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Tag: Experiencia

La experiencia, el círculo vicioso del desempleo

La falta de experiencia laboral, de habilidades y herramientas para aplicar a empleos, además de discriminación por parte de los empleadores, son obstáculos a los que se enfrentan los jóvenes dominicanos al solicitar empleo, según EDUCA.

Lill Taveras/ Estudiante de Comunicación Social y Medios Digitales

La inserción laboral es uno de los tantos retos que presenta la juventud dominicana. Lanzarse al mercado laboral puede parecer una tarea tan sencilla como obtener un título que compruebe el haber cursado los estudios universitarios.

Pero, los jóvenes, quienes presentan el 36% de la población dominicana, se ven obstaculizados por un factor que se les exige, pero no obtienen de manera sencilla, la experiencia. A esta realidad se le suman las limitadas plazas de trabajo formal, la falta de competencias laborales y la discriminación por edad de los empleadores.

Completar la educación superior no garantiza a los jóvenes dominicanos tener capacitación laboral, por lo que se lanzan al mercado esperando obtener esa primera oportunidad que les garantice parte de la experiencia necesaria para tener un buen desarrollo laboral.

Los jóvenes enfrentan barreras para acceder a pasantías y/o para obtener un primer empleo, dado que el marco legal vigente de República Dominicana no establece de manera concreta cómo éstos han de ser incorporados en el mercado laboral para completar su capacitación. Así lo explica la Acción Empresarial por la Educación (EDUCA).

En el informe realizado en 2013 por el economista Fabricio Gómez Mazara refiere que “Guzmán (2008) plantea que para que la economía pueda absorber a los que cada año ingresan al mercado laboral se requiere que el producto interno bruto crezca a una tasa superior al 4.5% anual”.

En ese sentido, la economía dominicana se ha mantenido como una de las más dinámicas en América Latina y el Caribe con una tasa de crecimiento anual de 7% para el año 2018, según el informe del Banco Central.

Sin embargo, a pesar de estas cifras, el crecimiento de la economía no ha colaborado con la creación de posiciones dignas de trabajo. El economista José Luis de Ramón en su charla titulada “Perspectiva económica de la República Dominicana” afirmó que “Estamos creciendo (el país), pero llevando a la gente a buscar su diario vivir a un mercado informal”.

La República Dominicana cuenta con el “bono demográfico” más alto de América Latina.  Es decir, está en un periodo en el que la cantidad de personas en edad de trabajar supera a las personas económicamente dependientes, lo que constituye una gran oportunidad de desarrollo económico, pero para esto es necesario implementar políticas de apoyo a la creación de empleos formales dignos.

¿Cómo insertarse en el mercado laboral sin experiencia?

El economista, diplomático y escritor Eduardo Tejera comentó en una publicación para el periódico Acento, sobre la dificultad de obtener empleo para los jóvenes, resaltando que “las opciones que les quedan son todas frustratorias: intentar engancharse al sector público, ya sea con una “ayuda” o una “botella”, en las filas del clientelismo político, caer a la delincuencia o intentar emigrar del país”.

La falta de experiencia laboral, de habilidades y herramientas para aplicar a empleos, además de discriminación por parte de los empleadores, son obstáculos a los que se enfrentan los jóvenes dominicanos al solicitar empleo, según EDUCA afirma en su libro “Los Jóvenes Dominicanos esos desconocidos”.

En los grupos focales realizados por EDUCA, los jóvenes comentaron que además de exigir un tiempo determinado de experiencia en el área que se solicita empleo, los empleadores encuentran una relación entre juventud e irresponsabilidad. A menos edad, mayor irresponsabilidad.

“Ciertas empresas exigen que el candidato tenga determinado rango de edad (mayor de 30 años, por ejemplo), ya que se asume que estos tendrán un mayor nivel de compromiso y responsabilidad para con los trabajos”, (EDUCA, 2019).

Proyectos de ley

El estudio publicado por el Observatorio Político Dominicano (OPD), “Proyectos de ley de empleo juvenil o primer empleo en República Dominicana, 2019” revelo que desde el 2007 se han presentado ante el Congreso Nacional cuatro proyectos de ley que apoyan la inserción juvenil, pero estos han perimido hasta ocho veces por falta de consenso.

Además, resalta que estos proyectos de ley han perimido, porque poner en practica estos proyectos redundaría en las exenciones de impuestos otorgados a los empleadores.

Para julio 2019, aun se debatía la aprobación del Programa Primer Empleo, al cual se han sumado los establecimientos pertenecientes a la Asociación de establecimientos de comida casual y de servicio rápido (Adecor), que actualmente acoge 33 marcas y cerca de 12 mil empleos directos en 681 establecimientos.

Se estima que este programa beneficie a un total de 6,200 jóvenes de entre 18 y 29 años de edad, en la inserción al mercado laboral en condiciones favorables y con entrenamiento. El programa garantiza que los elegidos estarán laborando un total de tres meses y recibiendo como remuneración el salario mínimo del sector privado, el cual será cubierto por el Ministerio de Trabajo.

¿Hacer o no hacer pasantías?

Las prácticas profesionales son el primer paso de ingreso al mundo laboral, donde comenzamos a crear nuestra marca personal, conocer futuros colegas y enamorarnos más de nuestra profesión

 

Nicaury Custodio

nicaury.custodio@intec.edu.do

El inicio de un nuevo trimestre supone para muchos estudiantes del INTEC el disparo de salida hacia un aspecto de su formación casi tan importante como la estrictamente académica: la búsqueda de Pasantías o Prácticas Profesionales.

