Awilda Polanco: “El arte es mi forma de ver el mundo”
Crear nuevos mundos posibles es lo que a juicio de la coordinadora de la Unidad Vida Universitaria del Instituto Tecnológico de Santo Domingo se necesita para construir juntos una nueva identidad como humanidad.
“Es indiscutible la importancia del arte para el desarrollo integral de las personas como principio de libertad y autonomía, si sienten el llamado, y más en estos tiempos tan complejos, permítanse la posibilidad de explorar el ARTE DE SER HUMANOS”, expresó Awilda, quien lleva más de dos décadas como gestora cultural en la universidad.
¿Cómo se define Awilda Polanco?
Me gusta asociar la idea de definirme a la acción de expandirme de manera constante.
Como mujer isleña me identifico profundamente con la madre tierra y su infinita sabiduría. He decidido ser creadora, gestora cultural con perspectiva social desde la danza y vincularme a espacios educativos de trascendencia.
¿A qué te dedicas?
Desde 2016 lidero la coordinación de la Unidad Vida Universitaria en la Dirección de Servicios a Estudiantes, a la par de cumplir 21 años como directora de Danza de INTEC.
Con cinco años de gestión en la Unidad vivimos un momento muy importante al propiciar su desarrollo integral de forma paralela a su formación académica.
¿Qué significa para ti el arte? ¿Por qué lo elegiste?
Mi arte soy yo. No se fragmenta tu forma de ser o estar en el mundo y para mí eso es el arte del movimiento, un constante espacio de armonía, cuestionamiento, reflexión y evolución que coexiste en mi tránsito por la vida de manera integral.
Elegí el arte de la danza para habitarme y crear sentido de justicia social, esto incide en mis estrategias de creación como artista independiente.
¿Qué has logrado a nivel de la danza en el INTEC?
Ha sido sumamente rica mi experiencia en los procesos de enseñanza-aprendizaje abordados en 21 años con el Grupo de Danza del INTEC, el planteamiento esencial se fundamenta en romper con el conductismo puro como estructura pedagógica implementando prácticas más ligadas a lo cognitivo-constructivista, con esta visión el estudiante además de absorber los conceptos que el profesor proporciona también construye el conocimiento desde su propia corporalidad. Esto genera un encuentro inevitable, maravilloso y mágico con su propio ser en diálogo honesto y creativo con el mundo que te rodea, experiencias de esta naturaleza te acompañan y te nutren toda la vida.
¿Qué es lo que más te apasiona en la labor con los estudiantes?
La danza en el ámbito de la educación superior cumple con un alto valor pedagógico que influye de manera positiva en el autoconocimiento y en el desarrollo integral de los estudiantes. Poder aportar en este viaje, donde los jóvenes reconectan con su naturaleza artística y creativa y afianzan sus valores éticos y estéticos. Al mismo tiempo, estos procesos me regalan la oportunidad de renovación constante de mi capacidad de dar en el mundo de la enseñanza mediante el arte.
¿Cómo conjugas tu vida personal y laboral con el arte?
Anais Nin dijo una vez, “No veo el mundo como es, lo veo como yo soy”.
Estos dos aspectos comienzan y terminan en un mismo territorio, ya que el arte es mi forma de ver el mundo. En mis propuestas como artista independiente lo autorreferencial nutre de manera esencial el imaginario con el que construyo esa visión existencial, cuestionadora, emotiva y reflexiva que sustenta el discurso conceptual en mi obra.
¿Cuáles son tus fortalezas y debilidades?
Hablando de fortalezas, cuando inicié como gestora de Vida Universitaria contaba con la experiencia previa de haber ocupado por 16 años el puesto en que se desempeñan gran parte de los miembros de la unidad como responsables de las disciplinas artísticas y deportivas, por tanto, conocía la dinámica de sus espacios de acción y de manera anticipada conocía la necesidad de crear escenarios alternativos en el campus para difundir nuestra labor con la comunidad estudiantil en los grupos oficiales de artes y deportes.
En cuanto a debilidades, soy muy perfeccionista, pero sin perder de vista que mantener cierta flexibilidad es vital para sostener el buen ritmo de logros y metas alcanzadas.
¿Qué estudiaste?
Me gradué Cum Laude en Artes Publicitarias en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD). Mi formación en danza como performer, maestra y coreógrafa la inicié con renombrados maestros dominicanos en Ritmos Espacios de Danza, una academia privada con visión vanguardista que impulsó el movimiento de la danza contemporánea Independiente en nuestro país, paralelo obtuve becas en escuelas y festivales de México, Estados Unidos, Austria, Barcelona y Brasil.
¿Cómo pasas de los escenarios al INTEC? Los momentos más significativos y emblemáticos en mi carrera artística en la danza dominicana los he vivido junto a mi trayectoria en el INTEC. A continuación, cito algunos:
- Representante de República Dominicana en festivales internacionales en American Dance Festival (ADF) 2000 – 2001 -2005, Duke University, en Carolina del Norte, y en 2003 fui becada al Festival Impulstanz Viena-Austria.
- En 2004 fundo y dirijo “Ecos Espacio de Danza”.
- Mi obra “Exclamaciones” resultó ganadora en la Primera Bienal de Danza del Caribe en La Habana, Cuba, en 2008.
- Por seis meses coreógrafa ren el Proyecto Colaboratorio de Festival Panorama de Dança, Rio de Janeiro-Brasil.
- Recibí el Premio Soberano a Mejor Coreógrafa, en 2015.
- En 2017 fui coreógrafa invitada en la Compañía Nacional de Danza Contemporánea.
¿Qué es lo que más te apasiona en la labor con los estudiantes?
La danza en el ámbito de la educación superior cumple con un alto valor pedagógico que influye de manera positiva en el autoconocimiento y en el desarrollo integral de los estudiantes. Poder aportar en este viaje, donde los jóvenes reconectan con su naturaleza artística y creativa y afianzan sus valores éticos y estéticos. Al mismo tiempo, estos procesos me regalan la oportunidad de renovación constante de mi capacidad de dar en el mundo de la enseñanza mediante el arte.