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Tag: BIOINTEC

Félix Reyes: “Siempre me vi como un médico científico”

El egresado de la carrera de Medicina de INTEC desarrolló una aplicación para mejorar la calidad de la atención de los pacientes asmáticos

Más de 200 millones de personas en el mundo padecen de asma, una de las dos patologías obstructivas de las vías aéreas del pulmón que se posiciona entre el puesto 11 y 12 de causa global de muerte y una de las más importantes causas de morbimortalidad respiratoria, luego de la neumonía.

Estos alarmantes datos condujeron a Félix Reyes, egresado de Medicina del Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC), quien se especializó en Medicina Interna en Estados Unidos y actualmente es senior fellow en medicina de cuidados críticos y neumología, a participar en la convocatoria que anualmente realiza Chest Fundation en la que otorga fondos a los investigadores clínicos y especialistas para desarrollar proyectos en pro de la salud pulmonar.

Pasión por la investigación y las plataformas

Conjugando su pasión por la investigación y el desarrollo de plataformas, Reyes recibió a finales de 2021 una de las becas de la Fundación Chest para desarrollar una plataforma digital para los pacientes de asma severa.

“El premio es un Research Grant en el cual se le proveen premios a un joven investigador o investigador establecido para desarrollar algún tipo de tecnología o intervención para mejorar el cuidado de pacientes con patología respiratoria. En mi caso mi enfoque es hacer investigaciones en pacientes que sufren de asma”, explica.

Plan de acción para el asma

Reyes señala que el asma es una patología en la cual las vías aéreas se cierran abruptamente debido alguna estimulación del nervio externo o por factores intrínsecos de la fisiología del paciente. “En el cuidado de los pacientes con asma se utiliza o se recomienda utilizar lo que se llama un plan de acción para el cuidado del paciente en el momento en el que está sufriendo una crisis asmática y eso es lo que me propongo hacer a través de la plataforma digital que desarrollo, a la que el paciente accederá desde su celular”.

El joven médico destaca que durante su entrenamiento de medicina interna y neumología comprendió que cuando un paciente de asma está sufriendo una crisis o un ataque, generalmente no tienen acceso a los documentos que el doctor le da durante su visita médica, por eso decidí crear una plataforma en línea que permita, primero, automatizar el proceso del plan de acción contra el asma para ahorrarle tiempo al médico en el proceso en que lo crea,  y segundo, que el paciente tenga acceso 24/7 al plan desde su móvil o en cualquier dispositivo que tenga acceso a la web.

“Con esta aplicación buscamos mejorar la calidad de la atención de los pacientes asmáticos, sobre todo en el momento en que ellos son más vulnerables que es durante una crisis y que tengan acceso a su plan terapia de rescate, que es la razón por la cual muchos de ellos acuden a emergencia, porque se les olvida qué medicamento usar y cuándo usarlo”, indica.

El proyecto tiene una duración de un año y se utilizará en la población de pacientes que Reyes consulta en el condado del Bronx en Nueva York.  “Si se demuestra un efecto positivo nuestra próxima meta será expandirlo y crear una versión en español que se pueda utilizar en Latinoamérica”.

El doctor plantea que, más que favorecer la automedicación, su proyecto persigue empoderar al paciente para que pueda manejar su patología sin tener que ir al médico, en una forma óptima y que sean capaces de hacerlo con los medicamentos que deben tomar.

“Durante la visita, al paciente se le dará receta para medicamento de rescate y se le explica cómo utilizarlos. Le daremos suficiente medicamento de rescate para que se puedan ayudar durante dos a tres meses. Es decir que, si ellos tienen X cantidad de ocurrencias (crisis) al mes, nosotros calculamos cuánto medicamento darles por esos dos meses. si ellos presentaran ataques de asma más frecuentemente tendrían que vernos más temprano o ir al hospital y ver en qué está fallando la terapia”, indica Reyes.

Obtención de la beca

¿Cómo obtuviste el financiamiento de la Fundación Chest?, le preguntamos. “Es un curso abierto que cualquier persona que esté en formación, tanto en Estados Unidos como en cualquier parte del mundo puede aplicar siempre que tenga claro que se evaluará la viabilidad, la calidad académica y el valor del proyecto para la comunidad científica y sus pacientes.

Reyes indica que los proyectos son sometidos en escrito y un panel de expertos en el tema lo evalúa, los puntúa y quien obtiene los mejores puntos obtiene el premio al final. “Son fondos relativamente competitivos conseguirlos. La mayoría de las personas que concursan para ello, y los obtienen, no son a nivel de entrenamiento, sino personas que tienen dos o tres años de experiencia a académica como profesores. Para poder aplicar se requiere tener un buen marco metodológico, cosas que aprendí con Biointec”.

Reyes asegura que siempre se vio como médico científico en algún momento de su vida. “A mí siempre me ha llamado el pensamiento estructurado, ver un problema y tratar de encontrar la solución”, afirma.

Félix Reyes es egresado de la especialidad de Medicina Interna del Sunny Downstate Medical Center, hizo una subespecialidad en Hospice y Medicina Paliativa del Montefiore Albert Einstein College of Medicine y es fellow de 2do año de la subespecialidad de Pulmonary and Critical Care en Montefiore Albert Einstein College of Medicine. 

