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Tag: Rincón literario

Nada Peculiar

En su más reciente colaboración al Rincón Literario, el autor que conocemos como “Rekiza Tosoraz”  nos invita a explorar nuestras virtudes a través de un poema

 

Nunca he sabido por qué los poetas suelen
comparar inéditas mujeres con flores silvestres,
pero sí sé por qué te puedo comparar con ellas…

Intentas mezclarte con la muchedumbre, pensando que pasarás por alto.
Usas ese camuflaje tuyo, esa línea invisible, y no ocultas tus defectos, para parecer un organismo simple.

Ja. – Se ríe entre sí. – ¿Pero sabes qué?
Ante los ojos expertos de alguien que busca verdad,no estás exenta.

Tal cual Cubanola Domingensis,
brotas única e indiferente a tu rareza.
Creces, maduras, pensando que eres otra flor más,
nada peculiar.
O al menos eso piensas que sería lo mejor pensar…

Pero, ¿Puede una estrella tan intensa,
brillar en el firmamento sin que nadie se percate?
¿Puede el arcoíris serpentear
en los vastos cielos, sin cautivar a la mirada?
¿Puedes tu, oh fruto exuberante de esperanza,
danzar con tal esplendor sin que se te capture in fraganti?

Por tu paso férreo que acompaña esa voluntad infalible tuya.
Por esa melodía que aflora en ti al disfrutar un momento.
Por esa valentía que demuestras cuando la verdad está puesta en duda; por eso y mucho más eres endémica.

¿Qué? ¿Aún no me crees? ¿Piensas que exagero?

Rétate, dale una oportunidad más a los halagos,
a estos halagos, y ten cuidado al perderte
en la verdad que día a día está frente a ti.
Porque cuando dejes de ver,
y por fin escrutes este halago,
notarás lo poco descriptivo que soy…

 

Un hijo…

Nuestro profesor del Área de Ciencias Sociales y Humanidades, José Antinoe Fiallo, tiene una reconocida vena artística a través de la cual nos comparte un poema

 

Un hijo
es a veces una lágrima tenue
pero puede ser también un orgullo sutil

Un hijo
tiene siempre algo de nuestro propio rastro
pero puede ser también algo mejor que nosotros mismos

Un hijo
se parece a un rio
pasa, avanza, nos deja atrás

Un hijo
es un cariño infinito
que sin embargo se da un beso que es pequeño

Un hijo
se fue haciendo sin darnos cuenta
hasta recordarnos que nos hacemos con él
lágrimas, rastro, cariño y un beso en su frente

 

Foto:http://www.somosmultiples.es/ 

Un Nuevo Mundo

El autor Inteciano que ha preferido ser reconocido como “Rekiza Tosoraz” nos comparte un relato sobre la posibilidad de mirar a un nuevo mundo, muchas veces a través de los ojos de nuestros semejantes

 

Seguro que sabes que hemos ido a la Luna, un satélite de la Tierra. Y el deseo de explorar otro planeta, otro mundo, es inaudito, y muy anhelado; pero no han podido lograrlo.

¿Qué tal si te dijera que he visitado un nuevo mundo? ¿Me creerías?
Es tan laudable, que temo por que descubran cómo lo he logrado.
Atesoro, como si de la inmortalidad se tratase, el medio para ir a ese nuevo mundo.

Je, je – sonríe para sí – creo que también te has dado cuenta.
Has tomado medidas.
Limitando mi paso al vislumbrar ese mundo, tu mundo.

¡Ey! Ahora no te muestres extraña a esto.
Sabes lo que guardas,
sabes lo que eres,
y sin lugar a dudas,
ya dejaste expuesta la respuesta.

De nuevo me impongo al reto de escucharte,
de perderme en tu semblante,
de retener la realidad fantástica,
que ambienta con excelso y que,
poco a poco,
al abrirse el paso a esa dimensión prismática,
me pierdo al dar con tus ojos…

”¡Hey!” – me gritas; agitando tus manos y chasqueando los dedos –
”¿Por qué me miras así?” – Y de nuevo a la realidad…

Otra vez fui y volví a ese mundo fugaz,
en donde sólo hay un medio,
la ventana de tus ojos,
y donde solo tu moras como guardián,
manteniendo flagrante y concentrado,
el avistamiento plausible.

No entregues a la duda,
el por qué te estoy mirando.

Que no te extrañe mi manera de verte,
pues así como un sol que al mirarlo asiduamente te da una respuesta
y embarca a destellos atenuantes;
así tu luz,
placiente y benévola,
me impide sostenerme,
de manera natural,
ante ti.

