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Tag: Derechos

Venezuela: la voz de los estudiantes

El corresponsal de la agencia de prensa AP, Ezequiel Abiú López, comparte su experiencia en la cobertura de las manifestaciones estudiantiles en Venezuela contra la escasez de alimentos, el desempleo, la inseguridad entre otras problemáticas

Ezequiel Abiú López (Texto y fotos)/ elopezblanco@ap.org / @ezequiel_abiu 

Caracas, Venezuela. Una tarde de marzo, Andrés y un grupo compañeros de estudios de Medicina de la Universidad Central de Venezuela (UCV) abordaron el metro de Caracas con pancartas en las que expresaban “pensamos diferente, pero tenemos los mismos problemas”.

De pie en el centro de un vagón repleto de personas, en su mayoría trabajadores y amas de casa, Andrés insistió en que los estudiantes de la universidad pública no desean que continúen los focos de violencia entre manifestantes antigobiernistas, los grupos armados progobiernistas y la Guardia Nacional. Tampoco piden la renuncia del presidente Nicolás Maduro y mucho menos un golpe de Estado.

“Lo que queremos es que nos escuchen”, insistió Andrés, al narrar una serie problemas financieros y de infraestructura por los que atraviesa la academia, así como las dificultades que enfrentan cada día los venezolanos, como la inseguridad, que con 79 asesinatos por cada 100 mil habitantes ubica a Venezuela entre los cinco países con mayor tasa de homicidios.

Andrés y sus compañeros también subrayaron las penurias de sus familias para adquirir alimentos, dada la escasez que afecta al 28% de los productos básicos, el creciente desempleo por el cierre de empresas y la inflación, que según del Banco Central supera el 56%.

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Los jóvenes estudiantes de medicina recibieron esa tarde los aplausos de los pasajeros del metro. En otros vagones, algún simpatizante del gobierno los enfrentó, señalándolos como  “pitiyanquis” y acusándolos de apoyar un supuesto golpe de Estado financiado de forma presunta por Estados Unidos y que desde principios de febrero se manifiesta en protestas callejeras contra Maduro.

Pero de manera independiente a la filiación política de los pasajeros, la voz de los estudiantes de Venezuela, como en otros en países, representa el sentir de un sector importante de la sociedad y del futuro de la nación. Por ello, sin importar las ideologías políticas y partidarias, la gente escucha a los universitarios y los respeta.

De forma contraria a las imágenes que avanzan de manera viral en las redes sociales y en medios de comunicación, la mayoría de las manifestaciones que se realizan en Venezuela, como en las que participaban los estudiantes de medicina, son pacíficas y no proponen un golpe de Estado, como asegura Maduro.

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Los estudiantes de ocho universidades han realizado protestas multitudinarias en la próspera zona este de Caracas, ajenas a los enfrentamientos violentos, en los que exigen cambios en las políticas del gobierno para impulsar la creación de empleos, reducir la inflación, la escasez de productos básicos, combatir la delincuencia y la presencia de grupos motorizados armados que mantienen con temor a los barrios populares.

En algunas de esas manifestaciones, los estudiantes portan velas para pedir por la paz.

Otros grupos estudiantiles, tanto de universidades privadas como públicas, sí piden que -en los términos constitucionales- se celebre en el futuro próximo un referendo revocatorio. En ese referendo pedirán “la renuncia del gobierno por ineficiente”, de acuerdo con el líder estudiantil Juan Requesens.

Aunque en un principio las manifestaciones se originaron entre estudiantes universitarios y en la zonas de clase media alta de Caracas, Valencia y San Cristóbal, personas de sectores populares se han unido poco a poco a las protestas debido a que consideran que la situación económica del país se ha deteriorado, al tiempo que se incrementa la delincuencia.

Pero mientras miles de universitarios se manifiestan a diario de forma pacífica y gran parte de Venezuela vive su cotidianidad ajena a las protestas, otros pequeños grupos, entre ellos algunos estudiantes encapuchados, se enfrentan a las fuerzas del orden. Aunque son los menos, la violencia en esos choques ya ha dejado más de 40 muertos desde febrero y las imágenes de esos enfrentamientos le han dado la vuelta al mundo, dejando en segundo plano la voz de los estudiantes que piden paz, empleo y seguridad.

¿Por qué el “Feminismo”?

