Un elemento importante y motivador en mi búsqueda de otras tesis, hipótesis y razonamientos fue el hecho de darme cuenta de que el materialismo opera como una religión fundamentalista, en el sentido de que odia la filosofía, detesta que lo cuestionen y se impone como un hecho a pesar de no tener pruebas científicas
Carlos Lantigua / clantigua@gmail.com
Egresado de Ingeniería Electrónica y de Telecomunicaciones
Luego de una titánica jornada de lectura, ubicación de piezas y largas horas de armado finalmente terminé de ensamblar una cama de dos plantas que adquirí en Ikea, nunca en mi vida había visto tantos tornillos, arandelas, palitos, taponcitos, tarugos, etc. Al final de la tarde me visita un vecino y dice: “ohhh vecino ¿y esa cama? A lo que respondo: ¿qué usted cree vecino?, él se percata del manual sobre el gavetero y dice: bueno vecino, usted como que fue a Ikea, compró la cama, se leyó el manual y se fajó armar”. La explicación del vecino es coherente con la lógica, sentido común y evidencias que él encontró en la habitación, sin embargo no todo mundo ve las cosas de la misma manera; al día siguiente me visitó otro vecino, muy inteligente por cierto, y tuvimos la misma conversación sobre la cama, aunque su explicación fue asombrosa:
“Está claro vecino, resulta que una imprenta explotó, fruto de la explosión toda la tinta y el papel salieron volando por los aires y por efectos de la gravedad, fricción, presión barométrica, humedad relativa, etc. la tinta fue escribiendo todo el manual -imaginen mi cara de asombro- entonces vecino, a lo largo del tiempo el viento y la lluvia fueron trayendo madera, metal, plásticos y de ahí salieron las piezas de la cama -mi mandíbula se comenzaba abrir- pero la cosa no se queda ahí vecino, usted tomó todas las piezas, las metió en una centrifugadora junto con el manual y luego de dar muchas vueltas se formó la cama”, ante tal increíble explicación le dije: waooo vecino, !pero en serio! ¿y cómo a usted se le ocurrió tal genialidad? Y me respondió: “ocurre que soy materialista vecino y así es como concibo se forman las cosas, por las leyes de la naturaleza”, a lo que respondí: simplemente brillante, ¿me podría explicar de nuevo?
“Dado que la experiencia muestra que la inteligencia es la única causa actuante conocida de generar información, podemos inferir que la inteligencia es la mejor explicación para la información contenida en el ADN”.
Jonathan Wells (PhD en Biología Molecular y Celular, University of California, PhD Yale University)
Les cuento esta historia porque a medida que iba creciendo y realizando mis estudios, los cuales contenían muchas materias geniales como física, cálculo, ciencia de los materiales, diseño, etc. comencé a notar algo, y era que las personas más brillantes con las que compartía ya fuesen profesores o estudiantes tenían algo en común y esto es que tendían a ser ateos o agnósticos, lo cual para mí resultaba chocante porque desde bien niño tengo acuñado a mi ser la existencia de Dios. Mientras aprendía física y matemáticas fui comprendiendo que para todo había una explicación y respuesta científica, desde los hermosos colores del arcoíris hasta el funcionamiento de un lector electrónico óptico de retina.
Mis profesores más brillantes provenientes de Europa Oriental tendían a ser ateos, los libros que estudiaba se fundamentaban en el materialismo. A pesar de la situación de contrariedad y surgimiento de nuevas preguntas que tenían lugar en mi cabeza, mi amor por la ciencia aumentó, porque mi principal interés era descubrir “la verdad” -la verdad no es de dominio humano según la filosofía de la ciencia, pero podemos hacer aproximaciones-, también me cautivó la filosofía, la cual sería la causante del asombroso descubrimiento que me sorprendería luego.
Resulta que el pensamiento filosófico invoca el razonamiento crítico, profundo, analítico, el cual permite alumbrar premisas geniales sobre innumerable cantidad de temas, pero lo más sorprende es que luego de alumbrar cosas majestuosas viene otra concesión filosófica y la opaca, desenmascarando sus baches y lagunas, algunas veces ridiculizando aquel pensamiento que en su día era majestuoso, y esto llevó a preguntarme ¿pasará lo mismo con la concepcón materialista de la vida y el universo?
A raíz de la curiosidad comencé a estudiar ciencia con sentido crítico, por ejemplo: si pretendía leer “The God Delusion” de Richard Dawkins lo correcto era continuar con “The Devil’s Delusion” de David Berlinsky matemático y filósofo PhD de Princeton, Si leía “The Origin of Species” del monumental Sir. Charles Darwin luego leía “Darwin’s Doubt” del Dr. Meyer PhD en filosofía de la ciencia en Cambridge, filosofía de la biología y geofísico. En fin, ya no solo conocía lo que me contaba una fracción de científicos, sino toda la diversidad de ellos.
