Los mayas no predijeron el final del mundo
Glenys Álvarez, especial para La Colmena | glenys.alvarez@gmail.com
Defendamos a los mayas. Al fin y el cabo, esta civilización, que estuvo efervescente y activa desde el año 250 hasta el 900 de nuestra era común, nunca proclamó el final del mundo para nosotros. Los perspicaces, trabajadores y violentos pobladores de América tenían otras cosas en qué preocuparse y gastar su tiempo. En aquel entonces, el pueblo andaba creciendo en Centroamérica y México, viviendo, transformándose y también creando avenidas directas hacia su colapso.
Examinemos al famoso calendario, aunque crearon varios. Uno de ellos es el conocido como Calendario de Cuenta Larga que se pone en cero cada vez que el período del Gran Círculo llega a su fin, un ciclo que ocurre cada un millón 872 mil días. Y, para los cálculos de algunos, en esta fecha terminan todos nuestros planetarios destinos. Los iluminados aseguran que la profecía se cumplirá el 21 de diciembre del 2012.
“Este calendario ya no es de interés para los mayas porque su civilización colapsó hace más de mil años. Sin embargo, personas como John Calleman, astrólogo y personaje de la Nueva Era, afirman que los mayas sabían la fecha del fin del mundo. Terrible que no hayan podido predecir su propio colapso”, expresa Robert Todd Carroll autor de El diccionario del escéptico, entre otros y profesor de filosofía en la Universidad de San Diego en California (UCSD).
Efectivamente, si no fuera por los profetas de este ‘nuevo mundo’, los calendarios de los mayas serían hoy apropiadas muestras arqueológicas de esos activos e interesantes tiempos; nada más. Sin embargo, poseemos entre nosotros a personas que proclaman a toda voz que, de acuerdo con tal religión, tales libros sagrados o tal antigua población, el fin del mundo se acerca.
Todos los años, fechas variadas son anunciadas, los avisos misteriosos de Nostradamus son recordados y hay quienes conectan estas predicciones con desastres naturales como los huracanes y sismos (que alarmaron a los dominicanos en enero) o la alegada presencia cercana de una supernova que podría acabar con el planeta. De hecho, cuando pasamos al año 2000, al siglo XXI, eran las computadoras las que iban a terminar con la civilización de entonces. Afortunadamente, nada ha ocurrido.
Jared Diamond, autor de aclamados libros como El tercer chimpancé y profesor de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), ha expresado que no sabemos el significado que tenía el día cero para los mayas, ni si realmente existía tal significado.
“Los líderes mayas no podían ver tanto hacia el futuro como para planear y resolver los problemas humanos que enfrentaban: mucha gente en poca tierra, destrucción de su propio ambiente, técnicas de cosecha y deforestación que agotaba los nutrientes del suelo, sequías, muchas de ellas producto de la deforestación; ¿por qué pensar que los profetas mayas fueron mejores prediciendo el futuro distante que los profetas hebreos o Nostradamus?”, interpela Carroll.
El mundo tampoco acabará en diciembre. Los miedos y problemas llegan por vías muy distintas y son creación nuestra.
Nada de supernovas para el 2012
Científicos en el Centro de Vuelo Espacial Goddard explican que no existe la probabilidad de ninguna explosión peligrosa que pueda dañar el planeta o la vida terrestre.
Para que la explosión de una supernova pueda destruirnos debe ocurrir a menos de 50 años luz de aquí; pero todas las estrellas que podrían morir y explotar se encuentran mucho más lejos. En nuestra galaxia, la Vía Láctea, ocurren dos supernovas cada siglo, según las explicaciones de la NASA ante la especulación.