Un poquito de su corazón para otros
Un grupo de estudiantes de medicina del INTEC participó en la Ruta de Salud Cardiovascular, que se realizó en Tamboril, Santiago, y que fue organizada por la Fundación Heart Care Dominicana que dirige el egresado destacado del INTEC doctor Pedro Ureña
SANTO DOMINGO. Un grupo de estudiantes de medicina del Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC) participó en el operativo médico Ruta de Salud Cardiovascular, en el municipio de Tamboril, Santiago, a través del cual los comunitarios tuvieron acceso a especialistas y métodos diagnósticos cardiovasculares de alto nivel y de manera gratuita.
El operativo, que es organizado por la Fundación Heart Care Dominicana que dirige el egresado destacado del INTEC doctor Pedro Ureña, tiene como propósito brindar soluciones de manera gratuita a aquellos que no tienen la oportunidad de acceder a medicina de alto nivel, y cuenta con un equipo de especialistas incluyendo cirujanos cardiotorácicos, pediatras cardiólogos, anestesiólogos, cardiólogos intervencionistas, así como técnicos perfusionistas, enfermeras intensivistas y enfermeras quirúrgicas.
Los cientos de beneficiados en Tamboril recibieron medicamentos de manera gratuita, y además, en caso de necesitarlo, se les practicaron estudios de electrocardiograma, ecocardiograma, glicemia, hemograma o perfil lipídico, también sin costo alguno.
Una experiencia única
El grupo de Intecianos participantes estuvo integrado por Juan Bello, Celene, Michael, Kirsys Guerrero, Laura, Belianix, Kisbel Peña, Guillermo, Arlette y la doctora Beatriz Rivera.
Compartimos algunos de sus testimonios sobre su vivencia:
Rostros de felicidad
“Como estudiante de medicina, me sentí estupendamente bien participando en el examen físico, en un correcto escrutinio de la historia clínica de los pacientes, e incluso en la sugerencia de su terapéutica, para luego comentar el caso a nuestros superiores, en quienes recaía la decisión final sobre el paciente”, expresó Kirsys Guerrero Fuentes.
Dijo que para ella fue una gran sorpresa ver las caras de sus compañeros cuando salieron de la comunidad, ya que en la sonrisa de cada uno no se reflejaba el cansancio de los pies, “pues estábamos totalmente satisfechos por la labor tan linda que allí se llevó a cabo, y deseosos de realizarla nuevamente”.
Aprovechar lo aprendido
Para el estudiante Juan Bello, lo mejor fue la oportunidad de poner en práctica sus conocimientos y en beneficio de la comunidad “y a pesar de haber sido un largo día de trabajo, el espíritu colaborador de todo el equipo y las sonrisas e historias de los pacientes fueron el incentivo y la remuneración justa para cumplir con nuestra misión, brindar atención a la gente de Canca La Piedra, Tamboril”.
Viendo rayitas
En el caso de Kisbel Peña Estrella era muy importante la oportunidad de rotar por cuatro áreas diferentes: pre-evaluación, electrocardiografía, consulta de cardiología y ecocardiografía. “Durante la mañana estuve colaborando con el equipo de pre-evaluación donde interrogamos a los pacientes en busca de factores de riesgo cardiovascular para determinar quiénes necesitaban ser vistos por un cardiólogo y en la tarde estuve en la consulta de cardiología, pasé de hacer preguntas a poner en práctica las habilidades clínicas que he adquirido durante mi tiempo como estudiante de medicina”, dijo.
Confesó que para ella fue un reto enfrentarse a los pacientes y por eso puso especial atención a la clase de Electrocardiografía, que imparte en el INTEC la doctora Gisselle Ramírez, “tuve que invertir largas horas de estudio para aprender a interpretar esas líneas y trazados que representan la actividad eléctrica del corazón. Esa tarde en Tamboril pude ver que todo ese trabajo valió la pena cuando pude enfrentarme a los diferentes electrocardiogramas sin temor y establecer diagnósticos con seguridad”.
Se trató de una experiencia de profundo aprendizaje para Kisbel, “Este fue un operativo médico diferente a los que he participado anteriormente porque además de ayudar a la población había un enfoque especial en el equipo de cardiólogos de enseñar. Se discutía cada caso, cada paciente y se explicaba el racional de cada plan terapéutico a seguir. Participar en la Ruta de Salud Cardiovascular fue una gran oportunidad para perfeccionar mis destrezas clínicas, y la comunicación con los pacientes”, puntualizó.