Nuestra egresada Luvil González comparte sus pensamientos sobre ¿qué es ser mujer? a la vez que ofrece una visión a su día a día, sus principios y el punto de vista como una joven profesional

Luvil González // luvil.gonzalez@intec.edu.do

A riesgo de que mis mejores amigas, 1) la última trabajadora social del INTEC que está realizando su maestría en sexualidad en San Francisco, la capital sexual del mundo y 2) una psicóloga maravillosa, que se refiere a Dios como mamá Diosa y tiene en su cover de Facebook una escultura de múltiples formaciones vaginales (“La Gran Muralla de las Vaginas”, obra del artista Jamie McCartney), me reprochen por este artículo hay algunas consideraciones y preguntas que tengo y  espero los lectores ayuden a responder.

Soy mujer. ¿Y qué? ¿Qué significa eso en el 2014? ¿Me gusta ser mujer? A veces… ¿Cuándo no me gusta?

  • 1)      Cuándo me siento fea ante mujeres con el pelo largo y lacio, más delgadas, más altas, más frágiles que yo.
  • 2)      Cuando me entero de que al hombre que ocupaba mi posición anteriormente y que trabajaba menos que yo le pagaban más que a mí.
  • 3)      Cuando veo a un ex que se pasa de chica en chica sin que nadie diga nada, mientras escucho a mis espaldas que yo soy la mala por haber salido de esta relación abusiva en la que añoraba atención de este personaje a llegar una unión sana.

feminismoSoy empleada de 9 a 5, soy actriz ensayando en el teatro de 6 a 8, soy novia cuando hago la cena y recuento el día con mi pareja de 8 a 11. Soy hija cuando llego a la casa de mis padres. Soy “buena” cuando llego temprano a casa, cocino o friego y no salgo los fines de semana. Soy “mala” cuando amanezco fuera de casa, impongo mi parecer en una reunión  y cuando pertenezco a un grupo de teatro que se denomina “Maleducadas”.

Entonces he aquí mi pregunta: ¿Ser mujer es ser “buena” o ser “mala”? De acuerdo al “pasado” es ser buena, de acuerdo al futuro es ser “mala” y en el presente? ¿Ser mujer es no ser hombre? ¿Ser MUJER es parecerse lo más posible a un hombre? ¿Ser mujer es una o la otra?

Yo me limito a ser y a conquistar mis derechos siendo el hibrido entre mala y buena. No me gusta reclamar mis derechos voceando frente al congreso, pero entiendo y agradezco a quienes lo hacen. Ellas reclaman nuestros derechos, yo vivo mis derechos. No digo que está mal protestar por ellos; sólo pienso que hay más formas de conquistar terreno. Programas como los que exponen  a muchas mujeres a ser seleccionadas por un hombre atacan nuestra percepción de la femineidad. La pareja escogida usualmente es la sumisa, la menos histérica y que se ha acostado con el alfa macho. El mismo programa en su otra versión nos desvirtúa aún más, mostrándonos como seres incapaces de tomar decisiones objetivas y débiles ante el cortejo de varios machos. El escogido es el que nos ha tratado más como la princesa de Disney, no el que ha cuestionado nuestros pensamientos y el que quiere ayudar a florecer y explotar el potencial absoluto de la mujer: SER lo que ella quiera, no sólo “mujer” de alguien.

Para mí, mujer es aquella que reclama su satisfacción sexual, siendo un ente activo o pasivo en la relación, pero que sea ella quien lo decida. Mujer es aquella que reclama el respeto de quienes la miran al pasar por su seguridad al caminar. Mujer es aquella que reconoce su sensibilidad y no teme atender a sus emociones. Mujer es la que da leche materna a sus hijos, si puede biológicamente, la que ama a su pareja, la que  reclama que en su presencia no se hable mal de otras mujeres, la que no juzga a sus compañeras por sus decisiones.

Mujer es la que da el ejemplo a jóvenes de que tener un cuerpo con cuervas no es un error, es la que es dueña de su futuro, la que no acepta ser burlada de manera sexista, es la que no está limitada por el rosa ni por su vagina, es la que entiende el feminismo como una oportunidad de igualdad, no con una connotación negativa. Es más fácil pedir perdón que pedir permiso. Sean mujeres, actúen, vivan, crezcan, sean. Y entonces seremos reconocidas como tal.