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Tag: Pasqual Maragall

“Bicicleta, cuchara, manzana”. Memoria para no olvidar.

¿Qué tiempo dedicas a hablar con tus abuelos, tus tíos, tus padres? la reflexión que nos comparte nuestra colaboradora Luvil González pudiera hacerte quedarte a su lado unos cuantos minutos más antes de salir

Luvil González / luvil.gonzalez@gmail.com

Un nominado al Premio Oscar y ganador de un Emmy por Mejor Fotografía, un Peabody Award y ganador del Goya en 2011 visitó el INTEC. Ese martes 9 de noviembre lo recibí en la Sala Julio Ravelo de la Fuente, extendí la mano, me presenté y con su cálido apretón solté los nervios que desde hacía rato me martillaban el estómago. Le leí el guión que había preparado para la maestría de ceremonias del conversatorio con él y cambiamos algunas cosas que anoté en jerogríficos en mis papeles ya impresos (no me fuera a equivocar).

“Buenas tardes” empecé y experimenté quizás los temblores más intensos que me han caído detrás de un podium, más que por la presencia de quien allí estaba, por el temor a dejar fuera algo importante, a olvidar.

Empieza el documental, el exalcalde de Barcelona y expresidente de la Generalidad de Cataluña, Pasqual Maragall responde que quisiera que una película de sí fuera divertida. El sujeto escogido es quien llevó a Barcelona los Juegos Olímpicos y es un político socialista admirado por su honestidad, perserverancia y capacidad de innovación. Nos enteramos que padece de Alzhéimer por su declaración pública de 2007. Vemos a científicos y doctores explicar la enfermedad.

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Vemos pacientes y no asociamos al vital Pasqual ni a mi abuela con estas personas. Sin embargo, vemos el progreso de la enfermedad, seis meses, nueve meses, un año, un año y seis meses , dos años después. Vemos a Pasqual escribir sus memorias por recomendación de una doctora.

Frente al computador, reflexiona: si se pierde nuestra mente, dejamos de existir, sólo queda el cuerpo. Y entiendo por qué la lucha contra el Alzhéimer no puede esperar. Esto viene acompañado de cifras que apoyan la propia reflexión, pero pienso en mi madre, en la madre de mi jefa, en abuela y en las ideas brillantes que perdemos cuando se van estas personas de nuestras vidas. Más difícil todavía, pero aún está con nosotros el cuerpo, pero ya sus mentes no les acompañan.

Seguimos a la familia de Pasqual y su propio enfrentamiento a las circunstancias y la superación, a pesar de ellas. Vi mi proceso familiar e imaginé el de muchas otras. Entendí que relatar es ya un aporte y sentí el calor de los demás espectadores que me acompañaron allí durante una hora y 35 minutos de un documental que no parecía un especial para televisión, un cine informativo y entretenido y me siento alegre de que hayan honrado la petición de Pasqual. A pesar de que lloro (me he emocionado con las imágines metafóricas de la degeneración neuronal de los pacientes y con la banda sonora del documental que su autor pensó llamar “Variaciones de variaciones”), me entregan el micrófono para que dé paso a las palabras de su realizador, el catalán Carles Bosch.

Carles Bosch 1Acerco el micrófono a quienes tienen preguntas. Se siente motivación de los espectadores por hacer algo, aunquesea difundir la información nueva que hay en sus mentes. Agradezco la presencia de todos e invito al brindis.

Llego a casa, beso a mi abuelo, hoy me siento un minuto más con Papa Yeyo para que me cuente otra vez cómo enamoró a mi abuela y sus historias de natación en las playas de Paya. Subo las escaleras y abrazo a mami, la miro con detenimiento para no olvidarla, y me siento con ella a contarle de esta enriquecedora obra de arte que detonó este cambio de actitud de mi hacia ellos: “bicicleta, cuchara, manzana”.