisivo. Además de utilizar los mismos humoristas y estructuras recurrentes de la televisión, comparte sus chistes poco visuales y mal preparados.

Si la comedia dominicana quiere continuar atrayendo espectadores a sus salas, sus realizadores tienen como reto reflexionar sobre la estructura y la naturaleza de su género. Al igual que los demás géneros, la comedia también puede ser arte, no tiene que relegarse a ser entretenimiento vago y descuidado.

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