¿Dónde hacer movilidad?…Algo más que Estados Unidos y Europa
“¿En Colombia?” fue la pregunta que escuché constantemente cuando hablé de hacer un intercambio estudiantil en ese país. A eso le seguían frases insinuantes como: “¿Tú’ tá segura que es a estudiar que vas?… ¿Y si te secuestran?”…“¿y la guerrilla?”. Gran parte de mis amigos y familiares esperaban que eligiera Estados Unidos o Europa. Para ellos Colombia era sinónimo de droga, secuestro y guerra. ¡Vaya sorpresa que me llevé! Convertí esos sinónimos en antónimos.
Mi papá me acompañó la primera semana para poder vivir un semestre tranquilo, pero al día siguiente de llegar me dijo “Yo como que me quiero ir; ya siento que estás bien” y lo comprobó caminando solo por todo Bogotá. ¿Que Colombia no es seguro? No digo que no haya delincuencia, lo que puedo afirmar es que como hay delincuencia hay seguridad.
Todo era muy organizado, en especial el transporte: $1,300 pesos colombianos así te quedaras en el fin del mundo (unos 25 pesos aquí). Pasaron varias semanas para adaptarme al cambio de moneda y a los términos: al frito le dicen patacón, al mangú cabeza de gato, los amigos se dicen marica, a la guagua le dicen bus y casi delante de cada frase está el “No joda” o “HPT”. Cuando tenía papeletas de $50,000 sentía que sobreviviría toda una semana. “Eso equivale a tantas guaguas”. Todo así hasta que te dicen “No hay más hasta el mes siguiente”. Entonces empiezan los verdaderos cálculos, con todos esos benditos ceros.
Quedé sorprendida con Uninorte: las aulas, los profesores, que tienen un trato y una atención con los estudiantes sorprendente; todos los profesores tienen su oficina dentro del campus y los podía encontrar si necesitaba ayuda. Lo pendiente que estaban los departamentos de cómo nos sentíamos en especial el Departamento de Movilidad y el grupo de padrinos y madrinas que asignan a cada alumno e hicieron una labor brillante.
Extrañé muchas cosas de INTEC, pero sobre todo… ¡el anhelo de la 10ma!… Si hay algo que no cambio es el sistema trimestral. ¡Era desesperante! Con todo lo bueno y todos los percances que pude tener durante mi estadía solo confirmé su eslogan de país: ¡El riesgo es que te quieras quedar!