Fusión inteciana, un género musical
En la pasada entrega de La Colmena nos pidieron música y me pregunté: ¿Cómo puede un inteciano (sinónimo de intensísimo) pensar en eso, si todos dicen que estudiar en INTEC es igual a “no tener vida”?
Así que comencé una búsqueda que me llevó a un valioso descubrimiento: sí, fuera de la biblioteca, los laboratorios y El Panalito, en esta universidad ¡Hay vida! Escuche decir ¡Bingo!
Aquí les dejo un botón para la muestra. Les presento a Lenum (¡aplausos, por favor!), una banda pop-rock
integrada por estudiantes de INTEC. Stephanie Velázquez, de Ingeniería Civil es la vocalista y Rosaida Silverio y Luis Sang, ambos de Medicina, tocan la guitarra y la batería, respectivamente.
Ellos combinan la música con los estudios desde 2005. Rosaida y Stephanie desde el colegio y, un tiempo después, se les une Luis. Nos cuentan que el apoyo que han recibido de sus compañeros les permite ver la fe que todos tienen en ellos y en lo que hacen. “Ver como aplauden y disfrutan de nuestras canciones ha sido la mejor experiencia”.
Pero, sigo preguntando: ¿Es fácil manejar una actividad extra, siendo estudiante de INTEC? “¡No! No es nada fácil (je je ya me lo sospechaba)”. “Tratamos de hacer lo mejor, no podemos descuidar nuestras carreras. La música que por igual amerita tiempo, es como nuestro respiro, nuestro desahogo”.
Estos intecianos han tenido que aprender a priorizar. Si están en semanas fuertes, se olvidan de la música para estudiar y así mantienen equilibrio. Para ellos, la música es también una ayuda académica, que les permite escapar del estrés. Es hasta espiritual: los tres coinciden en que les ayuda a expresar lo que sienten y esto los hace mejores personas.
Decido preguntarles: “Si INTEC fuera música, ¿a qué género pertenecería?” Su respuesta es franca: “Sería un nuevo estilo, el género inteciano: una fusión de ritmos rápidos, melodías y letras de significado profundo, acordes elaborados… Eh… lo dejamos aquí, tenemos que preparar una exposición para mañana” (risas). Así terminó éste encuentro. Pero, tranquilos lectores, ¡Sí se vive fuera de las paredes del INTEC! … respiren.