Sin lugar a dudas, la experiencia laboral es un elemento determinante para cualquier carrera. Permite al alumno verificar las enseñanzas alcanzadas en las aulas, conocimientos que, al ser implementados en escenarios reales, logran otra visión y son aprovechados de forma plena por el estudiante.

Las pasantías son un camino de ingreso al mundo laboral. Es donde comenzamos a adquirir la experiencia que luego nos demandarán las otras empresas en que  trabajaremos en el futuro. Además, es un espacio favorable para “ver y ser visto”, el medio donde comenzamos a crear nuestra marca personal y la red de contactos profesionales que son tan determinantes en el mercado laboral.

2 Fernando Garcia V EnergyMás allá del pago

Con las prácticas profesionales gana la empresa porque se conecta con nuevos talentos y ganan los estudiantes, que aprenden, entran en contacto con el entorno profesional y corrigen su rumbo académico adaptándose a la realidad de las empresas.

Como pasantes, además de conocimientos y contactos, ganamos la oportunidad de identificar aquello que nos gusta y lo que no se ajusta a nuestros intereses, según el tipo de práctica. Nos ayuda a conocemos mejor y averiguar por dónde queremos o no desarrollar nuestra carrera en el futuro. Algunas pasantías son pagadas, otras no. En cualquier caso, lo más importante es la experiencia.

Si aún tienes dudas sobre si hacer o no una pasantía, mejor deberías comenzar a cuestionarte ¿por qué aún no tengo una?

El INTEC cuenta con la Unidad de Pasantías una instancia de la División de Servicios a Estudiantes (DSE) encargada de crear el vínculo entre las empresas y los estudiantes. Junto al apoyo de los coordinadores de las carreras de Grado, busca guiar, programar y  supervisar las pasantías laborales o prácticas profesionales.

Los requisitos para entrar al programa son:

  1. Ser alumno activo de grado del INTEC
  2. Haber aprobado un mínimo de 170 créditos (mitad de la carrera)
  3. Estar en condición académica Normal
  4. Disposición para aprender

Si te interesa hacer pasantías, envíanos tu hoja de vida a pasantía@intec.edu.do o llama al 809-567.9271 ext. 410.

La forma en que me volví inmune al sol…y otros cuentos más de La China (Parte 3)

Nuestra egresada de Diseño Industrial, Johanna López, continúa compartiendo las historias de su viaje a China, donde asistió representando al país luego de ser elegida ganadora de “El puente chino”

 

Johanna López / johalopezta@gmail.com

Solo nos quedaban 2 días en Beijing, antes de volar a Hunan para la competencia. Nos levantamos bien temprano, pues los 127 debíamos estar listos para salir a las 8 AM. En esos días la finalidad era conocer la ciudad… y al mismo tiempo ser seguidos por cámaras para darles las mejores tomas que podamos, mientras gritábamos: 中国我来了! (China, ¡yo llegué!) y 我的中国梦 (Mi sueño Chino). El viaje se tenía que pagar de alguna forma, ¿No?

Nuestros buses estaban separados: América y África,  Oceanía y Asia, y Europa. Primero nos dirigimos a la Ciudad Prohibida, allí quedé sorprendida por la belleza de las edificaciones, por sus detalles de miles de años en las paredes, los techos y el piso. Al finalizar el recorrido fuimos a almorzar en el 13vo piso de un restaurante elegante, donde segregaron las mesas por continentes.

Próxima parada, el Palacio de Verano, con sus jardines, edificaciones y esculturas llenas de historias y simbología, de fondo, un enorme lago, del cual lamentablemente el cielo gris no permitía admirar toda su belleza.

Luego de varias horas de recorriendo el lugar y grabar otras tomas, nos llevaron a otro restaurant. Los organizadores pusieron los letreritos separando a los continentes como de costumbre, y nosotros, rebeldes, decidimos mezclarnos.

Al compartir con tantos países  ocurrió un fenómeno común de mezcla de acentos: esporádicamente tenía un canta’o cubano, boliviano, peruano, mexicano o chileno; hablaba con los estadounidenses, canadienses y africanos en chinenglish; y de vez en cuando llevaba una conversación en inglés con un latino, hasta que recordábamos nuestro origen.

Al día siguiente nos tocaba una de las grandes maravillas del mundo: La Gran Muralla China, majestuosa, imponente, con una subida muy empinada. Nos dirigimos a subir y al momento me di cuenta que mi estado físico en ese momento no era el mejor. Llegué a la primera parada y ahí me detuve a tomar aliento, seguí subiendo hasta la 2da y luego de coger aire me dispuse a bajar.

Para nosotros, la excursión había llegado a su fin y podríamos descansar en el autobús, pero los organizadores tenían otros planes.

Nos organizaron en filas, frente a la entrada de la gran muralla, bajo el sol picante del mediodía, para formar los caracteres 中国 (China): un poco más a la izquierda, no… a la derecha, griten, agiten las manos, saluden a la cámara, ¡salten!…y así por cerca de una hora, o así lo sentimos todos, que llegamos cansados y sudados a el autobús sin imaginarnos que ahora es que empezaba el mambo.

Intenta encontrar a Johanna en esta foto.
Selfie en la Muralla China.
Johanna junto a sus compañeros de otros países.