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Tag: Naturaleza

Mi alma está ciega

Hace unos meses me sentía muy frustrada por todas las acciones negativas que los seres humanos le hemos hecho y seguimos haciendo al medio ambiente. A nuestro único hogar…

Por Tatiana Ramos Adames/ Estudiante de Negocios Internacionales

Mi alma está ciega. Ajena a un mundo que mis ojos no eran capaces de ver. Desde mi nacimiento, nunca tuve en conciencia lo que significaba estar vivo, lo que significaba pertenecer a un mundo único e indescriptible.

Todas mis acciones y decisiones afectan ese lugar donde pertenezco, donde me engendraron y nací. Una tierra humilde y a la misma vez presumida por su candente belleza.

La sociedad grita furiosa en una lucha interminable, nos han privado de nuestra libertad, de nuestra capacidad de levantar nuestras voces y protestar. Hemos sido adiestrados como caballos, nos han puesto tablas al lado de nuestros ojos para que solo miremos hacia adelante, a su dirección. Para solo admirar y perseguir lo que el domador manda.

¡Que tóxico! ¡Ayuda… ayuda…! Nuestro ser murmura bajo nuestra piel. Alguien por favor, venga a nuestro auxilio.

Entonces, los elegidos, los que tienen la visión… enmudecerán. Se esconderán y huirán de su destino. Callarán por temor a ser diferentes. Callarán por temor a profesar la verdad.

Nuestra madre naturaleza entristece. Sus hijos le dieron la espalda, la pisaron y abusaron de ella y, luego, se marcharon. Sin dejar una generación revolucionaria, sin siquiera pensar en compensar el daño.

 ¡Ya no puedo más! ¡Socorro! Mis miembros se desvanecen. Ya no soy capaz de restaurar el aire, el agua que una vez fue vida… corre por mis venas como un virus. Mis amigos han caído, no los puedo escuchar.

Ni el aullar, ni el ulular o el gemido de un ser vivo se percibe. Allí están, descansando en silencio, quietos e inmóviles. No los volveré a ver jamás.

Vértigo, vértigo, vértigo… estoy cansada de girar. ¿Qué habré hecho mal? Les brindé todo, los alimenté con dulces y cócteles, les di el viento y los horizontes.

No es de mi incumbencia. No lloraré por su ausencia, ni los llamaré de vuelta. Mi trabajo hice y mi esfuerzo no valoraron.

La raza humana se desvanecerá, mis entrañas se encogerán. Mis riquezas ofrecí y la ruina recibí. ¡NO! No hay vuelta atrás. Descansaré en paz mientras veo a la humanidad cavando su propia tumba.

Ahora en mi esplendor, es mi turno de voltear y guardar silencio.

Mi pecho late fuerte y bombea a toda velocidad. Este sentimiento, no lo puedo evitar. No hice nada para detenerlo… no alcé mi voz. Tenía mucho miedo. Todo se está yendo abajo, solo puedo escuchar los gritos desesperados en las calles repletas de almas errantes.

Soy una mezquina. Guardé todo en mi interior y no le permití salir. Recibí el llamado, pero lo ignoré. ¿Será muy tarde para hablar? Y si no me escuchan lo van a lamentar. No llegué a tiempo, el cielo empezó a conspirar.

Por mi culpa, ya es muy tarde. No hay vuelta atrás.

Montañas en tierra de cocoteros

En su reciente viaje a Constanza, nuestro egresado de Diseño Industrial José Miguel Sánchez nos recuerda que siempre debemos tener actitud para explorar, descubrir, aprender y desaprender

José Miguel Sánchez Ovalles – MrPichón./ Instagram – Twitter: MrPichon / Mrpichon@Mrpichon.com

El conectarse con la naturaleza y desconectarse de la realidad 2.0 en la que vivimos siempre es agradable, más en un tiempo en el que nuestros niveles de ansiedad ascienden según se nos va descargando el celular.

Mis aventuras tienden a ser breves o “acomodadas”: días en la playa, una salida con amigos a alguna casa alquilada o visitas a provincias con noches “de paso” en alguna habitación oportuna, obvio con desayuno incluido.

Nada tan atrevido como armar una casa de campaña o tener que buscar leña para la cena, sin embargo inicie el 2016 con un viaje a Valle Nuevo en la provincia de Constanza, casa de campaña en mano, lo que dejó una huella de experiencias que tengo para contarles:

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1. Si existe el amor sincero y honesto, es el amor por el inodoro propio:

Dejen de creer en Disney y amor demostrado después de un primer beso. El único amor más fuerte cuando uno se encuentra en un monte que el del amor a un baño es el amor de madre y cuidado.

Si es cierto que Valle Nuevo cuenta con área de baño en algunos puntos de acampado, también es cierto que la decisión entre ir al monte “a resolver” y poner tu inocencia en una tapa que amaneció con la temperatura en -1C es muy dura y no puede tomarse a la ligera.

2.Pensé que conocía mi país…pero no:

Valle Nuevo me dejo loco. Pequeños lagos que cambian de color, hermosos atardeceres y espacios congelados (con escarcha incluida a las 6 AM) son solo alguno de los atractivos que terminan opacados por la vista de las montañas. Siempre se ha promovido Erredé (RD) como tierra de playa y cocoteros. Sin embargo es más, mucho-mucho más.

