Feminismo e igualdad: Más allá de los clichés
¿Qué sabemos sobre los movimientos feministas? ¿Sigue siendo necesario? ¿Qué tanta equidad existe entre los hombres y mujeres?
Por: Argénida Romero/Periodista
Desde hace décadas las mujeres somos libres de votar, ser elegidas para una función pública, trabajar, estudiar, viajar, comprar propiedades, entre otros derechos que teníamos vedados en etapas anteriores a la Ilustración y la concepción de los modernos Estados democráticos.
Esto parece no solo un hecho aislado, sino una situación generalizada que nos hace pensar que el feminismo ya ha cumplido su función. Que hemos logrado la meta. Pero si observamos en detalle a nuestro alrededor, esta percepción se desvanece.
“Ya hay equidad”, una afirmación falsa
“Una parte de la sociedad entiende que algunos logros que son el resultado de algunas luchas de las mujeres en el mundo implica que ya se superaron todas las desigualdades y es falsa esta afirmación”, expresa la coordinadora del Centro de Estudios de Género de INTEC, Lourdes Contreras.
Explica que existen aún grandes brechas en el tema salarial y laboral. Además de un aspecto que se evita abordar, en especial en las políticas públicas sobre género, y que son las relaciones entre hombres y mujeres más allá de los accesos a derechos fundamentales.
“Existe esa jerarquía social que marca esa diferencia entre lo que tiene que hacer y corresponde y le aplica a un hombre, y lo que le aplica o corresponde a una mujer, y esto sigue marcando la manera como se comportar las personas, pero también como la sociedad actúa frente a las personas según esas diferencias y como las políticas de Estado asumen sus responsabilidades de manera diferente”, sostuvo.
Para Natanael Disla, especialista en Género y Desarrollo, esta desigualdad en las relaciones entre hombres y mujeres se evidencia en los roles que permanecen y en la visión que se tiene de ellos. “Se ha trabajado para la equidad de género, pero no se ha trabajado en lograr avances para la igualdad de género. Por ejemplo, todavía las mujeres, aunque ocupen puestos de dirección, en la noche están relegadas al trabajo doméstico en casa”.
Y los ejemplos que el también profesor y coordinador de la Unidad de Gobierno Local en el Observatorio Político Dominicano de la Fundación Global, Democracia y Desarrollo (FUNGLODE) apuntan a un panorama preocupante. Reseña como ejemplos a Suecia, en donde existe una licencia de maternidad-paternidad equitativa, pero “solo el 27% de los hombres usa ese compartir el tiempo, mientras que un 76% son mujeres”.
También apunta que países nórdicos, como Dinamarca, Suecia y Finlandia, tienen los índices más altos de violencia de género en Europa. Según datos de 2014 de la Agencia Europea de los Derechos Fundamentales, Dinamarca tenía un índice de 32%, cuando el promedio era de un 22%. “Eso deja en entredicho que más leyes igualitarias no hacen necesariamente igualitaria una sociedad”, considera Disla.
El feminismo que se necesita
¿Qué pasa con el feminismo ante esta realidad? “En un principio (la época de la Ilustración Francesa) era un movimiento casi exclusivo de mujeres, pero ya no es solo de mujeres, vamos a hablar lo que es en la actualidad. Es un movimiento mundial de hombres y mujeres, un movimiento político, ideológico, que tiene como finalidad lograr la igualdad entre hombres y mujeres”, afirma la doctora Sheila Báez.
Báez, experta en Género y Desarrollo por la Universidad INTEC, enfatiza en que la incidencia de este movimiento ha evolucionado con las sociedades, y que se manifiesta desde diversas corrientes. Primero “era derecho al voto y derecho a estudiar, básicamente. Luego el derecho a trabajar, pero ya ha transcendido esas barreras y tiene que ver mucho con esto de la acepción a la diversidad, de la pluralidad de la interculturalidad”.
El profesor e investigador Natanael Disla destaca algunos puntos sobre el papel del feminismo en la actualidad y que incluye como ente de importancia al hombre. “Mientras no se aborden las políticas públicas en materia de género desde la igualdad también dirigida hacia los hombres se va a quedar la pata de la mesa coja. En ese sentido es que le afecta a los hombres. Pero siempre le va a afectar más a las mujeres, que son las que más van a sufrir discriminación por ser mujeres, sino también por ser negras, por ser amas de casa, por ser del servicio doméstico, por ser campesinas y lesbianas”.
Para ambos, los términos como “feminazis”, tergiversan y mienten sobre el papel del feminismo en la actualidad, un rechazo que parte de desconocimiento de sus corrientes, como le feminismo radical, y sus discusiones internas.
“Busca estigmatizar a las feministas que van más allá del acceso de las mujeres y cuestionan asuntos sobre la sexualidad, de identidad, del aborto y la maternidad”, apunta Disla.
En esta misma línea, Elizabeth Velez Vargas, quien acompaña a las mujeres víctimas de violencia en procesos judiciales en la ciudad de Santiago, plantea la importancia de concienciar sobre las manifestaciones machistas que siguen vigentes, y que en ocasiones son justificadas.
“Aunque existe igualdad, aun continuamos viviendo acoso callejero, se revictimiza a las mujeres muertas en manos de sus parejas, se cuestiona el vestuario de las mujeres víctimas de las violaciones, se le niega el derecho a la tierra, se ejerce violencia obstétrica, entre otras vejaciones más”, expresa.