33 años de Coro
Querido Otto:
Nadie puede creer que no estés. Nunca imaginamos que esa sonrisa y ese ¡Hola! no eran eternos. Tú sí.
Desde que te fuiste todo sigue igual, en el 2do piso del edificio Ercilia Pepín se juega ping pong, nunca falta la cajita de dominó, los bailarines se ven con Awilda, el coro de cámara entona de vez en cuando, como tú dirías, y Teatro Proyección ha comenzado a montar una nueva pieza, en colectivo, que lleva por nombre “El Fin del Mundo”.
Ese día sentimos que lo fue. Ya no había bulla en el EP. No había vasitos para el café (por 30 años monopolizaste esa solicitud). Y la graduación de ese fin de semana sería la más triste de la historia. Todos recordaban en silencio algún contacto contigo: “Si usted saca C, C, C, Se salvó”, “Familiiiiiaaaaa”….
Eso hiciste del INTEC, Otto, una familia, desde el 24 de junio de 1978, comenzando como director del Departamento de Servicios Comunitarios y desde el 5 de febrero de 1982 como director de actividades Cocurriculares. ¿Recordarás aun a los visitantes de tu oficina? Siempre, a cada uno, por nombre, apellido y maña.
El 5 de mayo de 1984 empezaron los ensayos de tu creación, ahora el grupo de teatro universitario más prestigioso y antiguo de la República Dominicana, Proyección. Y las vidas que tocaste a través del teatro se asemejan a las estrellas en el cielo, donde estás.
En 1999, tus enseñanzas salieron del GC-113, ahora Auditorio Osvaldo García De La Concha y entonces se hacen incontables los relatos de cómo transformabas a quienes te oían una vez, en respetuosos sino amantes de la cultura y el deporte. ¿Quién te iba a decir que ronda
rías los pasillos de INTEC como “Valor Cultural Dominicano”? Ese último reconocimiento a tus acciones que como cubano hiciste de nuestro país tu hogar y tu trabajo, te fue dado apenas este año por el Ministerio de Cultura. Una vida entera coordinando programas culturales, artísticos, ecológicos y deportivos para la juventud. Más que eso, nos enseñaste a siempre creer en nosotros, a dar lo mejor y a sonreír.
Esta comunidad nunca te olvidará. Gracias.