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La cortina de humo piramidal

Una pequeña inversión (de 5,600 pesos por lo general), más una red social era igual a dinero rápido y fácil. También la fórmula idónea para atraer y cercar a ingenuos inversores universitarios de entre 16 y 25 años que solo quieren “obtener recursos sin dar un palo”. Entrar en la pirámide financiera era la actividad de moda en febrero. Twitter y BlackBerry se convirtieron en las plataformas de promoción por excelencia. Hasta que la estafa cayó y el popular juego que garantizaba un retorno de hasta 45,000 pesos, pasó a ser una alegría para algunos y un lamento para otros.

El esquema piramidal fue creado por el estadounidense, de origen italiano, Carlo Ponzi en 1919. Pero su práctica (con modalidades disímiles) ha sido recurrente. La última estafa global ha sido la de Bernard Madoff (Estados Unidos) en 2008. Su sociedad inversora, intermediaria en la compra y venta de acciones, animaba a la vez a ricos estadounidenses, extranjeros y entidades financieras a invertir sus ahorros en la firma, prometiéndoles altos beneficios que servían para pagar el retorno de los primeros.

El reciente fraude desembarca en dominicana de la mano de Global Gifting Connection (GGC). Una entidad foránea que se presentó ante sus señuelos como una firma de Donaciones Solidarias. La idea era registrarse en su web, previo a una invitación, para invertir 1,800; 5,600 o 18,800 pesos y lograr además que otros 15 lo hicieran, creando una pirámide. Así, la cabeza garantizaba la recepción de los beneficios prometidos. Los otros 15 debían llevar a cabo el mismo proceso para lograr su recompensa.

“La pirámide capta recursos de forma rápida. Es en la práctica una estafa financiera. Los promotores timan a sus clientes tras escapar con el dinero cuando acumulan sumas determinadas, son sorprendidos o cuando el negocio es insostenible”, explica Luis Torres, profesor de Finanzas de INTEC.

Un estudiante de Administración de 20 años, de una universidad cuyo nombre preferimos omitir, al igual

que su identidad, ganó 15,000 pesos tras aportar el monto mínimo. “No me parecía una estafa, sino un semi-san”. No todos corrieron con la misma suerte. Otro, de Medicina de otra universidad, de 19 años, que invirtió 5,600 se lamenta de no haber recuperado siquiera su inversión. Se calcula que unos 12,000 jóvenes de clase media participaron en este sistema, según datos publicados en la prensa.

“Las pirámides son muestras de la codicia desenfrenada y del deseo de aprovecharse del otro; la ignorancia de creer que el dinero crece por sí solo sin antes pasar por la creación de algún valor”, apunta el analista financiero Alejandro Fernández en su columna de Diario Libre.

En el trasfondo de este negocio se cuelan otras realidades. Los valores han cambiado y la gente quiere dinero sin esforzarse, añade Andrea Paz, economista, egresada de INTEC y directora de Investigaciones, Emprendedurismo e Innovación de esta universidad. Y acentúa una causa de mayor peso: “Hay pocas oportunidades de empleo para los jóvenes”. Un problema estructural que constata la última estadística de la Organización Internacional del Trabajo: la tasa de desempleo juvenil llega al 29.9%.

El entramado piramidal se ha derribado por el momento. La Superintendencia de Bancos, tras un comunicado de advertencia, ha cerrado la página GGC y el caso está en manos de la justicia. Esto no significa, sin embargo, la desaparición total de este negocio fraudulento.

¡No dejes que te engañen!

• La superintendencia de Bancos advierte de que: “Ninguna entidad que no esté aprobada por la Junta Monetaria y registrada en dicha institución puede ofrecer servicios de captación de recursos”. Es decir, investiga la legalidad de la organización o solicita ayuda a conocidos expertos en temas financieros.

• Evita la participación en negocios que operen bajo el lema “regístrate tú y trae a dos más”, como sugiere la entidad reguladora, o en aquellos que prometan ganancias colosales en poco tiempo.

• Denuncia este tipo de actividades ilícitas en el centro de atención al usuario de la Superintendencia, en Unicentro Plaza, en la Av. 27 de febrero; o bien ante la Fiscalía del Distrito Nacional. 

• No confundas el negocio de marketing directo y de redes sociales con las pirámides fraudulentas. El primero -por ejemplo empresas como Amway, Avon, Jafra-, obtiene sus beneficios de la comercialización de productos y servicios a través de su red de socios, matiza el mercadólogo Aquiles Julián en su Blog. Son compañías de ventas directas legales, registradas y con domicilio público. En cambio, lo segundo logra las ganancias de la promesa de una rentabilidad descomunal sin que implique trabajo alguno para los inversores.

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