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Tag: Sacrificio

Del otro lado de la calle

Moise Régis, de la carrera de Psicología, nos comparte un artículo literario que nos invita a reflexionar e iniciar la batalla interna para dejar nuestros miedos

 

Última en acostarse, primera en despertar. Así inicia y termina sus días entre el va y ven del ritmo de las horas. Sólo se escuchan murmullos de cánticos de aliento de esclavos de la conjuntara del que hacer. Que vulgar sensación es la que se aprecia por la ventana de mi castillo, no logro atinar en sus movimientos ni siquiera el respeto para el espacio propio.

Talvez, solo talvez, debería tan solo cruzar y…
Y recuerdo de aquellos que cruzan, si es que regresan, ya no son las mismas.
Diría que regresan como diferentes, sonrientes, sencillas, humanos, vulgares en comportamiento pero sobre todo, regresan con la cabeza alta. Alta como si encontraran un propósito por el cual luchar, como si cruzando conocieran lo que aún me es desconocido.
!Quiero, anhelo saber que pasa!

!Pero no! no puedo querer esto; No me lo puedo permitir. Humanoide soy. Estas cosas, no están en mis codificaciones.

Soy superior a estos recipientes emocionales que se vacían como globo pinchado por cualquier cursilería. Tengo un propósito con el cual cumplir hasta que otro me reemplace.
Soy lo que soy porque sí. No tengo tiempo para sentimientos, no necesito el sentir.

Pero,
Pero, ¿Y qué tal si cruzo? Solo para ver el proceder del cruzar, solo para encontrar el sentido y regresare antes de contagiarme. Oh si, cruzaré para ver de cerca sus idioteces. Saldré de mi cueva, saldré de mis cuadrados y voy a cruzar.

Y mientras dure, recordaré que soy él del otro lado de la calle y ahí he de volver antes que ella vuelva a acostarse, para poder apreciarla desde las ventanas de mi cueva.
Y mientras voy cruzando no dejo de pensar

¿Podré encontrar el camino de regreso?
¿Qué tal, si ya no quiera regresar?

La mujer más fuerte del mundo

En la vida nos topamos con personas que nos dan ejemplo de sacrificio, dedicación y entrega, la estudiante María Dipré nos comparte la historia de cómo encontró a una persona así en su propio hogar

 

María Dipré / Administración de Empresas / mariadipre@hotmail.es

Cada persona ve la vida de manera diferente, hay para quienes se hace fácil, para otros se hace difícil. En este caso cuento la historia de la vida de Doña Flora, madre abnegada y mujer incansable, que a sus 68 años con su arrugado rostro y canas en el pelo, enseñanzas de la vida según ella, demuestra lo feliz que es junto a sus seres queridos, después de una vida de lucha.

Para la década de los 70 Doña Flora, en sus veinte y tantos años, ya tenía su familia su esposo y 4 hijos, su vida era acomodada, de repente su vida y la de sus hijos cambió, su esposo comenzó a tomar hasta emborracharse. A raíz de esto, ella tuvo que continuar sola la crianza de sus 3 hijas, pues el hijo fue enviado a vivir con una tía.

Los siguientes años los pasó lavando y planchando para mantener a sus hijas. Cuando estas fueron creciendo también comenzaron a trabajar para ayudarla, aunque Doña Flora no estaba muy contenta por esto.

Doña Flora.
Doña Flora.

A pesar de las precariedades sufridas Doña Flora fue perseverante y pudo hacer de sus hijas mujeres de bien y terminar la escuela e incluso su hijo regresó a vivir con ella para ser de ayuda en la casa. Después sus hijos se casaron, y formaron sus familias también. Este es un claro ejemplo sobre la perseverancia, que es simplemente mantenerse firme y constante en una manera de obrar, y como dice una frase de Eurípides “El hombre superior es el que siempre es fiel a la esperanza, no perseverar es de cobardes”. Pues así es Doña Flora, una mujer valiente que nunca se rindió, sin importar lo que deparara el destino.

Tener una familia tan grande, con unos hijos y nietos que la adoran, y que todas las personas importantes para ella estén ahí, es una gracia que ha recibido Doña Flora y nos muestra que verdaderamente “Detrás de la tempestad, viene la calma”.

En este momento termino mi historia diciendo que muchas veces valoramos más a las personas cuando conocemos por lo que han pasado y pues, por qué no contar la de una persona muy importante en mi vida, Doña Flora mi abuela “la mujer más fuerte del mundo”.

Imágenes: Taringa.net / María Dipré.