Usando gafas especiales, el INTRANT demostró en nuestro campus cómo es conducir bajo los efectos del alcohol
SANTO DOMINGO- La asignatura Introducción a la movilidad, al tránsito y a la seguridad vial del Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC) recibió en la plazoleta de la universidad al Instituto Nacional de Tránsito y Transporte Terrestre (INTRANT), quienes evidenciaron los riesgos de conducir bajo los efectos del alcohol a través del uso de gafas especiales.
Claudia de los Santos, pasada presidenta de la Junta de Regentes y docente del INTEC, explicó que el objetivo de la actividad es que los estudiantes de la asignatura estén conscientes de cómo el alcohol afecta a la estabilidad y la visibilidad. “Ellos vieron cómo los diferentes lentes, que tienen distintos grados de alcohol, quitan los reflejos. Para ellos ha sido asombrosa y la intención es esta, que ellos puedan conocer esa realidad”.
Kendra Montilla, representante del INTRANT, explicó que la institución está llevando a cabo una campaña de concientización sobre los efectos del alcohol en la conducción a fin de disminuir la tasa de muertes y lesiones en República Dominicana, producto de los accidentes de tránsito.
“Lo que tratamos es de que la gente entienda que conducir bajo los efectos del alcohol conlleva mucho riesgo: riesgo alto de que se produzca un choque, un accidente vial, que puede terminar en muerte o lesiones graves”, explicó.
Montilla y De Los Santos celebraron los resultados de esta campaña y la manera en la que influye tanto en los estudiantes que participaron en la plazoleta, como en otros lugares en donde se realizó el experimento.
“El tema de la concienciación es sumamente importante para lograr el cambio que nosotros tenemos en el tránsito. Muchas personas han entendido a través de este proceso que definitivamente bajo los efectos de alcohol no se puede conducir. Y de hecho, hay personas que nos han testimoniado de que han conocido y que tienen a familiares que han perdido la vida o que han sufrido lesiones producto de un accidente bajo el consumo de alcohol”, expresó.
Durante la actividad, estudiantes de distintas carreras se acercaron para realizar el experimento de abrir la cerradura de una puerta y atravesar obstáculos de conos, haciendo uso de las gafas, las cuales manifiestan las reacciones de los diferentes grados de alcohol. El stand del INTRANT también estuvo disponible durante la Feria Intecnología 2022.
Una investigación académica realizada por una estudiante de Comunicación Social y Medios Digitales encontró que los choferes del transporte público incumplen las medidas sanitarias ante el covid-19 y uno falleció en Santo Domingo Este
Por: Yomairy Romero/ Estudiante de Comunicación Social y Medios Digitales
“Murió uno hoy”, aseguró el hombre de piel morena, sudoroso, montado en su vehículo. La mascarilla no permitía que su verdadera expresión se notara. Los pasajeros comenzaron a llegar y él debía seguir la ruta, por lo que continuó rápidamente: “Sí, trabajando como chofer”.
En una ciudad en la que diariamente 2.5 millones de personas hacen uso del transporte público, según cálculos del Observatorio de Políticas Sociales y Desarrollo en 2017, manejar la propagación de un virus altamente contagioso no es fácil.
En los meses transcurridos desde el primer estado de emergencia, mucho ha cambiado en la dinámica de la movilidad urbana al disponerse medidas de prevención para mitigar los daños en el transporte público, incluyendo reducción de pasajeros por viaje y desinfección constante, que no siempre se cumplen.
En una investigación académica realizada durante tres meses para el Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC), un sondeo entre 30 usuarios y 30 choferes de la ruta Sabana Larga-Los Mina en Santo Domingo Este, arrojó que el 60 % de los conductores no respeta las medidas impuestas para evitar la propagación del COVID-19, tres ya se han infectado y uno de estos falleció al agravarse su cuadro clínico.
“Me cuidé todo lo que pude, pero el trabajo en medio de la pandemia hizo que me contagiara, estoy seguro”, comentó uno de ellos. 15 de los choferes entrevistados tienen más de 50 años, edad que los hace parte del grupo etario vulnerable al contagio.
