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¿Rastas y chacabana?

Plazoleteaba, de vez en cuando traía la guitarra, salía de la clase de las 4 a las 5:30p.m. atrás de un quipe con picante y sólo retiró una materia, Matemática 4 con “la búlgara” (la segunda vez la pasó en A). Nunca se ha puesto una chacabana, y no tocaba en el bosquecito. ¿Qué significa ser inteciano entonces para Vicente García? Nos recibió en un ensayo en el cual nos deleitó con su dub-chata (dub-step y bachata) y voz “arroncanrolada” sorprendiéndonos en cada cambio; él solito ajustó botones de la consola y enchufó cables para tocar “Melodrama”, su primer disco estrenado en octubre como solista que ya suena como favorito en Colombia.

A pesar de su hablar en un volumen bajo y calmado, casi tímido, no se siente amenazado de abordar cualquier tema fuera de la música, porque además de compositor, es Ingeniero Electrónico y de Comunicaciones graduado del INTEC en 2003.

¿Qué se siente llevar rastas y chacabana?

No me la puse. Al momento de mi graduación no estaba en el país y ya no tenía sentido graduarme con otras personas que no fueran mis compañeros.

Siendo estudiante, ya pertenecías a un grupo que empezaba a ser reconocido…

Por ser diferente es difícil a veces la relación con los profesores, pero si eres bueno, se dan cuenta y ya no importa lo que creen de ti. No faltaba a clases.

¿Qué significa ser inteciano?

Buscar tiempo para todo.

¿Es importante una carrera profesional para un artista?

Ayuda bastante a construirte una base como individuo, a ser más seguro de uno mismo. Tener una carrera hace que uno vea las cosas desde una perspectiva más objetiva. Hago música porque es mi vocación. Además, mis conocimientos de electrónica los he podido aplicar tanto en el estudio con los equipos de sonido como en la experimentación con instrumentos musicales.

¿Cambiarías algo de la última década? ¿Tu carrera por ejemplo?

¡Ni loco! ¿¿¿Después de tanto estudiar???

¿Qué recuerdas de INTEC?

Hubo un profesor de física que me enseñó a afinar la guitarra por resonancia.
Si la cuerda está afinada, vibra la que está al lado: por resonancia.

Un inteciano melodramático

¿Dónde te inicias cómo músico?

Desde pequeño me llamaron la atención los instrumentos de juguete.
Estaba en clases de música pero me aburría y las dejaba. A los 13 años cogí la guitarra y empecé a componer, porque tenía algo que decir.

¿Cómo te conviertes en el telonero de Juan Luis Guerra?

Conocí a Juan Luis desde que estaba en Calor Urbano, hicimos un cover de la canción “Tú” en una onda Soul / R&B. Esto dio inicio a una relación que siguió evolucionando hasta que nos invita a formar parte de la gira “La Travesía”. Luego decido emprender mi carrera en solitario, incorporando ritmos dominicanos a mi música, en este proceso la relación se afianza más y en el momento que sale la gira “A son de guerra” me invitan como telonero en varios países.

¿Cuál es tu título preferido?

Compositor, alguien que quiere decir lo que siente, a esa persona de quien
estoy enamorado o contar lo que me cuentan y lo que vivo observando.

¿Tu frase de batalla?

No me creo capaz de dar consejos, pero hay que creer en lo que uno hace, sentirlo y abogar por ello: “La esperanza no es sino el primer paso para convencer al destino con lo que parece imposible”.


Luvil González

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