Abner Cisnero: “Caminar por las calles de Vilna es como viajar en el tiempo”
El estudiante de Ingeniería Industrial que realiza su intercambio en Lituania presenta los edificios históricos que más llamaron su atención
Vilna, Lituania – Hace poco visité Vilna, capital de Lituania, y caminar por sus antiguas calles fue una experiencia fascinante. El casco antiguo es un lugar donde puedes sentir la historia en cada esquina.
Una de las cosas más interesantes que descubrí fue que la ciudad antigua de Vilna se encontraba en una colina rodeada por el río Neris. El río solía ser el principal medio de transporte de la ciudad, y muchos de los edificios históricos se construyeron en sus orillas. Hoy el río ha sido redirigido y un dato curioso es que las calles actuales siguen la misma ruta que el río original.
Caminar por las calles del casco antiguo de Vilna es como viajar en el tiempo. Las calles empedradas, las antiguas fachadas y los patios escondidos te llevan de vuelta a la Edad Media. Además, en el casco antiguo también puedes encontrar muchos restaurantes y tiendas que venden productos típicos de Lituania, como la miel de abeja, la cerveza artesanal y la artesanía local generalmente hechas de Ámbar.
Durante mi viaje a Vilna, uno de los lugares que más me impresionó fue la Plaza de la Catedral. Esta plaza es verdaderamente impresionante, con su arquitectura y su importancia histórica. Mientras caminábamos por la plaza, pude apreciar su imponente estatua del Gran Duque Gediminas en el centro.
Además, la vista de la Catedral de Vilna era sorprendente . Pude apreciar la arquitectura gótica de la catedral y su torre campanario que se eleva hacia el cielo, la cual nos contaron que entre cada piso del campanario hay mas de 100 años de diferencia en la construcción de los mismos.
La Iglesia de Santa Ana en Vilna es otra de las atracciones arquitectónicas que me impresionaron durante mi visita. Esta iglesia, que data del siglo XV, es un magnífico ejemplo del barroco tardío, con su fachada impresionante y su impresionante decoración interior. Pero lo que más llamó mi atención fueron las cruces redondeadas que decoran la fachada de la iglesia.
Estas cruces redondeadas son una característica única de la arquitectura lituana, y se utilizan para representar la protección divina. La forma redonda de las cruces simboliza el sol y la luna, y se dice que representan la unión de lo divino y lo humano. Es interesante notar que estas cruces no se limitan solo a la Iglesia de Santa Ana, sino que se pueden ver en muchos otros edificios religiosos de Lituania.
Vilna es una ciudad con una rica historia y patrimonio arquitectónico que vale la pena explorar. Caminar por sus antiguas calles y ver las piedras rojas que fueron utilizadas para construir muchos de sus edificios históricos es una experiencia única. Además, el casco antiguo de Vilna es un lugar lleno de vida y actividades que ofrecen una muestra de la cultura y la gastronomía de Lituania.