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Color esperanza contra los pensamientos grises

Por: José Jiménez | Estudiante de Comunicación Social y Medios Digitales

Una pesadilla que llegaría para quedarse. A principio algunos aprovecharon para recuperar el tiempo perdido con la familia, mientras otros ya vivían de cerca la incertidumbre de tener en sus cuerpos “la amenaza invisible”: COVID-19.

Rutinas alteradas, actividades pospuestas y trabajos cancelados fueron los indicadores que revelaban la veracidad y seriedad de la nueva etapa que empezábamos a vivir. Nuestro ritmo de vida sufrió una brusca modificación.

A raíz de los graves cambios y primeros efectos de la pandemia, a principios de mayo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) vaticinó un aumento de las enfermedades mentales. La directora general del departamento de Salud Mental y Abuso de Sustancias de la OMS, Dévora Kestel, afirmó: “La situación actual, con aislamiento, miedo, incertidumbre y crisis económica, puede causar trastornos psicológicos.

Es probable un aumento a largo plazo del número y la severidad de los problemas de salud mental por el sufrimiento inmenso de cientos de millones de personas y los costes económicos y sociales a largo plazo para la población”.

A veces estamos sumergidos en pensamientos sin colores. Familiares, amistades y conocidos han tocado fondo. Unos porque perdieron a un ser querido, otros porque fueron despedidos de su trabajo, algunos porque se apoderan de ellos, de manera involuntaria, sentimientos negativos.

Por ejemplo, Mariela se siente inútil porque no tiene el control de nada, no puede tomar acción para cambiar las cosas. “Tengo decepción de mí, agotamiento, tristeza y mucha más pereza”. Sin embargo, en ella existe una motivación: todo es posible, sé que puedo controlar mis pensamientos, se trata de darte ánimo tú mismo y apoyarte a los que están a tu alrededor.

Pero para Martín, la evolución de la pandemia impacta constantemente su estado de ánimo y perjudica su desempeño laboral y estudiantil. Aunque convivió durante 38 días con el coronavirus en su cuerpo, el reto más difícil es pensar en que tendrá que salir una mañana más para trabajar y que al llegar el fin de semana, no tendrá otra opción diferente a la de quedarse en casa.

¿Cómo puedo aceptar esta realidad, adaptarme a ella, crecer y ser mejor? Lucía Sánchez Díaz, psicóloga y coordinadora académica de la carrera de Psicología del Instituto Tecnológico de Santo Domingo, nos compartió distintas opciones para crear esperanza por encima de la incertidumbre.

“Cuando llega ese punto en el que identificas que empieza la ansiedad, es importante armar un plan de acción basado en actividades que te guste hacer y complementado con momentos dedicados a respirar, meditar, aislar las redes sociales y enfocarse en la conexión propia”.

Sánchez recomienda utilizar el tiempo en que nos invade la negatividad creando fiestas virtuales con los amigos, saliendo a hacer ejercicios, o paseando nuestra mascota. La docente reveló que esta crisis generalizada ha tocado a los docentes del área de la salud mental. “Ha sido un reto para nosotros. Se está priorizando la salud mental, en un momento no muy agradable donde nosotros de igual forma sentimos miedo y depresión”.

Muy pronto volveremos a estar más cerca de quienes hacen nuestro camino más ligero, ahora, y por mucho tiempo, toca priorizar nuestra paz, tranquilidad y salud mental, intentando traer caballete, lienzo, pinceles y colores para darle vida, esperanza y positivismo a nuestros pensamientos.

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