Hasta siempre Anamé, abeja reina de la colmena

En ocasión de su partida, una egresada recuerda a Ana Mercedes Henríquez, maestra ejemplar, inspiración de vida 

[sws_red_box box_size=”250″] Celice Fernández | Egresada de Medicina [/sws_red_box]

Inmediatamente pisé INTEC supe que mi vida cambiaría para siempre. Todavía recuerdo mi matrícula y mi fecha de ingreso, 3 de enero de 1993, venezolana, hija de dominicano médico e inteciano, 15 años, totalmente analfabeta de la jerga dominicana, ansiosa de aprender.

Confieso mis dudas con respecto a querer ser médico. Mis padres lo eran y sus vidas eran demasiado sacrificadas; yo simplemente quería ayudar a la gente pero sin dejar de ser feliz haciéndolo.

Mis primeros trimestres sirvieron para descubrir que sí podía sobrevivir en una institución tan exigente; involucrarme con el Teatro Proyección y saber que quería ser monitora de Ser humano y Naturaleza, porque deseaba colaborar con el cambio de conciencia sobre la conservación de mi  planeta. Aún sigo siendo una adolescente soñadora en ese y muchos aspectos.

Biología era la primera materia de la carrera, allí sabría si me quedaba en Medicina o simplemente cambiaba de rumbo. Secretamente quería cambiar de rumbo… y te conocí, “Anamé”.

Qué mujer tan tajante, organizada, fuerte, clara, brillante, exigente y divertida, todo al  mismo tiempo. Y qué  humilde profe, siempre te resultó cómodo que te dijéramos “Anamé”.

Hoy me siento a escribir esto, a pensar en ti y recuerdo con tanta claridad tantas cosas que nos decías.  ”Mis hijos, tienen que estudiar”, y esa frase nunca se me borró… todavía estudio.

“Nunca borren una respuesta en un examen, la primera respuesta que les llegue a la cabeza probablemente sea la correcta”. Asimilé la lección luego de borrar más de una vez.( jajajaja, sí, yo también soy cabeza dura).

“Deben elegir una comunidad para BIOINTEC, que será donde desarrollen su trabajo en epidemiología y su pasantía urbana. Allí evolucionarán como médicos”. Esa advertencia me dio bastante miedo, ya saben… venezolana, malandros, inseguridad… Pero esa también la aprendí. Sólo recuerdo momentos felices trabajando en mi comunidad.

“El que no pasa BIOINTEC no pasa biología y no entra a medicina”. Para much@s una sentencia o una amenaza, para otr@s la prueba que nos moldeaba y definía como estudiantes del INTEC. El porte de un inteciano o inteciana presentando casos clínicos en los diferentes hospitales lo daba el BIOINTEC.

Me ayudaste a pasar mi BIOINTEC, me aupaste a ser parte del primer comité, y varias veces me pediste que le diera un empujoncito a algún estudiante que se quedaba solo… Me vi más de una vez levantándome del fondo del auditorio para ayudarles a responder las inquietudes del público, esas que nos dejaban sin palabras aunque supiéramos la respuesta al dedillo.

Probablemente tú hayas sembrado en mí y en mi generación esa solidaridad entre los diferentes ciclos de Medicina que hoy veo es muy poco frecuente en otras universidades…

“Anamé, una pregunta… ¿si ni siquiera he visto Anatomía por qué me dices doctora?”

“Porque el primer día que como pasante te plantes delante de un paciente eso es lo que esa persona debe percibir. Él o ella no sabe quién tú eres, solo necesita de tu ayuda”.

Y cuando vine a ver, ya no tenía tantas dudas sobre ser doctora, me gradué y regresé a Venezuela.

Pasaron un par de años antes de volver a verte, pero estabas igualita, ya retirada de BIOINTEC y de Medicina, recién homenajeada  por tu labor en pro de la conservación de los recursos naturales. Recordabas a cada estudiante de Biología, con sus defectos y virtudes, que para ese momento eran tus médicos. Y ninguno jamás podrá olvidarte.

Tal vez no sea casualidad que justo en un breve paso mío por Santo Domingo hayas decidido partir de este mundo, acompañar a Otto Coro y Marco Antonio Guridi, otros seres maravillosos que me enseñaron tantas cosas para vivir.

Para mí fue motivo de orgullo, Anamé, pararme a tu lado en el día de tu partida, acompañarte a tu última morada y rendirte honor junto a tus estudiantes y colegas, y junto a tus hijos e hijas de sangre, porque son cientos tus hijos e hijas de corazón.

Yo respondo sin dudar por mi generación: Olga Carrón, Tania Vargas, Miguel Durán, Andres Marte, Yanira Olaya, David Cabral, Ana Lyz Cuesta, Inés Ciprián… Gracias, Anamé.

Aunque  “gracias” no alcanza, para expresar todo lo que hiciste por mí, por cada “doctor” o “doctora” que formaste en BIOINTEC y egresó del INTEC, por cocurriculares liderando el INTEC Ecológico, y quién sabe qué  más cosas que yo ignoro.

Sembrar y cosechar en INTEC médicos, ecologistas y valores: eso hiciste, y así te nos hiciste eterna, abejita reina de nuestra colmena.

Gracias por darnos un “chin” de ti.