No confundamos tristeza con depresión

Perla Navarro, psicóloga del INTEC, explica las diferencias y nos comparte un protocolo de autocuidado de salud mental
Escrito por Perla Navarro, psicóloga y docente del INTEC
SANTO DOMINGO. – La depresión es un trastorno del estado de ánimo que afecta a millones de personas en el mundo, caracterizado comúnmente por tristeza profunda y persistente, desesperanza, bajos niveles de energía, irritabilidad, pérdida de interés por las actividades diarias y dificultad para realizarlas, afectando la calidad de vida y el funcionamiento laboral, académico y/o social de la persona.
La tristeza es una emoción universal, y como todas, es pasajera. Se desencadena a partir de un evento externo o interno que produce cierta vulnerabilidad o pérdida. La depresión, en cambio, es una enfermedad que hace que este sentimiento alcance niveles muy elevados y persista en el tiempo, afectando significativamente la calidad de vida.
Cabe destacar que no todas las personas que tienen depresión la experimentan con tristeza. Para algunos individuos la irritabilidad es la emoción principal de este cuadro, y para otras no hay afectación emocional aparente sino más bien una “anestesia emocional” o desinterés generalizado.
Los adolescentes y jóvenes son especialmente vulnerables al desarrollo de la depresión. La depresión es una enfermada multifactorial y son muchas las variables que intervienen para que alguien esté en riesgo, entre ellas: factores biológicos y hereditarios, exposición a situaciones traumáticas o emocionalmente dañinas, bajo apoyo social, bajo autoconcepto, tendencia a pensamientos catastróficos, hábitos poco saludables (uso y abuso de sustancia, sedentarismo, entre otros).
En los últimos años se ha demostrado también que la alta exposición a las redes sociales es un factor de riesgo para el desarrollo de la depresión y otros trastornos de salud mental. La comparación constante, la sobre estimulación y el deterioro de las relaciones interpersonales que se genera a partir del uso desmedido de redes son algunos de los factores que se señalan como posibles causas.
A pesar de que existen múltiples factores que pueden influir en nuestra salud mental, cultivar los siguientes hábitos que te comparto a continuación puede contribuir a nuestro bienestar integral y puede servir como un protocolo de autocuidado.
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