Darys Estrella: “El éxito es una actitud ante la vida, un estado del espíritu”
Con apenas 23 años recibió una oferta de trabajo en Wall Street, luego de posicionarse en el mundo de los negocios en Estados Unidos regresó a República Dominicana para trabajar en la Bolsa de Valores, siendo la primera mujer latinoamericana en presidir una. Hoy se dedica a inspirar, con su ejemplo de lucha y entrega, a los jóvenes del mundo
SANTO DOMINGO. – Darys Estrella, la primera mujer latinoamericana en ocupar la Gerencia General en la Bolsa de Valores, asegura que “el éxito no es una escalera”. Sus más de 25 años de ejercicio profesional en el mundo de los negocios le permiten discrepar del símil establecido entre la obtención de logros con el proceso de subir peldaños. “Significaría que el éxito es algo futuro que podría ser incluso inalcanzable”, sentenció.
En un conversatorio con estudiantes del Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC), realizado en el auditorio Osvaldo García de la Concha, afirmó que la definición de éxito debe ser personal. “El éxito tradicionalmente se asocia con una escalera como que nunca termina, y si nosotros lo vemos esa manera parecería que se encuentra en el futuro y nunca en el presente. Y puedo decir, después de 25 años de trabajar en el mundo corporativo y viendo mi vida en retrospectiva, que el éxito es otra cosa. Es una actitud ante la vida, un estado del espíritu, una forma de pensar y de vivir, y definitivamente no se encuentra en el futuro sino en el presente”.
Darys se presentó con honestidad, habló sobre cómo pasó de la escasez a alcanzar un sitial preponderante en el mundo de los negocios. Oriunda de un campo de la provincia San José de Ocoa es la mayor de cuatro hermanos, conoció el hambre en su niñez, sufrió los estragos del ciclón David en 1979 y al terminar su bachillerato emigró a los Estados Unidos en 1986 sin saber ninguna palabra en inglés. Sin embargo, logró estudiar en Vassar College, tras graduarse obtuvo un empleo en Wall Street con un salario de 29 mil dólares al año.
De una manera llana y sin poses planteó su idea al público. Indicó que es necesario sentir pasión por lo que se hace, recomendó a los jóvenes que se conozcan a sí mismos para sacarle beneficio a sus fortalezas y trabajar sus debilidades. En ese sentido, Darys dijo que las personas deben estar siempre en modo de aprendizaje, y evitar que el miedo los paralice.
Por otro lado, recordó que solo los individuos no llegarán a ninguna parte. Por lo que incentivó a los estudiantes a tener un mentor y personas claves en su trabajo, que les ayuden a crecer y les sirvan de orientadores.
Otro de sus consejos fue “cacarear los huevos”, es decir promocionarse desde la confianza y no desde la arrogancia. Explicó que, si una persona es un excelente empleado, pero se mantiene todo el día con la cabeza baja en su escritorio, difícilmente logre una promoción. En otro orden, dijo que un aspecto importante es la puntualidad.
Consideró que el “networking” es imprescindible, es decir, tener una red de contactos clave para desarrollarte en tu área profesional y que sumen a tu proyecto, no obstante, recomendó mantener las relaciones activas, y no solo buscarlos cuando los necesitas.
Estrella argumentó que, aunque se debe dar lo mejor de sí en el ámbito laboral, pero siempre en su “justa medida”; con esto quiso dejar claro que debe haber tiempo para el empleo como también para uno mismo y su familia. “Cuida tu salud, tu mente y tu espíritu”, subrayó y añadió: “Dedica tiempo a aquellos que amas: tu pareja, tu familia, tus amigos. Sin ellos ¿con quién compartirías el éxito?”, cuestionó.
Darys habló de la confianza en sí mismo como una manera de lograr que los demás confíen en nuestras capacidades. Indicó que cuando el empleado va donde el jefe a plantearle un problema debería presentar una solución, con lo que demuestra que es una persona proactiva.
Dijo que el fracaso es parte del éxito porque esos errores te indican qué cosas debes mejorar o no volver a hacer. Tras decir esto formuló dos preguntas: ¿De qué nos sirve alcanzar el éxito sino podemos compartirlo con los demás? y ¿De qué nos sirve alcanzar el éxito si el mismo no tiene un impacto en la colectividad? A las que respondió afirmando que más allá de los logros individuales muestro éxito debería depender de las personas que impactemos positivamente.
“Pedir ayuda no es un pecado”, enfatizó la también escritora del libro “El hierro que forjó a la dama”. Explicó que la retroalimentación es necesaria. “Lo importante no es que te digan lo que haces bien, sino lo que puedes mejorar. Acepta esa crítica constructiva como algo muy positivo que te ayudará a crecer”. Dijo que es un error pensar que se conoce todo e insistió en que no hay nada de malo en preguntar ante una duda, mas sí en preguntar lo obvio.
Conciencia tranquila
Fue muy enfática cuando apuntó que no todo el dinero se gana. Dijo que las personas son las que deciden a perder la integridad con sus acciones. Explicó que todos comenten errores, pero la forma en que se reacciona a ellos es lo que marcará la diferencia. Indicó que todo en la vida se sabe, y subrayó que no hay nada como poder dormir tranquilo y poder caminar con la frente en alto.
En otro orden, habló del no y cómo cuesta pronunciarlo. “Querer complacer a todo el mundo es la receta perfecta para el fracaso y el caos, aprendan desde ahora y practiquen y digan no desde adentro sin sentir culpa”, sostuvo.
Finalmente motivó a los estudiantes a desaprender porque a su juicio es la herramienta para enfrentar el futuro. “Lo único constante es el cambio”, “Los animales que no se adaptan, mueren”, estas dos frases llamando a la reflexión fueron el cierre de un encuentro aleccionador e inspirador, cuyo objetivo fue mostrarles a los jóvenes que, teniendo puertas cerradas y recursos limitados, se pueden lograr metas y sueños.