Docencia virtual: Una historia con dos caras
Con el anuncio de las medidas de confinamiento, provocadas por la pandemia del
Coronavirus COVID-19, la universidad inició el tránsito hacia la modalidad de docencia
virtual. El proceso fue una experiencia de aprendizaje tanto para los profesores como
para los estudiantes.
JULIO CAMARENA: “Entramos a un mundo desconocido”
DOCENTE DE GASTROENTEROLOGÍA, ÁREA DE CIENCIAS DE LA SALUD
El profesor Camarena tiene más de 20 años impartiendo la asignatura de Gastroenterología de manera presencial. Aunque se apoya en recursos tecnológicos, nunca antes había impartido docencia virtual.
Sin embargo, a mediados de marzo pasado cuando se anunciaron las medidas de confinamiento, tuvo solo
horas para cambiar por completo su manera de enseñanza.
“Me gusta verle el rostro a mis estudiantes y sus reacciones, responder sus preguntas e interactuar con casos clínicos”, cuenta el profesor, al compartir su experiencia con la nueva modalidad de docencia. “Tuvimos que rápidamente sumergirnos en la virtualidad, con todas las inquietudes de entrar a un mundo que pensábamos que era difícil, desconocido, y sólo permitido para las generaciones de los nativos informáticos”, recuerda.
Para asegurar que sus estudiantes no perdieran ninguno de los contenidos del trimestre, Camarena
participó en las sesiones virtuales de entrenamiento que fueron habilitadas para aprender sobre el
uso de ZOOM, Moodle, la conversión del contenido de las clases a nuevos formatos, simuladores de
docencia, entre otras herramientas.
Afirma que sintió muy de cerca el acompañamiento de la Dirección de Recursos del Aprendizaje, y de todo
un equipo de docentes voluntarios, quienes dedicaron largas horas para asegurar que todos tuvieran
las herramientas que necesitaban para adaptarse.
“Durante ese proceso, nada fácil,necesitamos muchas horas frente a las pantallas, reuniones virtuales, compartir materiales, mostrar nuestros avances, y aceptar todas las correcciones”, comenta Camarena. Este confiesa que uno de sus mayores retos fue aprender cómo aplicar un examen final virtual a sus estudiantes, asegurando que mantuviera su esencia de instrumento pedagógico, evaluador de conocimientos y competencias adquiridas.
“No puedo dejar de reconocer que los estudiantes hicieron su parte, se integraron a las clases virtuales, participando activamente, puntualmente en cada reunión virtual. Todo esto facilitó nuestro trabajo”, afirmó.
Finalmente, todo el esfuerzo rindió sus frutos pues el profesor Camarena pasó de no tener ninguna experiencia en modalidad virtual a unirse a grupo de docentes voluntarios, que capacitaron a otros en el uso de las herramientas de docencia virtual. De cara al futuro, y a la probable extensión del periodo de confinamiento, expresa esperanza en que la modalidad virtual en la docencia “plantea nuevos horizontes, que deben estimular nuestro ingenio y creatividad”.
JAVIER SURIEL: “Hubo ocasiones en que sentí que me ahogaba en asignaciones”
ESTUDIANTE DE CINE Y COMUNICACIÓN AUDIOVISUAL
La experiencia de Javier Suriel, quien cursa el octavo trimestre de la carrera de Cine y Comunicación Audiovisual, es una con la que muchos podemos sentirnos identificados: “estar en casa afecta nuestra
productividad,obligándonos a realizar un esfuerzo extra, pues la costumbre es la de llegar a casa a
descansar y a relajarnos un poco con la familia”.
Como estudiante de Cine, acostumbrado a estar en un set o realizando trabajo de campo, la virtualidad en principio significó un proceso difícil de asimilar en principio. “Tuve mis dudas acerca de cómo funcionaría debido a mi carrera que es bastante práctica, pero al tomar mi primera clase me di cuenta de que realmente era algo que podía funcionar y de esta manera continuar con mi capacitación en el área”, cuenta.
Los profesores de Javier utilizaron exámenes y prácticas vía el Aula Virtual del INTEC, la herramienta
del whiteboard de Zoom, entre otras, en lo que calificó como una “respuesta rápida” de la universidad ante la pandemia.
Al evaluar la manera en que sus profesores se adaptaron a la nueva modalidad, Javier considera que algunos lo hicieron inmediatamente, mientras que a otros les resultó más difícil (¡Atención Dr. Camarena!). “Algo que me gustó es que algunos profesores tomaron iniciativas que siento que funcionaron bien
para mantener a los estudiantes enfocados”, dijo.
Sobre las asignaciones, esa es otra historia. “Hubo ocasiones en las que sentí que algunos trabajos eran excesivos para los que normalmente hacíamos en las aulas”, afirma Javier, y ese es un sentimiento con el que muchos conectamos en un nivel espiritual. Esto podría deberse a la rapidez con la que los profesores debieron adaptarse para no perder ninguno de los contenidos del trimestre pasado, o sencillamente a su
interés de poner en práctica todo lo que aprendieron sobre las potencialidades de los medios virtuales.