Skip to main content

República Dominicana está en cartelera

Por: Crsitina Meléndez/ Estudiante de Comunicación Social y Medios Digitales 

El cine dominicano se proyecta sin límites ni fronteras, llevando sus producciones cada vez más lejos

El cine dominicano se presenta de una manera singular y creciente frente a diferentes industrias cinematográficas extranjeras, siendo hoy su producción filmográfica la que ha llamado atención internacionalmente, al proyectar películas que no solo muestran al dominicano, sino que también cuentan historias que resaltan la gran diversidad cultural e histórica que se encuentra en este país.

Hoy en día se ha podido construir un cine que intenta fijar un espacio en la cinematografía internacional y lo ha logrado a través de un proceso que se desenvuelve de manera lenta, pero continua y que no ha descansado hasta cumplir sus objetivos.

El cine dominicano se ha presentado muchas veces como un medio de comunicación en el que se cuentan historias que reflejan las situaciones que se viven en el país, convirtiéndose en una representación vivida de la realidad dominicana.

Para los amantes del cine, incluyendo todo aquel que lo vive y lo produce, el cine es más que la reproducción de un montón de imágenes con sonido, sino que refleja un espacio en el que fluye las manifestaciones artísticas y culturales de una persona o incluso de un país completo.

El cine no solo es capaz de causar emociones, sino también que ha permitido que personas puedan vivir experiencias enriquecedoras, que también les permitan contar historias. Para Juan José Namnún, cineasta dominicano, el cine ha sido más que un simple medio de comunicación, sino que también le ha permitido contar sus experiencias.

Las huellas del cine dominicano

El cine en la República Dominicana fue introducido al país en agosto de 1900 por Francesco Grecco, un comerciante que se estableció en Puerto Plata, en donde eligió el Teatro Curiel para mostrarle a los dominicanos el cinematógrafo de los hermanos Lumiere y las posibilidades que tenía este séptimo arte.

La primera filmación dominicana registrada fue hecha por los fotógrafos Francisco Palau, Tuto Báez y Juan B. Alfonsea, quienes desarrollaron la primera película de ficción del cine dominicano, llamada La leyenda de la Virgen de la Altagracia, en la cual tuvo la colaboración de los textos del historiador Bernardo Pichardo y cuya película fue estrenada el 16 de febrero de 1923.

A pesar de que se había dado inicio al desarrollo cinematográfico en el país a través de este filme, no hubo una continuidad en la producción y en la exploración documental, quedando esta como una manifestación artística del momento, sin ningún tipo de incentivo industrial.

Una de las icónicas películas dominicanas que fue reconocida en festivales internacionales fue Pasaje de ida, dirigida por Agilberto Meléndez, creador de la Cinemateca Nacional y un curtido personaje en las obras audiovisuales, que realiza este filme en 1988.

Otros de los grandes productores dominicanos que le dio un impulso al cine del país de una manera única fue Ángel Muñiz con producciones como Nueva Yol: por fin llegó Balbuena (1995), Nueva Yol III: bajo la nueva ley (1997), tomando como estrategia publicitaria de no tener una segunda parte ya que según él “las segundas partes nunca han sido buenas” y Perico Ripiao (2003).

Desde entonces el cine dominicano ha recorrido un gran camino, contando grandes historias que muestran el potencial que tiene el país para llevar a la pantalla grande películas únicas con relatos reales y que determinarían las producciones de los años venideros.

Cabe destacar que todo cambió con la aplicación de la Ley 108-10 sobre el Fomento de la Actividad Cinematográfica en la República Dominicana, la cual abrió las puertas de la producción y la exhibición cinematográfica de distintas cintas dominicanas.

Con la promulgación de la Ley 108-10 se creó un marco legal que tiene como objetivo hacer que el cine dominicano tenga un desarrollo progresivo, armónico y equitativo, que permita este no solo sea reconocido en el país, sino que pueda ampliar sus horizontes en busca de nuevas propuestas que hagan destacar este séptimo arte. Además de ofrece grandes incentivos y beneficios a los inversionistas nacionales e internacionales.

