El cine dominicano y el “product placement”
La industria cinematográfica dominicana avanza, por un lado, la ley de cine ha logrado una mayor inversión en el sector y, por otro, se ha incorporado una publicidad por emplazamiento más útil
Por: Tomás Cruz
Estudiante de Cine y Comunicación Audiovisual
SANTO DOMINGO. -Desde la puesta en vigencia de la Ley 108-10 para el Fomento de la Actividad Cinematográfica en República Dominicana ha habido un aumento en la producción fílmica y, por tanto, en la inversión de las empresas dominicanas en la industria fílmica.
La consecuencia directa no solo se refleja en el aumento de las películas realizadas con incentivos fiscales de las grandes y medianas empresas del país, sino también en el crecimiento de los “product placement” (publicidad por emplazamiento) o insertos de marcas y logos de las empresas que otorgan dinero para estas películas.
Es innegociable para cualquier persona física, y en este caso particular persona jurídica, ser reconocido por alguna labor cultural como, por ejemplo, contribuir para el impulso del cine. Sin embargo, por largos años la publicidad a través del cine dominicano ha sido invasiva.
Por ejemplo, en los primeros años de la puesta en vigencia de la Ley 108-10, las películas que fueron estrenadas incluían muchas veces una entrada al supermercado (lógico, del inversionista en cuestión) y se procedía a realizar la compra.
Dicha compra pasaba a tener lugar en la cocina, con las grandes bolsas de dicha empresa descansando sobre las mesas donde aparecía el arte colocado. Entonces, la cámara realizaba una labor ardua en mantenerlas enfocadas en un primer plano mientras se realizaba un diálogo entre los personajes en el set.
Otro aspecto importante es que los colores de las empresas también figuran con gran preponderancia en los decorados y vestuarios de los personajes, dando a lugar a ocupar la paleta de colores. Este hecho, muchas veces, causa que los colores de las películas dominicanas se vean exageradas, saturados y anormales.
Sin embargo, en años recientes, dichas exageraciones de la publicidad invasiva en las películas dominicanas han ido en descenso, debido a una mayor creatividad para esconderlas a simple vista. Esto, a veces, logrado con un efecto menos notorio que sus predecesores.
En conclusión, dentro de los avances del cine dominicano está el abandono de un product placement invasivo para proponer uno mucho más sutil, más aproximado al objetivo de mostrar la marca, hacerla notar brevemente y no interrumpir a la historia.