 

La mujer más fuerte del mundo

En la vida nos topamos con personas que nos dan ejemplo de sacrificio, dedicación y entrega, la estudiante María Dipré nos comparte la historia de cómo encontró a una persona así en su propio hogar

 

María Dipré / Administración de Empresas / mariadipre@hotmail.es

Cada persona ve la vida de manera diferente, hay para quienes se hace fácil, para otros se hace difícil. En este caso cuento la historia de la vida de Doña Flora, madre abnegada y mujer incansable, que a sus 68 años con su arrugado rostro y canas en el pelo, enseñanzas de la vida según ella, demuestra lo feliz que es junto a sus seres queridos, después de una vida de lucha.

Para la década de los 70 Doña Flora, en sus veinte y tantos años, ya tenía su familia su esposo y 4 hijos, su vida era acomodada, de repente su vida y la de sus hijos cambió, su esposo comenzó a tomar hasta emborracharse. A raíz de esto, ella tuvo que continuar sola la crianza de sus 3 hijas, pues el hijo fue enviado a vivir con una tía.

Los siguientes años los pasó lavando y planchando para mantener a sus hijas. Cuando estas fueron creciendo también comenzaron a trabajar para ayudarla, aunque Doña Flora no estaba muy contenta por esto.

Doña Flora.
Doña Flora.

A pesar de las precariedades sufridas Doña Flora fue perseverante y pudo hacer de sus hijas mujeres de bien y terminar la escuela e incluso su hijo regresó a vivir con ella para ser de ayuda en la casa. Después sus hijos se casaron, y formaron sus familias también. Este es un claro ejemplo sobre la perseverancia, que es simplemente mantenerse firme y constante en una manera de obrar, y como dice una frase de Eurípides “El hombre superior es el que siempre es fiel a la esperanza, no perseverar es de cobardes”. Pues así es Doña Flora, una mujer valiente que nunca se rindió, sin importar lo que deparara el destino.

Tener una familia tan grande, con unos hijos y nietos que la adoran, y que todas las personas importantes para ella estén ahí, es una gracia que ha recibido Doña Flora y nos muestra que verdaderamente “Detrás de la tempestad, viene la calma”.

En este momento termino mi historia diciendo que muchas veces valoramos más a las personas cuando conocemos por lo que han pasado y pues, por qué no contar la de una persona muy importante en mi vida, Doña Flora mi abuela “la mujer más fuerte del mundo”.

Imágenes: Taringa.net / María Dipré.

Un relevo generacional literario…

La Colmena tiene un Rincón Literario para que los Intecianos muestren sus expresiones más sensibles, y al referirse a ese tema, el estudiante Juan Alexander Bautista quiere que te animes a colaborar también con toda la comunidad

 

Juan Alexander Bautista González / juanbautistard@hotmail.com

 

La literatura en la República Dominicana prevalece y ha prevalecido  siempre el dominio de los escritores del ayer.

El relevo generacional de nuestras letras está hecho a un lado puesto a que son muy pocos los jóvenes en los cuales existe despierta esa chispa que enciende el arte del escribir. Pero como sociedad necesitamos ese relevo. Si bien es cierto que muy difícil conseguir el apoyo para la publicación de una obra literaria en nuestro país, también lo es el hecho de que nuestra juventud es muy poca asidua a la lectura, y por lo tanto a sentir la inclinación por escribir.

Aun en pleno siglo XXI las letras dominicanas son protagonizadas por escritos de finales del siglo XIX y mitad del siglo XX principalmente. Con la desaparición de grandes autores nuestros se le ha hecho muy difícil la proliferación literario al siglo actual, viendo lejos el parto de grandes obras y más aún lejos algún premio nobel de literatura.

La juventud es el presente y responsable del futuro de las letras nacionales. Y esa juventud hay que buscarla en las universidades como la nuestra, el Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC), en las que debe de haber mucho talento escondido con tímidos escritos y a falta de alguna oportunidad para que salgan a la luz. Ese relevo generacional literario somos nosotros y no debemos ignorarlo. Los estudiantes del INTEC tenemos un importante medio de difusión nuestro y es La Colmena, por eso invito a todo aquel inteciano que escribe a que comparta sus escritos y los difunda por todo el campus, para aportar así al menos un granito de arena a las letras jóvenes locales.

Nosotros los intecianos más que otros la misión de escribir, y escribir mucho, puesto a que nuestra biblioteca lleva el nombre de uno de los escritores más prolíficos de la bibliografía nacional, Don Emilio Rodríguez Demorizi, cuya biblioteca personal fue donada a la de nuestro campus. Debemos tomar a Demorizi como referente e imitar su obra, principalmente imitar la variedad de géneros que abordó y dos factores que personalmente me mencionó en una conversación de pasillos el eterno maestro nuestro Manuel Matos Diedoné que son: el criollismo con que escribió Demorizi, sobre cosas nuestras, nuestra cultura, la dominicanidad; y la humildad y simplicidad de su persona.

Así que la invitación está para fomentar las letras en el INTEC, y ojalá haya tanta proliferación de obras que nazca un círculo literario nuestro, y talvez alguna revista solo de literatura, puesto a que nuestra universidad es muy abierta a ideas de colaboración con el bien nacional.