Señores, !qué increíble sorpresa! Resulta que había descubierto el acertijo, no es que para ser brillante hay que ser materialista, es que para ser materialista hay que ser brillante!
Resulta que, estudiando filosofía de la ciencia descubrí que encasillar y tratar de delimitar la ciencia es una tarea anticientífica en sí misma, ya que, la ciencia solo debe seguir una regla de oro: “buscar la verdad hacia donde indiquen las evidencias”, partiendo de esa premisa la fracción de científicos agnósticos y/o ateos han cometido un inmenso error que les genera un costo intelectual/lógico/racional impresionante, ellos han resuelto, violando los fundamentos de la ciencia misma lo siguiente: “Todo fenómeno TIENE una explicación material sin invocar ningún elemento desconocido que no sean las leyes de la naturaleza, de lo contrario no es ciencia”, lo curioso de todo esto es que al momento que escribo este artículo la ciencia ni siquiera sabe qué es la gravedad, sabe cómo opera pero no tiene ni la más remota idea de qué es, por consiguiente la definición anterior del a la materialista del mundo científico me parece pretenciosa y con tendencia a excluir fenómenos desconocidos por ignorancia de causa.
Filosofía debería venir con un letrero de advertencia: “Aprenderla podría ser peligroso para su materialismo”.
Michael Egnor (Neurocirujano Columbia University, Prof. Stony Brook University)
Un elemento importante y motivador en mi búsqueda de otras tesis, hipótesis y razonamientos fue el hecho de darme cuenta de que el materialismo opera como una religión fundamentalista, en el sentido de que odia la filosofía, detesta que lo cuestionen y se impone como un hecho a pesar de no tener pruebas científicas. Por ejemplo Stephen Hawkins del cual soy fan, dice en la primera página de su libro The Grand Desing “estas preguntas -las del origen de la vida y el universo- son preguntas para la filosofía, pero la filosofía está muerta”, en pocas palabras, el materialismo debe ser consumido como una especie de supositorio sobre un paciente anestesiado. En un artículo futuro analizaremos porqué los materialistas menosprecian la filosofía y qué tiene que ver todo esto con un descubrimiento sorprendente hecho en el campo de la física cuántica.
Lo más emocionante de todo es que la curiosidad me llevó a conocer ciencia de primera mano, consultando los más altos centros de estudio del mundo donde me di cuenta de las lagunas inmensas que tienen teorías que supuestamente son un hecho científico, como las teorías evolutivas, el origen del universo, origen de la vida, etc. pero lo que realmente me sorprendió fue la inmensa cantidad de científicos líderes en sus respectivos campos que creen que un diseñador inteligente es la explicación más plausible a las evidencias científicas descubiertas sobre el universo, la complejidad biológica celular, la evidencia fósil de aparición repentina de decenas de especies sin rastro evolutivo, entre muchas otras razones.
Entonces, ¿porqué afirmo que para ser materialista es imprescindible ser brillante? resulta que deben sustentar cosas de las que no hay prueba ni evidencia alguna y convencer de que son científicas, por ejemplo: ya casi la totalidad de la comunidad científica aceptó que invocar la casualidad como artífice de la creación del universo es científicamente insustentable por no decir una locura, y por supuesto Stephen Hawkins una de las mentes más brillantes del mundo también lo sabe. Entonces, así como mi vecino se vio obligado a recurrir a una explicación acorralada por sus prejuicios, Hawkins también acorralado por el materialismo recurre a “los multiversos”, dicha teoría plantea que hay “n” cantidad de universos, por lo tanto uno tan perfecto como el nuestro está dentro de las posibilidades; dicha hipótesis en adición a ser incomprobable y científicamente inviable tiene un costo argumentativo importante; dice el Matemático y PhD en filosofía de Oxford John Lennox: “Si hay infinitos universos donde todo es posible, entonces la existencia de Dios también sería una posibilidad, por lo tanto como Dios es omnipotente y omnipresente, igual estaría en este universo y en cualquier otro”, invocar multiversos parece no ser una propuesta muy adecuada para Hawkins librarse del diseño inteligente.
