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Pasando balance

Carmen Matos
6 January, 2014

En espera de la medianoche del 31 de diciembre de unos años atrás, y presionada por la insistencia de una amiga, hice por primera vez mi listado de metas de año nuevo o las llamadas “new year’s resolutions” de otros países.

Recuerdo que con lápiz y papel en mano la idea me parecía algo tonta, ya que la principal característica de esas listas suele ser su bajísimo nivel de cumplimiento: invertir menos dinero en ropa, pagar todas las deudas, hacer algún estudio o curso pendiente, comenzar a hacer ejercicios, ahorrar… eran solo algunos de los planes que aguantaba el papel y lamentablemente, también el olvido.

A pesar de todo, les confieso, que la costumbre se quedó conmigo. Sin darme cuenta, invierto parte del mes de diciembre pensando en las metas alcanzadas,

reflexionando en las pendientes y en las que incluiré para el nuevo año. Obligatoriamente pienso en mis objetivos a largo plazo y en los ejemplos que veo a los demás cumplir.

Planificar, esforzarnos y luego pasar balance me parece uno de los ejercicios más sanos que se pueden practicar en la vida, tanto a juicio profesional como personal.

Cuando nos evaluamos nos exigimos, nos conocemos mejor,
aprendemos de qué estamos hechos, pero sobretodo miramos al futuro
y nos trazamos objetivos, ¡aquello que nos mueve!

Les comparto que a inicios de 2013 declaré que este sería “MI año”, y que alcanzaría metas orientadas a asegurar mi bienestar en un futuro. Entonces, me gradué de la maestría (un proyecto que escribí en varias de las listas), me escribí en un gimnasio (¡y me encanta!), cambié mi alimentación, me cuido más, digo “te quiero” más a menudo, dejé de desrizarme el pelo, y entre otras, cambié de empleo (aproveché una oportunidad de crecimiento profesional).

Si me preguntan cuál de mis proyectos fue el más exitoso, sin duda les diré que fue aquel mediante el cual me propuse conocer mejor a mis padres. No puedo explicarles cómo sostener verdaderas conversaciones con ellos ha cambiado mi perspectiva de la vida.

Comencé la lista de 2014, una que se hace cada vez más exigente, más específica, más difícil de alcanzar, aún no tiene título pero de seguro me traerá muchas satisfacciones personales y profesionales, ¿no es de eso que se trata ver pasar los años?

¡Feliz 2014! Deseo que superarse, tener una vida más completa y feliz esté siempre en el primer lugar de sus listas.



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