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En Internado de Medicina Social estudiantes de Medicina del INTEC analizan problemáticas sociales

Los trabajos de investigación de los estudiantes que realizan el Internado de Medicina Social sirven como punto de partida para tomar decisiones en las Unidades de Atención Primaria y de políticas públicas.

SANTO DOMINGO. – Desde el 1973, en su compromiso de formar a médicos con sensibilidad social y vocación de servicio, en el Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC) se desarrollan los internados de Medicina Social, en el que los estudiantes de Medicina parten hacia una comunidad rural en la que se hospedan y ofrecen servicios médicos durante dos meses.

En el transcurso de su estancia, ya sea en la provincia Peravia, La Romana o San Pedro de Macorís, los estudiantes tienen la misma experiencia: entrar en contacto con pacientes en comunidades necesitadas del país y velar por su bienestar, actividad que desarrollan en las Unidades de Atención Primaria (UNAP), y durante visitas domiciliarias para dar seguimiento a aquellos pacientes que por su condición de salud no pueden desplazarse al centro a recibir atenciones médicas.

Entre las labores que desempeñan como colaboradores de las UNAP se encuentra el compromiso de desarrollar un trabajo de investigación, en que plantean situaciones observadas en la comunidad en el ámbito de la salud y cuyos resultados son presentados en la universidad al finalizar su internado.

Estudiantes durante el internado de Medicina Social

En los últimos cuatro años se han realizado 211 investigaciones, las cuales quedan como material de consulta en la biblioteca Emilio Rodríguez Demorizi del INTEC, otros han sido publicados en la revista científica de la universidad Ciencia y Sociedad de la universidad, así como indexaciones en revistas internacionales.

Por ejemplo, la investigación “Evaluación del estado de salud mental de los cuidadores de pacientes con enfermedades crónicas no transmisibles de la comunidad de El Llano, provincia Peravia, República Dominicana, durante el período noviembre-diciembre 2019”, realizada por Skarlet Ferreras, Luz María, Julissa Matos, Emilton López, Penélope Brito Lee fue publicada en la revista “Ciencia y Salud” del INTEC.

El coordinador del internado, profesor Emilton López, explicó que el impacto de los trabajos es que, en muchas ocasiones, “han sacado a la luz problemas de la comunidad”.

“Si en la comunidad se observan pacientes con enfermedades diarreicas lo más probable es que estén relacionadas al consumo de aguas contaminadas, este no es un tema de bacterias sino de higiene y déficit de servicios públicos”, explicó el doctor.

Profesor Emilton López, coordinador el internado

El internado de Medicina Social corresponde al decimoséptimo trimestre de la carrera de Medicina. INTEC es la única universidad del país en cuyo pensum se incluye un Internado de Medicina Social en una comunidad rural, totalmente independiente a la pasantía de ley, en que los médicos en formación ponen en práctica sus habilidades e impactan a comunidades necesitadas.

Asimismo, la coordinadora de Ciencias Básicas de Medicina Yudelka Ramírez, expresó que estos trabajos contribuyen al cambio y la transformación de las comunidades en las que se realizan las investigaciones. “Los estudiantes dejan algo sembrado en la comunidad en la que colaboran, y eso queda para tomar decisiones”, dijo.

Los frutos de la pasantía rural

Además de aportar a las comunidades en las que realizan su voluntariado médico, los estudiantes desarrollan una experiencia y vinculación con la comunidad. “Ver las dificultades de la gente” es algo que describe una parte importante de la dinámica del estudiante durante su estancia, explicaron los coordinadores del internado.

Ramírez consideró también la importancia de los escenarios que experimentan los estudiantes al tratar a los pacientes desde cero. “Las principales enfermedades tropicales que están en el país se dan en esos tipos de comunidades”, dijo, y describió los beneficios de los aprendizajes obtenidos por los estudiantes a partir de las experiencias junto a médicos generales en la UNAP, así como sus ventajas para seguir escalando a nivel profesional.

“La investigación tiene mucho que ver con la preparación del médico. Eso da un valor agregado a estudiantes que van a avanzar a otro nivel, que van a estudiar fuera del país, el simple hecho de que tenga ya realizado en su carrera dos trabajos de investigación, tanto el proyecto de Bio- INTEC, como el proyecto de Medicina Social, les da un extra en puntuación versus otros estudiantes que no hayan realizado investigaciones hasta el momento”, explicó.

Leonidas Santana, epidemióloga supervisora de los pasantes, también evidenció la integración de los estudiantes en la UNAP y su desarrollo durante el transcurso del internado, así como la sensibilización humana, pues recordó que “El médico en la UNAP tiene que ser psicólogo, tiene que ser familia” al recibir a pacientes cuyo remedio está en ser escuchados por quien le atiende.

Leonidas Santana, epidemióloga supervisora de los pasantes

El programa con el que se imparte el internado, se diseñó con un abordaje integral, de manera que el médico interno, al tiempo que se familiariza con las normas y procedimientos de actuación del plan básico de salud, en el primer nivel de atención, también aprende sobre la calidad con que deben prestarse los servicios y la orientación ética de las intervenciones.

