A propósito de que mañana será celebrada la entrega de los Premios Soberano, el máximo galardón para reconocer la labor de las figuras nacionales del arte y el espectáculo, el egresado Joan Noboa comparte un artículo
Joan Noboa / joannoboa93@gmail.com / Egresado de Psicología (2011)
“Tú, si eres Hip-Hop demuestras denuncia y carisma
pero te vistes de clásica y sigues siendo la misma” Nach
Hace unos meses en mi país se debatía sobre si la música ha impactado lo bastante para que la mayor parte de los feminicidios sean cometidos o influenciados por el mal llamado género urbano. Digo mal llamado porque antes de que saliera el Dembow, hecho por dominicanas y dominicanos, los géneros musicales que tenían mayor auge en las emisoras eran el RAP (Ritmo y poesía por sus siglas en inglés) y sus variantes, o Reggaeton. Entonces como el Dembow estaba teniendo tanta cabida en los medios y muchos raperos se “doblaron” (pasaron a cantar ese tipo de música por cuestiones económicas) había que ponerlos en algún lugar y de ahí que a todos se les llame “cantantes urbanos”. Además de que se asocia lo “urbano” con las cosas nuevas y la juventud.
En ciencias sociales este fenómeno lo podemos relacionar con las Tribus urbanas. Según Costa, Pérez y Tropea (1997), una Tribu Urbana es un grupo de jóvenes y adolescentes que utilizan vestimentas parecidas y llamativas, persiguen un mismo fin y siguen hábitos comunes. De igual manera, dentro de las características que tiene esta población, estos autores señalan que tienden a expandir sus grupos e ideales haciendo que el individuo perciba una superioridad ante otros; protegen sus intereses y a la vez lo defienden y; poseen un ambiente donde compartir experiencias, secretos, entre otros aspectos sociales que ayudan a consolidar la agrupación. En este artículo abordaré ese sentir a partir de la “música urbana” y la reciente entrega de los “Premios Q”, un espacio para el reconocimiento de la música a nivel nacional transmitido por uno de los canales con más audiencia en el país.
Si, lo sé, en República Dominicana existen otros temas como es el caso de Félix Bautista, los 7 años que le dieron al padre “Gil”, la novela entre Quirino y Leonel, y la situación delicada que existe con nuestras hermanas y hermanos haitianos. Son asuntos importantes pero también resulta relevante hablar de las mujeres, entes sociales que han aportado a la humanidad desde sus inicios en todos los sectores pero que han sido calladas por la voluntad y marginación de una ideología androcéntrica que le da más valor a lo que es hecho por y para el hombre. En este aspecto, y para no desviarme del tema con el que inicié, es vital señalar que el lenguaje juega un papel muy importante en este ámbito.
Uno de los autores que más ha influido en la psicología con sus aportes en este tema ha sido Lev S. Vigotsky. Para él, el lenguaje y el pensamiento no pueden concebirse como dos procesos que se relacionan mecánicamente. Tampoco pueden ser lo mismo, porque de ser así no se daría ninguna relación entre ellos. Por eso hace énfasis en los sonidos del lenguaje y su significado. Si divorciamos la palabra de los sonidos, estaríamos contemplando un acto puro del pensamiento. En cambio, si solo apreciamos los sonidos, se perdería el significado de las palabras. Es entonces en este punto donde tanto pensamiento como habla se unen y forman lo que él llama “el pensamiento verbal”. Dicho pensamiento verbal es exteriorizado en lo que llamamos comunicación y, de igual forma, puede encontrarse interiorizado tanto en las edades tempranas del desarrollo como en las posteriores.
A diferencia de Piaget, quien en su teoría describió el habla egocéntrica como un proceso de adaptación social que va desapareciendo a medida que la persona crece –ese yo esto, yo lo otro que las y los niños tanto usan- Vigotsky plantea que el lenguaje interiorizado (para uno mismo) es más que eso. Para él, el habla egocéntrica no desaparece totalmente, sino que se sigue manifestando a través del lenguaje interiorizado (Vigotsky, 1955).
Aquí es donde debemos de tener cuidado. Los medios de comunicación masivos han declarado la no violencia contra la mujer y su valorización como persona llegando a encontrar mensajes como los de “un verdadero hombre no le pega a una mujer”, y me parece perfecto. En esto no me opongo. En lo que no estoy a favor es en que la búsqueda de la igualdad se quede en “pensamientos verbales”. Me explico, varios años atrás se exteriorizaba un discurso a través de un lenguaje egocéntrico que beneficiaba solamente a los hombres y ahora, pasa lo mismo, pero a través de un lenguaje interiorizado lo que, a su vez, puede denotar cierto grado de hipocresía por no involucrarme en análisis psicológicos más profundos.
“La mujer es destreza, valentía y rudeza.
¿Quién dijo que la mujer sólo sirve para la limpieza?”- Gabylonia
Me refiero a la sutileza de colocar esa imagen objetivizada de la mujer desde cosas como la promoción de un producto en un supermercado hasta la producción de un vídeo musical. Recientemente censuraron un tema de Amara “La Negra” que hacía referencia a su parte intima pues “atenta contra las buenas costumbres dominicanas” según el art. 84 del Reglamento No. 824 sobre espectáculos públicos y radiofonía (CNEPR, 1971). Si quieren esta parte del debate la podemos tratar luego. Lo interesante es que la versión en inglés de dicho tema, el cual hablaba sobre el amor a las drogas, continuó emitiéndose de manera normal en la radio al igual que el tema “Las chapas que vibran” de La Materialista, canción que fue un hit a nivel nacional e internacional y que la ayudó a ganar un reconocimiento en los “Premios Q”. Lo anterior me deja un poco confundido. Si una conducta se premia, tiene más posibilidades para repetirse pero sucede que los mismos medios de comunicación masivos dicen rechazar ese comportamiento… Entonces queda la duda ¿Para quién es el premio en realidad? Como espectador creo que solo me queda esperar ver a quién le entregan el próximo Soberano.
Referencias
Vigotsky, L. (1955). Pensamiento y Lenguaje. Buenos Aires: Ediciones Fausto. Recuperado de: http://www.aacounselors.org.ar/adjuntos/Biblioteca%20AAC/Lev%20S%20Vygotsky%20%20Pensamiento%20y%20Lenguaje.pdf
Comisión Nacional de Espectáculos públicos (CNEPR). (1971). Reglamento no. 824, sobre espectáculos públicos y radiofonía. República Dominicana: CNEPR. Recuperado de: http://giovanni-derechodeprensa.blogspot.com/2008/11/reglamento-no-824-sobre-espectaculos.html
Costa, P., Pérez, J., & Tropea, F. (1997). Tribus urbanas: el ansia de identidad juvenil entre el culto a la imagen y la autoafirmación a través de la violencia. Barcelona: Edición Paidós Ibérica. ISBN: 84-493-0304
Imagen: Acroarte