Esta ley ha significado un gran cambio para la producción cinematográfica del país, con la que no solo se genera divisas, sino que también se trata de cultivar la producción artística y promover los bellos atributos naturales, históricos y culturales de la República Dominicana, los cuales son dados a conocer a través de cada una de las películas.

Según la Dirección General de Cine República Dominicana (DGCINE), desde 1922 hasta 2010 solo se habían filmado 101 películas a nivel nacional, pero a partir del 2010 hasta el 2017, con la implementación de la Ley 108-10, se han producido más de 164 películas y estrenado más de 115 películas nacionales, lo cual marca una gran diferencia en el crecimiento de la actividad cinematográfica en el país.

 

 

En 2017 en la República Dominicana se estrenaron 26 proyectos cinematográficos, siendo el género dramático el más exhibido con 14 películas, siguiéndole 8 comedias, 2 documentales, uno de ciencia ficción y uno de suspenso. Y, para 2018 el cine dominicano no ha hecho más que demostrar la gran sostenibilidad, crecimiento y alcance que ha tenido, con el rodaje 86 proyectos cinematográficos nacionales y extranjeros, que aportaron alrededor RD$ 3,338 millones a la economía.

“Ya tenemos películas que gracias a la Ley de Cine han llegado a festivales internacionales como Cannes y Sundance. Además, de los incentivos de la Ley de Cine que favorecen al empresariado y generan una gran cantidad de empleos” expresó el actor y director de cine Fausto Rojas.

Sin embargo, el incremento de la actividad cinematográfica en el país, no necesariamente se refiere a una mayor calidad en sus películas, por lo que se debe tomar en cuenta la forma en que se están produciendo las películas actualmente.

Según el crítico Mario Núñez Muñoz, uno de los principales problemas que tiene el cine latinoamericano como el dominicano, es que la mayoría de sus producciones actualmente no sabe contar sus historias a través de un lenguaje audiovisual, llegando a ser pocos cinematográficos.

La identidad y realidad dominicana a través del cine

El cine dominicano no ha negado sus raíces, es un cine que hoy en día sigue firmemente desarrollándose y poniendo al personaje dominicano en lo más alto, contando historias en las que se identifica a una República Dominicana llena de color, pasión y cultura.

Félix Manuel Lora, crítico y director de cine dominicano, opina que el cine dominicano no ha definido una identidad propia, todavía se encuentra en la búsqueda de aquello que lo identifica y que lo hace sentir propio de este país. La cinematografía dominicana aún sigue en este proceso de conformación, que es un asunto lógico y normal para el cine que se desarrolla en cada país.

La comedia dominicana se desarrolla como el género principal que caracteriza al cine dominicano y de cierta manera coincide con la identidad del dominicano, porque es donde más el ciudadano se refleja con su humor y su gracia.

A pesar de que en la República Dominicana se desarrollan otros géneros como el drama y el documental de forma masiva, la comedia ha sido el género con más apreciado y disfrutados por los dominicanos, considerándose este como el más atrayente y popular. “Lo que queda hoy en día es el mejorar la comedia, ya que este es el género que más atrae al público”, comentó Lora.

El dominicano ha empezado a consumir otros tipos de géneros cinematográficos, como el drama y el documental, que han llamado su atención y que poco a poco a desplazado las preferencias del público hacia la comedia.

“El cine dominicano paso a paso intenta incorporar otro tipo de temas en el cine dominicano, actualmente se están viendo nuevos proyectos y el crecimiento incluso que se está dando ha permitido el surgimiento de nuevas historias, al igual que el reconocimiento de nuevos cineastas que han hecho sus óperas primas ahora y esas obras marcan una diferencia en el cine dominicano y su identidad”, expresó López.

Según el cineasta Juan José Namnún, el cine de la República Dominicana solo promueve lo que el dominicano quiere ser a través de la pantalla grande, “un ser amable y divertido”, lo que hace que las comedias tengan tanto éxito entre el público, ya que las personas se identifican con los personajes.

