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Tag: piramide

Las pirámides de los sueños rotos

El profesor Víctor Féliz nos escribe sobre un método de riqueza rápida que ha ganado popularidad en los últimos años: las pirámides. Explica que en vez de ayudarnos, son espirales de engaños y sueños rotos.

Víctor T. Féliz / victortfeliz@gmail.com
Una pirámide es una operación fraudulenta de inversión que implica el pago de muy altos intereses a los participantes pero este pago proviene del propio dinero invertido por la persona o del dinero de nuevos participantes. Las altas ganancias que obtienen los primeros inversionistas son generadas gracias al dinero aportado por ellos mismos o por otras personas que caen engañadas por las promesas de recibir grandes beneficios.

El sistema funciona solamente si crece la cantidad de nuevas víctimas. Por lo tanto, el éxito de este esquema de estafa disfrazado de negocio se basa en que los participantes convenzan a más incautos con el objetivo de que se continúe alimentando a la cúspide de la red, que son quienes en definitiva se quedan con el gran dinero del público.

En República Dominicana las pirámides se reproducen por doquier y los principales inversores son personas de clases media y media alta, al igual que muchos jóvenes profesionales y estudiantes universitarios, quienes confían sus ahorros a un utópico modelo de negocios que no conocen y que generalmente, no tiene oficina física, personería jurídica, ni se conoce a sus ejecutivos principales. Sin que sea suficiente que inviertan sus propios recursos, son impulsados, por la red, a convencer a familiares, amigos y allegados para que hagan lo propio, logrando que muchos más compartan sus sueños de abundancia, pero también, la inminente pérdida de su dinero, sin pensar en las consecuencias futuras de esta mala decisión.

En los últimos veinte años hemos tenido en nuestro país varios modelos piramidales que han engañado a miles de dominicanos, sin embargo, seguimos apostando en este tipo de “negocio”. Al parecer no aprendemos de las experiencias pasadas. Particularmente, no comprendemos qué puede llevar a una persona a asumir tan elevados riesgos por correr detrás de una rentabilidad que ellos mismos saben que no es real, y que por lo tanto, no será sostenible en el tiempo.

Los dominicanos no somos tan ingenuos como aparentamos al reincidir en este comportamiento, debe existir un perfil psicológico y social que motive estas actuaciones, ya que muchos de los “engañados” son profesionales, algunos del área financiera, otras son personas con habilidades de negocios que conocen sobre inversión, rentabilidad y riesgos.

Por muchos años, hemos estado orientando a nuestros estudiantes, parientes y amigos para que: rechacen cualquier propuesta de negocio que prometa pagar alta rentabilidad con poco esfuerzo, no compren nada que le ofrezcan muy barato, no adquieran en la calle lo que puedan obtener en un establecimiento comercial, que cuando alguien le plantee un negocio en el que se va a ganar mucho dinero le pregunte por qué no lo aprovecha él mismo. Ese es el comportamiento sensato y moderado que pocos ejercen y por eso continúan trabajando como ovejas y comprando sueños a los lobos.

Es necesario que los dominicanos entendamos que el dinero fácil no existe, que no llega de golpe, que no necesitamos tener demasiado para vivir, que es preferible que muchos tengan algo a que un solo tenga mucho. Que la individualidad nos lleva a pensar en acumular y no en compartir, que lo que importa no es que muchos pierdan, siempre que yo gane, sino que todos ganemos aunque sea poco.

“El verdadero medio de ganar mucho consiste en no querer nunca ganar demasiado”. François Fénelon.

Cúspides y sótanos de la sociedad inteciana ¿qué estudias?

[sws_red_box box_size=”250″] Elvis Santana Espinal – Estudiante [/sws_red_box]

La carrera que estudias te posiciona según implique más o menos esfuerzos

Leyendo la pasada Colmena me topé con un artículo escrito por Montserrat Díaz titulado: Un campus, muchos mundos. Una fiel descripción de algunos de los especímenes que se aprecian en la Jungla Inteciana de manera detallada y precisa.

Era una clasificación de los estudiantes en relación con su ambiente. Estaba tan bien hecha que al instante recordé otro método de organización: la Pirámide Social de Intec, aquella en que la carrera que estudias te puede convertir en el payaso o el Dios de la universidad. Decidí escribir sobre ella y los prototipos que la conforman. De abajo hacia arriba, los especímenes son los siguientes:

Psicólogos, mercadólogos y administradores: El sótano de la pirámide. Víctimas de burlas incesantes y el hazmerreír de muchos que creen que el tener dos matemáticas (y una tercera concentrada en negocios para mercadólogos y administradores) son razones suficientes para estar “chiling” y más si dejaste enseñar tu pensum donde en los últimos trimestres hay una cantidad razonable de electivas. La verdad es (y deben de admitirlo) que las tres son menos exigentes que otras carreras, pero eso no le quita su dificultad en algunas áreas y el compromiso que exigen es igual de agotador.

Contables: Vamos subiendo. Si perteneces a esta familia debes saber que nadie te ha echado al sótano porque tu grupo es reducido y la mayoría desconoce el programa que estudias.

Economistas: ¡Salvados de la burla! La gente cree que esta carrera es la única con dificultad del Área de Negocios, por eso tienen el respeto de los ingenieros ya que tomas más de tres matemáticas al igual que ellos. Los economistas pueden darse el lujo de burlarse de los del sótano…pero hasta ahí.

Ingenieros: Son el centro de la pirámide, aunque con fuertes diferencias entre ellos. Hay una jerarquía interna que pone a los de Software y Electrónicos arriba y destierra a los Industriales al borde casi de unirse con los Economistas. Pocos se meten con ellos. Si eres lo suficientemente valiente para hacerlo, prepárate para recibir un bombardeo de pensums, materias rarísimas y discursos que no acaban nunca.

Diseñadores: Al principio todos te verán como el que vino a pintar en Intec y por poco acabas en el sótano. Luego llega el tercer trimestre y subes como nadie a una posición privilegiada. Empiezas a cargar con novecientos noventa y nueve cosas entre lápices, cartones, herramientas y demás. Tus amigos ya no te hablan porque nunca te ven y se quejan de que vives en el taller, para que al llegar los últimos trimestres de la carrera todos aquellos que creían que te iban a convertir en su objetivo de burla misteriosamente desaparezcan. No es por nada que tienen el título de los Vampiros de Intec.

Médicos: Durar cinco años y llevar trimestres de 21 y 22 créditos son razones suficientes para que no discutas con ellos. Será difícil ganarles una batalla, incluso si te encuentras más arriba de la pirámide. Alégrate de que si no tropiezas en el camino, cuando te gradúes podrás sacarle en cara que todavía les falta un buen trecho para terminar.

Matemáticos: Todos te tienen miedo y rezan por tu cerebro para que no se te termine de fundir con tantos números y fórmulas. Pocas veces pondrán reírse de ti y al que se atreva a decir que terminarás siendo profesor, lo veo sordo de las dos orejas.


2+2
: ¡Nadie se mete contigo! Reverencia al Dios de Intec. Ninguna persona se atreve a discutirte. No hay palabras para describirte.

Así de simple es la pirámide que mueve nuestra sociedad inteciana. Lo que sí es cierto es que ningún estudiante de otra universidad podrá discutir con alguno de ustedes porque el que está más “chiling” en Intec, si se compara con otro universitario, está pasando la de Caín, la de Abel y la de cualquier otro personaje.