Edwin Sánchez: “¿Agua en Marte? No me sorprende pero me emociona”
La novedad remueve sospechas del pasado y ha causado emoción e interés general. Edwin Sánchez, Ingeniero Astronáutico y Espacial, encargado del Laboratorio de Mecatrónica del Instituto Tecnológico de Santo Domingo, INTEC, está entre los investigadores que celebra el hallazgo.
Por Doris Mármol
Tras muchos años de investigaciones, la NASA ha confirmado que cuenta con evidencias directas de la existencia de agua líquida en la superficie del planeta Marte, así como también la posibilidad de que haya corrientes de agua salada activas. La novedad remueve sospechas del pasado y ha causado emoción e interés general.
Edwin Sánchez, Ingeniero Astronáutico y Espacial, encargado del Laboratorio de Mecatrónica del Instituto Tecnológico de Santo Domingo, INTEC, está entre los investigadores que celebra el hallazgo. Cuenta que es una noticia esperada por mucho tiempo, pues ya que se sabía que existía agua en ese planeta en forma de hielo (tiene polos congelados igual que en la Tierra), pero lo importante de este descubrimiento es la evidencia de que el agua tiene cierta “fluidez”, casi como algún tipo de marea.
“La teoría para determinar la existencia del agua es sólida y muy creativa, al igual que el uso de instrumentación para poder observar el fenómeno. Se estima que existe sal hidratada la cual con el cambio de temporada crea las líneas indicadoras de existencia de líquido”, indica.
En el año 2010, Sánchez tuvo la oportunidad de participar en una expedición científica para comprobar técnicas de esterilización en misiones interplanetarias (Proyecto CASS-E), donde se procuraba reducir la cantidad de microorganismos terrestres que pudieran “contaminar” los equipos locales. “La idea es evitar el error de encontrar vida microbiana en otros planetas para darnos cuenta luego de que la llevamos desde la Tierra”.
Explica que solo falta que se tomen muestras físicas para terminar de validar, lo cual actualmente no sería prudente, primero porque los actuales robots en Marte no tienen la capacidad de subir las emplanadas de la superficie marciana donde se evidencian las mareas; y también, quizás mucho más importante, no se quiere contaminar esa poca agua (que pudiera ser evidencia de vida) con microorganismos terrestres que pudieron escaparse con el robot al momento del lanzamiento.
De cualquier manera, estima Sánchez, este descubrimiento servirá de palanca para diseño de futuras misiones que sirvan como colectores de evidencia de agua.