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Carlos Almonte: “De no haber estudiado medicina, nunca hubiese comenzado a bailar”

El egresado de la carrera de Medicina del INTEC siguió el latido de su corazón a través de su vocación en Medicina y danza. Apasionado por ayudar a los demás a través de su profesión, aspira a realizar una maestría que vincule ambas pasiones

Por: Xiara Paulino | Estudiante de Comunicación Social y Medios Digitales

“Si no hubiera estudiado medicina, no hubiese conectado con la danza”, aseguró Carlos Almonte, un joven de 24 años que ha logrado conectar sus dos más grandes pasiones y desarrollarlas a lo largo de su formación profesional. A los 17 años egresó del Politécnico María de la Altagracia con la intención de iniciar la carrera de Medicina en el Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC).

No era una decisión de años, sino de toda la vida, pues desde que recuerda la medicina fue su carrera soñada, siendo sus principales motivaciones el ayudar a los demás y hacer cosas distintas cada día. A los cinco años miraba programas de medicina en la televisión y su madre, asombrada, se preguntaba de dónde ese pequeño niño tenía la voluntad de perderse en ellos, en lugar de cambiarlos por programas animados.

Así como ser médico era su sueño, tenía curiosidad por la danza, por lo que se unió al grupo del INTEC, dirigido por la maestra Awilda Polanco, a través de las co-curriculares disponibles como parte del programa OASIS. Al conocer la danza, en su corazón activó una conexión nueva y su amor por este arte se desarrolló naturalmente.

Un trimestre después de inscribirse en esa actividad extracurricular comenzaron los ensayos para participar en un festival, y lo que antes era un día de práctica, se convirtió en 4 y 5 días por semana.

 “Tu tenías que hacer tus tareas, tenías que estudiar, tenías que coger todos tus exámenes e ir bien porque si no en mi casa no iban a querer que yo bailara…”

En la medida en que la carrera le exigía más y más, Carlos se enfrentó al dilema de si debía dejar sus hobbies o continuarlos junto a sus estudios. A diferencia de la mayoría, para Carlos nunca fue una opción abandonar su pasión artística y sus deseos de formarse como bailarín.

“Yo quiero bailar, pero quiero que me vaya bien en la universidad también. No se cómo lo voy a hacer, pero hay que buscar una forma de que me dé tiempo a estudiar todo lo que yo tenga que estudiar, me vaya bien y que los sábados siempre tenga espacio para ir a mi clase”, Confiesa Carlos que se repetía como un mantra mientras atravesada sus alternativas.

El joven estaba dispuesto a sacrificar salidas y hacer las tareas más temprano para poder asistir a las clases de baile, todo con el objetivo de perseguir los deseos de su corazón dividido en dos.

Finalmente, Carlos alcanzó uno de sus sueños y culminó su carrera de Medicina a los 22 años de edad, recibiendo honores Magna Cum Laude, sin dejar atrás su formación artística. “Al final yo no quería dejar de bailar, quería seguir bailando”, expresó Carlos.

“INTEC me enseñó que uno debe aprender a dividir su tiempo”

En la actualidad, Carlos realiza su pasantía como médico general en un hospital de Haina y forma parte del cuerpo de jóvenes bailarines de la Compañía de Danza PULSO. A su vez, se prepara como bailarín profesional en la academia de baile Royalty Dance Place.

Sus experiencias en INTEC le han permitido optimizar su tiempo. “Llevar la medicina y tratar de formarme como bailarín en INTEC me enseñó que uno debe aprender a dividir su tiempo. Hay cosas que tienen prioridades y uno tiene que dárselas. La organización para lograr las cosas lo es todo y la determinación”, comentó Carlos.

“Mis experiencias en el INTEC me enseñaron que cuando uno quiere algo uno debe trabajar lo más que uno pueda para poder lograrlo”.

Al preguntarle sobre sus siguientes pasos, afirmó que su objetivo es poder desarrollar ambas profesiones al mismo tiempo y que buscará especializarse en una maestría que vincule la Danza con la Medicina, como terapia física o medicina deportiva. Aunque dedique gran parte de su tiempo a la danza, nunca dejará de ser médico.

Las artes y los hobbies ayudan a “botar el estrés”

Carlos dijo que sus compañeros que solo se enfocaron en la carrera se estresaban más, mientras que aquellos que equilibraban su tiempo con actividades artísticas, hobbies y deportes vivían una mejor experiencia a lo largo de su formación académica.

“El pintar, el dibujar, el cantar, el tocar el piano, el tocar la guitarra… Eso lo va a ayudar a que le vaya mejor, porque uno no puede simplemente enfocarse en que uno está estudiando. Si usted quiere continuar sus hobbies, busque el tiempo para hacerlo, no hay que abandonarlo, todo lo ideal es buscar el equilibrio”, afirmó.