“En las películas dominicanas siempre se va mostrar lo más atractivo, ya sea la ciudad de Santo Domingo, la zona colonial o sus playas más bonitas, pero hay otros lugares como por ejemplo la región sur del país, que no son toman en cuenta para los filmes, sin embargo, deberían ser conocidos por el cine”, comentó también Namnúm.

El cine desde los ojos del dominicano 

Según la encuesta realizada sobre el cine dominicano se verificó que gran parte de los encuestados no aprecia o consume el cine dominicano frecuentemente, ni asiste a los lugares donde está supuesto a mostrarse películas nacionales.

De las 72 personas encuestadas un 30.6% considera que el cine dominicano es bueno, otro 45.8 % dice que es regular y 20.8 % considera que el cine producido en el país es malo, dejando solo a un 2.8% con opiniones diferentes acerca de cómo consideran que es el cine dominicano desde su punto de vista.

 

Un gran porcentaje de los encuestados prefieren ver una película extranjera que una dominicana, siendo 59% quienes prefieren ver películas realizadas en otros países, frente a un 14% que prefiere apreciar el cine dominicano. Un 27 % tiene una opinión diferente.

El público dominicano no tiene una educación cinematográfica totalmente presente, lo cual no le permite apreciar de manera significativa otras producciones cinematográficas, que en su mayoría ofrecen una mayor calidad en cuanto a guion y desarrollo de la trama. De igual manera, no se desmiente que sus opiniones son inexactas o contrarias, porque el cine dominicano si necesita mejorar sus producciones, lo que se ha ido llevando a cabo con el tiempo.

No obstante, algunos cineastas también opinan lo mismo en cuanto al público. María López comentó que uno de los mayores problemas que afronta el cine dominicano es que la mayoría de su público no está debidamente educado o culturizado con respecto al tema del cine. Dijo que se está educando al fututo cineasta, pero no a aquellas personas que lo consumen para que exijan otro tipo de historias, aparte de la que están diariamente acostumbrados a ver.

Juan José Namnún también opina que el público dominicano no se ha desarrollado lo suficiente, ya que ve las películas dominicanas, les hace promoción, las critica, pero no se detiene a exigir mejores películas.

Elsa Turull comentó que uno de los principales problemas que tiene el cine dominicano, es la percepción del público para entender que en la República Dominicana no se está haciendo cine industrial americano, sino que tiene que saber que en este país se está haciendo un cine independiente, iberoamericano.

 

Hacia dónde va el cine dominicano

A pesar de los obstáculos que ha enfrentado el cine dominicano, este hoy en día vive un boom en cuanto a producciones cinematográficas, lo cual en parte se debe a la entrada en vigor de la Ley de Cine que ha traído grandes beneficios para el país, para el que lo produzca y hasta para el que lo apoye, elevando la cantidad de películas que se producen por año y ampliando la diversidad en cuanto a sus producciones.

Además, el cine dominicano no solamente ha crecido en la cantidad de películas, sino que muchas de sus producciones hoy en día son reconocidas y premiadas en festivales internacionales, lo que demuestra la industria cinematográfica está haciendo un mejor trabajo en cuanto promocionar el cine en el extranjero.

Entre las películas premiadas en el 2017 se encuentran Cocote, Carpinteros, el hombre que cuida, Jeffrey, Mañana no te olvides y Sambá. En el 2018 se pudo ver un cine dominicano reafirmado, arriesgado y mejorado. Veneno: El relámpago de Jack, fue una de las producciones reconocidas y premiadas en este año con un premio La Silla.

De igual forma la República Dominicana continua con la formación de los nuevos cineastas, con asignaturas que van afines a las características de un verdadero cineasta.

El Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC), la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM) y la Universidad Autónoma De Santo Domingo (UASD), son las universidades que ofrecen las carreras especializadas en la formación de los cineastas del mañana que guiaran el rumbo del cine en el país.

Este reportaje contó con el acompañamiento del docente Víctor Hernández, en el curso de la asignatura Escritura para Medios de Comunicación II.

Comment

Leave a Reply