Mecánica para la salud
Mi padre solía preguntarme,más seguido de lo que me hubiese gustado, cómo se gana la vida un Ingeniero Mecánico. Pero cuando le comenté que quería especializarme en Ingeniería en Equipos Médicos y trabajar en un hospital, sencillamente dejó de hacerlo. Estudié esta carrera por su tecnicidad, versatilidad, aplicabilidad y amplio radio de especialización. Siempre tuve el deseo de ayudar a los demás. Me atraían las ciencias médicas, pero la idea de adoptar la ruta clásica hacia la medicina nunca me convenció. Al descubrir la Ingeniería Biomédica entendí que podría combinar lo mejor de los dos mundos. Hace ya varios años de eso y desde entonces he tenido la oportunidad de vivir en varios países, trabajar en diversos campos y ampliar la base de los conocimientos adquiridos en mis años intecianos. Una formación que fue un factor diferenciador a la hora de solicitar los programas de postgrado en el extranjero.
Ya soy Ingeniero Biomédico y ejerzo mi profesión en Santo Domingo, donde he asumido diversos proyectos con médicos reconocidos del país. Trabajo, a la vez, en iniciativas de la carrera de Ingeniería Mecánica de INTEC. La oportunidad de ser parte de un equipo de cirugía siendo ingeniero es para mí la realización de mi sueño profesional. Pienso que mi contribución a las ciencias médicas es un honor y un privilegio. Cada procedimiento quirúrgico de biopsia estereotáctica realizado por nuestra unidad de médicos, enfermeras y un ingeniero es la prueba de que la medicina y la ingeniería dominicanas caminan hacia un nuevo modelo profesional mucho más avanzado. No tengo duda de que lo mismo ocurre en las otras áreas de la ingeniería y que las necesidades del mercado laboral dominicano evolucionarán hasta demandar ingenieros altamente especializados.
Decidí estudiar ingeniería mecánica por su tecnicidad, versatilidad y aplicabilidad; además del amplio rango de posibilidades de especialización existentes. Fue una decisión muy provechosa para mí ya que a la hora de aplicar a programas de post grado en el extranjero, mi diploma y mis credenciales intecianas fueron un factor diferenciador muy valioso.
Aunque el sacrificio de dejar tu país y tus costumbres por lo desconocido es intimidante, son incontables los beneficios de desarrollo intelectual, cultural, de versatilidad y de apertura de espíritu de los estudios de post-grado en el extranjero. El conocer varias culturas distintas y diversas formas de hacer ingeniería han sido para mí una oportunidad única e increíble por la cual siempre estaré agradecido.