Frontera de la libertad de expresión: “El caso de Charlie Hebdo”
Nuestro colaborador Manuel Made abre el debate sobre los límites de la libertad de expresión, generado a nivel mundial a raíz del asesinato de 12 empleados del semanario satírico Charlie Hebdo por dos extremistas islámicos
Manuel Made / manuelmade@usal.es
Desde la semana pasada París, Francia, se ha convertido en un caos a raíz del asesinato múltiple producido por tres supuestos yihadistas en las instalaciones del semanario satírico Charlie Hebdo. Este caos ha desatado varias reacciones de grupos indignados por la muerte de doce personas que trabajaban como ilustradores, incluyendo un agente de la policía parisina que participaba en el enfrentamiento.
Algunos grupos se abocaron en contra de las religiones aludiendo que son intolerantes e irracionales, otros de manera directa, como siempre, acusan al Islam como nicho de terroristas, también hay quienes promueven la libertad de expresión.
En lo que respecta a este hecho, personalmente, estoy en contra de todo acto que atente contra la vida y de manera especial la vida humana. No debe ser un acto de celebración estos crímenes. Pero a la vez me surgieron algunas preguntas éticas ¿hasta qué punto la libertad de expresión es una libertad? o ¿hay alguna frontera en la libertad de expresión? Ambas preguntas deben ser reflexionadas si queremos vivir en comunidad y en paz con nuestro prójimo o semejante, de lo contrario tendríamos que irnos a vivir a la montaña o a alta mar, solitarios, si podemos.
Desde que comencé a leer los periódicos y ver las noticias sobre estos atentados decidí investigar en la red para conocer sobre tales publicaciones del semanario Charlie Hebdo, para ver la gravedad de las mismas. Me encontré con una serie de ilustraciones que debería decir, “No apta para personas sensibles”. Cualquier tema social, político o religioso tendrá la más horrenda burla mostrada con ilustraciones que mezclan la inmoralidad sexual, la violencia, la corrupción y todo lo que le puede pasar por la cabeza a los creativos de la revista. Es increíble la capacidad creativa que tienen esos artistas para burlarse y humillar la fe y las tradiciones de cualquier tipo de religiosidad.
Entonces ¿qué diríamos a todo esto?. Desde mi óptica creo que es, “una incitación a los grupos extremistas que pueden estar en cualquier lugar del mundo, en cualquier religión o hasta a cualquier persona en particular”. Desde el punto de vista ético, es atendible que “no todo es necesario decirlo o ilustrarlo (en este caso)”. Decía Jean Paul Sartre: “Mi libertad se termina donde empieza la de los demás”, mis decisiones y mis palabras deben comenzar a ser reflexionadas como individuo social, el mundo no es solo mio. Es muy vieja la frase, “El respeto al derecho ajeno es la paz (Benito Juárez)”.
Toda acción provoca una reacción.
Esto huele a física newtoniana, pero desde una teoría del caos tenemos que este problema resultará en una serie de eventos impredecibles. Por ahora sabemos que, las publicaciones de esta revista se han elevado sobre los millones, si sigue el crecimiento quizás la leeremos en varios idiomas y se ha convertido en un tema viral en las redes con más de 160 millones de entradas en el buscador Google.
Siempre la desgracia de algunos se convierte en beneficio para otros. Aunque no me interesa hablar del mundo de la hipocresía en que vivimos, podría pensarse en los oportunistas de muchos sectores que tomarán este hecho para justificar otros… sin más detalles. Quizás el caos que vendrá tras este atentado tendrá mayores consecuencias que el actual, ya no se tratará de una cuestión de libertad de expresión, solo hay de esperar el desenlace, no es el primer evento de este tipo que conocemos en la historia.
“La violencia engendra violencia”, este pensamiento podríamos aplicarlo a una libertad de expresión sin cuidado ni frontera, que se vale de un valentía innecesaria. Refiriéndose a tales publicaciones humorísticas y extravagantes Xabier Pikaza dice, “Creo que Charlie… tiene el derecho de publicarla, pero quizá lo podría haber evitado….”. Estamos convencidos de que la violencia no es solo física, según hemos aprendido con el movimiento feminista y los que abogan en contra de la violencia de género. Aquí lo podemos aplicar, a la idea de incitar con imágenes que degradan lo que por siglos comunidades religiosas han visto como sagrado. No se trata de intentar revelan verdades, es una incitación burlesca de lo que es considerado sagrado. No todos los fieles tolerarían tal cosa a la que racionaran con violencia.
Por último, considero que no todas acciones son necesarias ni todas expresiones hay que materializarlas. La revista Charlie Hebdo, según las imágenes caricaturescas que vi, no tiene ningún fin especial, solo humor y humor negro ¿Qué significa esto? Que no encontré nada que esta sociedad prescindiera para subsistir. Este humor le ha costado la vida a varias personas y apenas ha comenzado el problema.
Creo que hay que revisar nuestras libertades. Con esto no promuevo la cobardía, el silencio o la intolerancia, jamás es un llamado a la “Prudencia y la racionalidad social”, “La libertad de expresión es solo una libertad”.
Nuestro colaborador plantea un debate que ha colmado los medios de comunicación durante las últimas semanas. Los juicios vertidos por él no reflejan la opinión editorial de este blog La Colmena, pero vale la pena preguntar ¿y tú, qué opinas? Únete al debate.