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3. En una isla de calor, el frío está presente:

Bien conocido es el dicho que en República Dominicana hay 2 estaciones: verano e infierno, y es que, el termostato de nuestra querida media isla se daño hace mucho y por negligencia o masoquismo nos hemos quedado con el dándonos calor nos guste o no. Sin embargo, a los 2500mts sobre el nivel del mar se siente “la brisita”. Tan delicada es que durante el día puede bailar por los 16C a 14C y de noche abrazarte con sus hermosos 5C a -1C. Si alguien lee esto y su sueño fue siempre sentirse como un pingüino, esta es su oportunidad sin salir de la isla. De lo contrario, vaya bien abrigado.

4. Pude sobrevivir 3 días sin redes sociales y vivir para publicarlo:

Gracias a la eficiencia (o no) de mi suplidor telefónico, pude vivir mi experiencia en Valle Nuevo sin interrupciones del mundo virtual, real o dominicano.

Utilicé mi celular solo para tomar fotos y el resto del tiempo sin distracciones lo dedique a explorar, disfrutar de toda la belleza natural, interactuar de forma tradicional y análoga con otros seres humanos y darme cuenta que 24 horas es demasiado tiempo cuando a las 6 PM ya es de noche y hace frío.

5. Nuestro país tiene mucho que ofrecer:

No tengo palabras para describir la experiencia. Si, no me bañé por tres días (antes de juzgarme, vayan ustedes al frío y si logran darse un cubetazo sin ver sus tres vidas pasadas hablamos) y comí de latas hasta habichuela con dulce (¡que no me juzguen dije!), pero la verdad es que no hay que ir muy lejos para tener espectaculares vistas tipo National Geographic o encontrar más que playas y cocoteros. Todo está aquí y solo tenemos que buscarlo.

Una visita a las ballenas Jorobadas

El pasado 2 de marzo 2014, tanto la sección 03 como la sección 02 de Introducción a la Ecología tuvimos la dicha de poder dirigirnos a Samaná, uno de los puntos turísticos más conocidos de nuestro país, donde apreciamos las famosas ballenas jorobadas, que vienen cada año a reproducirse en nuestras aguas.

No obstante al mal tiempo que predominaba en aquel día (no salió el sol!!), tuvimos la oportunidad de ir hacia alta mar en dos grandes botes, desde donde nos acercamos a las ballenas jorobadas y verlas a corta distancia. Duramos al menos una hora llegando al punto donde se encontraban las tímidas ballenas (no salían con mucha regularidad). Sin embargo, llegamos a una zona donde pudimos ver no solo una, sino varias ballenas juntas, lo cual fue un excelente momento para fotografiarlas y grabarlas.

El capitán del bote en el cual iba nuestro grupo sabía muy bien las normas y regulaciones establecidas por el Ministerio de Medio Ambiente que se deben de seguir mientras se está en el área de observación, como nos había explicado antes el biólogo marino Stefano Ciatone, quien fue nuestro tour-operador de aquel día. Stefano y la profesora Luisa Valdez compartieron con nosotros informaciones generales sobre las ballenas, la forma como alimentan a sus crías o ballenatos, su tamaño, comportamiento y otros datos.

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Luego de observar el comportamiento de las ballenas, nos dirigimos a Cayo Levantado, donde nos esperaba un almuerzo-buffet. Aquí tuvimos un momento para compartir como compañeros de clase de forma sana.  Jugamos voleibol, nos bañamos en la playa y pudimos charlar entre todos, como una buena forma de conocernos mejor.

Como nos encontrábamos lejos de la zona urbana, tuvimos más contacto con la naturaleza y nos dimos cuenta, una vez más, de qué hace la diferencia entre una ciudad contaminada y una zona limpia. Es por eso que, como grupo, estamos dispuestos a combatir la contaminación ambiental, creando más espacios naturales donde tanto nosotros como los demás puedan pasar un buen rato de forma saludable y natural.

En esta excursión aprendimos muchísimo sobre las ballenas jorobadas, que vienen a nuestras aguas a reproducirse y regresan al Atlántico Norte a criar sus ballenatos. Aunque el clima no estuvo a favor nuestro porque estuvo nublado prácticamente todo el tiempo, pudimos apreciar con éxito estos colosales mamíferos y, también, compartir como compañeros hablando, jugando y bañándonos en la playa.

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Consideramos que estos viajes son excelentes, tanto para aprender como para compartir y despejar la mente, adentrándonos en la naturaleza diversa que posee nuestro país. Esperamos que se sigan realizando este tipo de actividades.

La temporada en que las ballenas vienen al país culmina a principios de abril. ¡Aún estás a tiempo de verlas!

Colaboración de: Ela Cher Guzmán, Alecsai Demallistre, Koichi Kasahara, Osvaldo De La Rosa y Francisco Jiménez 

Fotos: http://www.colonialtours.com.do/ballenas.htm / http://www.republica-dominicana-live.com/  / http://atacandodigital.blogspot.com/2011_03_06_archive.html