Cindy Canales Rodríguez, doctora en Medicina General, Nutriología Clínica y Máster en Obesología y Dietética de la ARS Universal compartió algunos consejos
SANTO DOMINGO- La Organización Mundial de la Salud (OMS) afirma que un estilo de vida saludable es el resultado de una serie de hábitos que garantizan el bienestar físico, mental y social. Estas conductas influyen en la salud y ayuda a prevenir enfermedades.
Sin embargo, los estudiantes no siempre tienen cuidado de sus hábitos producto del estilo de vida reactivo que tienen frente a sus cargas académicas.
En el taller “Hábitos alimenticios: Descubre cómo pueden influir en tu rendimiento académico, estado físico y emocional”, organizado por la Unidad de Orientación que pertenece a Desarrollo Estudiantil de la Dirección de Servicios a Estudiantes del Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC), la doctora Cindy Canales Rodríguez expuso sobre hábitos saludables importantes para el estudiantado y algunas estrategias para obtener un mejor rendimiento académico, cuidar tu salud física y emocional.
La especialista también compartió cuál sería el impacto de estos buenos hábitos en la vida académica de quienes cursan carreras universitarias. A continuación, te explicamos los detalles.
1. Alimentación balanceada
Una alimentación balanceada garantiza el óptimo rendimiento del estudiante en su desarrollo académico. Obtener las vitaminas y suplementos correctos a través de las comidas que se ingieren permitirá el correcto funcionamiento del cuerpo.
Para una alimentación saludable, la doctora Canales citó las cinco leyes de la alimentación del doctor Pedro Escudero:
- Suficiente y completa: Aporta la cantidad adecuada de energía
- Adecuada: Acorde a edad, sexo, actividad física y estado de salud
- Balanceada: Aporte de los diferentes grupos de alimentos
- Higiénica: Libre de gérmenes patógenos y contaminantes
- Variada: Comer diferentes alimentos
Las dietas varían en función a las cualidades y demandas calóricas de cada cuerpo, por lo que es necesario consultar asistencia profesional a la hora de estructurar una dieta.
2. Control de peso
La doctora afirmó que controlar el peso reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes y tipos de cáncer. En ocasiones no es posible controlarlo debido a que las personas comen por emociones.
El hambre emocional se caracteriza por las ganas de comer en exceso sin experimentar hambre real o física, entre ellas comer por culpa, para sentirte mejor, para celebrar logros… “Comemos por todo”, dijo la doctora. No obstante, esto podría provocar estados de ánimo como tristeza y culpa.
Para manejar los antojos emocionales, ofreció algunas alternativas saludables por antojo: Si desea carbohidratos, recomienda elegir entre comidas integrales y frutas; si el antojo es de algo dulce, invitó a la audiencia a consumir sus frutas favoritas; mientras que el antojo es de comidas grasas o fritas, exhortó alimentarse de frutos secos.
3. Hidratación correcta
La doctora explicó que mantener una hidratación correcta ayuda a mantener la atención, estado de alerta, concentración, memoria y buen rendimiento.
De no hidratarse apropiadamente, el estudiante podría afectar su rendimiento intelectual y el conjunto de las funciones cognitivas, lo cual genera lentitud del pensamiento, de los reflejos y errores en la solución de problemas. A su vez, provoca estrés, disminución del ánimo, depresión, cansancio y ansiedad.
Para asegurar una hidratación constante, recomendó el uso de botellas y aplicaciones inteligentes para rastrear el consumo de agua diario, así como instó a evitar el consumo de bebidas energizantes por el impacto negativo que tienen.
¿Qué provocan las bebidas energizantes? “Se dilatan las pupilas, aumentan los niveles de alerta. El cuerpo empieza a producir dopamina, lo que estimula las zonas de placer del cerebro y le sigue el bajón de ambas sustancias”.
4. Descanso adecuado
Una buena calidad de sueño garantiza innumerables beneficios para el cuerpo humano, entre ellos el fortalecimiento del sistema inmunológico, aumento de la concentración, optimización de la memoria y el incremento de melanina y serotonina, hormonas que ayudan a los individuos a ser más felices y con mejor salud emocional.
Una breve duración del sueño podría asociarse a una dieta deficiente, aumento de peso, baja concentración, presión arterial elevada y aumento de colesterol y glicemia, sin mencionar la alteración que causa en el estado de ánimo (estrés, ansiedad).
“Negociamos las horas de sueño cuando nos falta tiempo”, aseguró la doctora Canales al referirse a los estudiantes. Sin embargo, el impacto negativo a la salud es mayor y pone en riesgo la calidad de vida.
Es por ello que recomendó un descanso aproximado de 7 a 9 horas por día, mantener un horario regular para acostarse y levantarse e interrumpir el uso de dispositivos como mínimo una hora antes del tiempo de descanso.
5. Realización de actividad física
El ejercicio no solo ayuda a dormir mejor, sino que también reduce el estrés, mejora el estado de ánimo y a su vez la autoestima. Es por ello que recomienda hacer ejercicio como mínimo tres veces a la semana, incluyendo al menos 10 minutos de ejercicios aeróbicos por sesión y ejercicios para grupos musculares dos o más veces por semana.
¿Qué te han parecido las recomendaciones de la experta? Comparte este artículo si te resulta útil, a fin de crear conciencia colectiva acerca de nuestros hábitos y su impacto en nuestra salud.