José Eugenio Medina, encargado del control de la ruta investigada, aseguró que ha sido difícil trabajar en estos meses en estado de emergencia y que es consciente de que solo algunos de los choferes cumplen las medidas a cabalidad.
Los tres picos del peligro
Como parte de las medidas sanitarias de prevención del COVID-19, el Ministerio de Salud Pública dispuso el uso obligatorio de mascarillas de todos los que estén en vehículos del transporte público y la limpieza frecuente del volante del vehículo. Además, que los conductores tengan gel antibacterial en sus unidades, las cuales deberán ser limpiadas y desinfectadas cada vez que culmine un viaje.
Sin embargo, para esta investigación y con el fin de documentar el comportamiento de los choferes, se observó durante horas la recolección de pasajeros en varias paradas y se hicieron viajes al azar. Así se verificó que ninguno de los choferes de la muestra tenía gel antibacterial y tampoco se tomaban el tiempo para desinfectar a los usuarios ni al vehículo.
El problema principal denunciado por los pasajeros es que los choferes hacen caso omiso a las autoridades al montar cinco o más personas por viaje en vehículos tipo sedán, seguido por el no uso de mascarilla o tenerla bajada hasta el cuello e irrespetar el distanciamiento físico. En adición, el 27 % de los pasajeros entrevistados cree que se contagió de COVID-19 por el uso diario de este medio de transporte.
Algunos han optado por dejar de usar el sistema, como Sheily Martínez, quien es ahora una exusuaria de los carros de “concho”, luego de observar la cantidad de pasajeros que se montan en un mismo vehículo (más de lo permitido). A continuación narra sus experiencias en estas circunstancias:
Más de la mitad de los 30 usuarios que colaboraron con esta investigación dijeron sentirse inseguros, pero aún así hacen uso del transporte público por obligación para dirigirse a sus trabajos y regresar a sus casas. De igual forma, el 50 % de estos opinó que los choferes no toman las medidas de prevención, mientras que el 27 % entiende que solo algunos, tomando en cuenta que, según datos suministrados por el Instituto Nacional de Tránsito y Transporte Terrestre (Intrant), solo en la provincia Santo Domingo hay 19,629 choferes de transporte urbano.
El virus y sus implicaciones
Luis Harney, especialista en emergentología en el hospital Darío Contreras, indicó que el transporte público se ha categorizado como una de las vías de mayor contagio del COVID-19.
“Hay una tasa muy alta de infección debido a que si una persona no lleva mascarilla en un carro de concho, donde van apretados, su respiración tendrá contacto con la piel y las vías aéreas de otra persona indirectamente”, explicó.
Agregó también que el irrespeto al uso de las mascarillas por parte de los choferes pone en 99.99 % en riesgo a los pasajeros.
A continuación el doctor explica los riesgos de ser irresponsable con el uso de las mascarillas:
Acciones de las autoridades
Las entidad a cargo del trabajo de campo para hacer que las medidas preventivas se cumplan es la Dirección General de Seguridad de Tránsito y Transporte Terrestre (Digesett).
Como vocero de dicha institución, el subdirector de Comunicaciones, Derek Rubio, reconoció que ha sido un reto hacer cumplir las medidas así como el horario del toque de queda en la ciudad.
El confinamiento y los horarios de toque de queda también han impactado los ingresos económicos de los choferes. Más de la mitad de los 30 entrevistados para esta investigación confesó que su economía ha cambiado para mal desde que inició la pandemia, pues hay menos pasajeros por viaje.
Aquellos que se han infectado durante sus labores gastaron entre RD$1,000 y RD$12,000 en medicamentos.
A pesar de la existencia de programas de ayuda gubernamental, algunos se quejan de no recibirla. “No me dan ‘Bonogas’, no me dan ‘Pa’ mi’, nadie me da nada, y me ha cambiado la situación a peor por no recibir ayuda del Gobierno”, expresó uno de los choferes de la ruta que prefirió no identificarse.
El senador Antonio Marte, quien preside la Confederación Nacional de Organizaciones del Transporte (Conatra), pidió al Gobierno en septiembre pasado un subsidio para los choferes que les permita compensar con gas y gasoil a los autobuses y automóviles. Sin embargo, esto aún no tiene respuesta.