Además de prestar servicios en la UNAP, los jóvenes también realizan llenado de ficha de salud familiar, visita a los centros educativos para realizar evaluaciones de agudeza visual y actividades de salud escolar y de género, participación en jornadas de vacunación y búsqueda de desviaciones de la columna. También se integran en actividades culturales de la comunidad.

Internado de Medicina Social, formando médicos más humanos

INTEC inició el programa , hace 41 años, con el objetivo de conjugar  la docencia, el servicio y la investigación para formar médicos con un enfoque familiar y comunitario

 SANTO DOMINGO. Antes de culminar sus estudios, los estudiantes de Medicina del Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC) deben hacer sus maletas y retirarse durante dos meses a participar en el Internado Social, un programa que les permite tener vivir una experiencia de contacto con pacientes en comunidades necesitadas del país.

El programa inició en el año 1973 bajo la premisa de formar médicos con sensibilidad social y vocación de servicio. Transcurridos 41 años, sigue siendo el único internado en medicina social del país.

Los médicos egresados del INTEC tienen la vocación de ejercer con consciencia social.
Mónica asiste a los pacientes en la UNAP de Villa Sombrero.

Los primeros estudiantes de medicina hicieron lo que denominaban la Pasantía Rural en los campos situados entre las escarpadas montañas del municipio Cambita Garabitos, de San Cristóbal. Desde el 2007, el escenario cambió a las unidades de atención primaria de los municipios y distritos municipales de la provincia Peravia, y la clínica La Romana, desde donde los futuros médicos desarrollan las competencias profesionales para una efectiva relación médico-paciente.

El profesor Emilton López, coordinador del internado, asegura que la fortaleza de este proceso académico radica en que los estudiantes entran en contacto con la realidad social del país y cortan el “cordón umbilical” que los mantiene atados a su familia, a sus amigos y su entorno. En promedio al año rotan cuatro grupos de 23 a 52 estudiantes cada uno.

El programa, con el que se inicia el internado, ha sido diseñado con un abordaje integral, de manera que el médico pasante, al tiempo que se familiariza con las normas y procedimientos de actuación del plan básico de salud, en el primer nivel de atención, también se sensibiliza sobre la calidad con que deben prestarse los servicios y la orientación ética de las intervenciones.

Además de prestar servicios en la unidad de atención primaria a la que fueron asignados, los jóvenes realizan visitas domiciliarias, llenado de ficha de salud familiar, visita a los centros educativos para realizar evaluaciones de agudeza visual y actividades de salud escolar y de género, y búsqueda de desviaciones de la columna. También se integran en actividades culturales de la comunidad y las que se efectúan en beneficio del medio ambiente como reforestación de árboles en el Sifón de Matagorda, recogida de plásticos y siembra de árboles en Punta Salina;  recogida de plásticos en el cerro de Peravia, entre otras.

En primera persona

Mónica Guerrero habló sobre su experiencia en el Internado de Medicina Social.

Mónica Guerrero, quien vivió la experiencia del Internado de Medicina Social recientemente, asignada a la Unidad de Atención Primaria del municipio de Villa Sombrero, Peravia, recuerda cómo las personas de la comunidad se dirigían a ella y sus compañeros con mucho respeto, a pesar de su evidente juventud, y les solicitaban servicios de salud.

 “Ayudamos al médico titular y a los médicos pasantes en distintos aspectos, entre ellos realizar la historia clínica del paciente, tomarles los signos vitales, somos como una especie de asistentes a lo interno de la UNAP, pero también tenemos la responsabilidad de realizar jornadas de vacunación, de planificación familiar y otros aspectos que son para beneficio de la comunidad que se nos asigna”, indica la joven médica.

La doctora Muriel Pérez, actual coordinadora de la jornada de investigación en salud Bio-INTEC, afirma que el internado social es el primer encuentro que tienen los estudiantes con la situación de salud pública a nivel rural.

Muriel Pérez rodeada de pacientes.

“Es un proceso de adaptación con muchos retos puesto que la experiencia es muy abarcadora, en el sentido que no solo compartimos los aspectos médicos sino los sociales, culturales y económicos de los habitantes del lugar al vivir junto a ellos por 12 semanas”.

Pérez asegura que es en el internado donde el estudiante tiene más oportunidades de humanización de los servicios de salud, puesto que no es tratar una enfermedad o un síntoma, sino tratar a un paciente de manera integral, comprendiendo su situación como un eslabón desencadenante. “Vivir esas semanas significó para mí una afirmación de que la medicina debe hacerse con entrega, pasión y sobretodo con vocación”.

El internado de medicina social tiene un enfoque familiar y comunitario en el que se conjuga la docencia, el servicio y la investigación, ya que uno de los objetivos de este proceso de enseñanza es que el estudiante identifique un problema de la comunidad a la que fue asignado y proponga una solución a través de un ensayo bien estructurado.

Las carreras de Medicina y de Odontología integran la oferta de grado del Área de Ciencias de la Salud del INTEC, en tanto que la de postgrado incluye maestrías en Bioética, Nutriología clínica, Obesología y Dietética, Salud Integral del y la adolescente y especialidades en Nutriología clínica y en varias áreas de la oftalmología.