Los materialistas que he leído y conversado -son bastantes porque tengo varios amigos en esa línea- cometen casi en su totalidad un error de conceptualización importante; ellos relacionan la imposibilidad de la existencia de “Dios” como diseñador inteligente, a los fallos y desgracias históricas provocados por las religiones en nombre de Dios. Dicho razonamiento es simplista y superfluo porque es como decir “las ciencias políticas no pueden ser, porque los partidos políticos son una asociación de malhechores y saqueadores”. Las religiones monoteístas hacen construcciones de cómo interpretan a Dios, no son Dios, y varían impresionantemente dependiendo la cultura y época donde se desarrollen. Lo que sí comparten todas es que Dios trasciende todo, incluso a la religión misma.
“La evidencia científica de la existencia de Dios puede ser encontrada estudiando los orígenes del universo y su diseño, además de los 322 parámetros con los que debe contar la tierra para sustentar vida inteligente y la inimaginablemente pequeña probabilidad de 1 en 1×10^282 de que esto ocurra por casualidad”
Michael Strauss (PhD Física University of California, Prof. Física Oklahoma University, actualmente físico experimental colisionador de Hadrones (CERN) Suiza y estudio de propiedades cromodinámicas del Quantum en colisionador Tevatron)
Aunque les confieso, no todos los materialistas son brillantes, tengo algunos amigos sin demasiadas luces cuya razón principal y casi única de acoger esa tesis es para librarse de cualquier atadura moral, ya que la existencia de un creador invoca consideraciones filosóficas y teológicas, que como ya sabemos detestan, y además les generan preguntas que no a todos les gustaría responder, como ¿Hay vida después de la muerte? ¿Dónde iremos? ¿Vamos todos al mismo lugar?
El pensamiento de que ser ateo es de gente inteligente y cool es bastante reciente, tiene aproximadamente siglo y medio de vigencia; será en otro post donde veremos cómo y cuándo surge esa parte de la ciencia y su proceso de permeabilidad en lo sociocultural. La realidad es que los fundamentos de la ciencia reposan sobre grandes luminarias que también creían en un diseño inteligente como mejor explicación al orden cósmico y biológico, como Pascal, Kepler, Descartes, y hasta Albert Einstein. El especial caso de Isaac Newton por su devoción lo veremos a fondo en unos meses cuando analicemos la que se considera la obra más excelsa jamás escrita de toda la ciencia, “The Principia”.
Decía mi profesor Chileno de Marxismo y Comunismo: “Lo que se aprende debe pesarse, si luego de finalizado este curso algunos de ustedes resulta declararse comunista deben pesar eso que creen ser, es más, si les traigo un Derechista preparado que les explique porqué el comunismo no es posible, estoy seguro que a muchos de los “comunistas” aquí presentes los convencería”. El pensamiento crítico requiere inexorablemente de conocer las versiones en disputa, no puedo criticar el comunismo sin antes estudiarlo.
“La búsqueda puede ser extendida, pero los resultados son los mismos. Nunca se ha realizado una reunión, libro o paper que muestre en detalle la evolución de algún sistema bioquímico complejo”
Michael Behe (PhD en Bioquímica de Pennsylvania University, Prof. De Ciencias Biológicas de Lehigh University)
Lo interesante de esto que les cuento es que podría mencionarles innumerables casos de contradicciones monumentales alumbradas por mentes brillantes acorraladas por el prejuicio del materialismo. Con este ejemplo concluyo: Richard Dawkins en su libro “The Blind Watchmaker” -el cual les recomiendo leer- nos escribe esto, “Biología es el estudio de cosas complicadas que aparentan estar diseñadas para un propósito” y claro como ateo brillante que es, explica luego que a pesar de la sobrecogedora evidencia de diseño que existe, al final no están diseñadas. Interpretando la cita de Dawkins yo diría: “A pesar de que toda la evidencia apunta a que la naturaleza parece estar diseñada para un propósito, en realidad no lo está, recordemos que ninguna fuerza o entidad desconocida a las leyes de la naturaleza puede operar, entonces, a pesar de la contundencia evidencial del hecho, debemos buscarle otra explicación -como la del vecino a la cama de Ikea- que se ajuste a nuestros prejuicios”.
“La complejidad de la más simple de las célula es tan grande que es imposible aceptar que tal objeto pudo haber sido articulado por algún loco e inmensamente improbable evento. De ser así dicha ocurrencia seria indistinguible de un milagro”.
Michael Denton, Evolution: A Theory In Crisis. (PhD en Bioquímica King’s College London, Doctor en Medicina Bristol University)
Y termino preguntándome, ¿por qué si el ala atea de científicos al igual que la creyente, invocan eventos metafísicos para explicar el origen del universo y la vida, una tesis es científica y la otra no? La explicación de Hawkins sobre el origen del universo en “The Grand Design” es tan increíble y maravillosa que opaca al más sorprendente de los milagros bíblicos.