Cuando se conjugan la literatura y el arte
Como parte de la asignatura Comunicación en Lengua Española, que imparte el profesor Manuel Matos Diedoné, estudiantes del INTEC crearon libros de artistas que fueron expuestos al público en la Biblioteca Emilio Rodríguez Demorizi
SANTO DOMINGO. – El profesor Manuel Matos Diedoné, quien imparte la asignatura Comunicación en Lengua Española I, puso a prueba la imaginación y creatividad de sus estudiantes al asignarles como trabajo final la creación un libro de artista, que no es un simple libro de texto, sino una obra de arte con contenido literario.
Tras varios días de trabajo en que los equipos buscaron la idea sobre la cual desarrollarían sus libros, los productos finales, que se expusieron en la Biblioteca Emilio Rodríguez Demorizi, demostraron que el deseo de dar lo mejor de ellos y hacer un trabajo de calidad fue la meta de cada uno de los integrantes.
“Un libro arte es una obra creada por un artista visual y a diferencia del libro común, que es producto industrial que puede contener reproducciones de obras de arte y textos literarios, estos no se venden en librerías, solo se encuentran en el mercado del ámbito del arte”, afirmaron los estudiantes de la asignatura Ángel Adonis, Leyskni Labour y Maiker Michelén, en uno de los trabajos audiovisuales que produjeron.
Matos Diedoné explicó que sin importar el formato o la línea que los estudiantes eligieran para sus libros, estos debían tener dos haikus: un tipo de poesía japonesa de diecisiete sílabas, formado generalmente por tres versos de cinco, siete y cinco sílabas respectivamente. Además, dos microcuentos originales y dos escritos por otros autores.
La producción de libros artes de este trimestre rondó por las 20 piezas. Debido a esta dinámica, los estudiantes tuvieron que hacer investigaciones exhaustivas sobre el origen de esa técnica.
Orígenes del libro arte
Según el blog librosdeartista-historia.blogspot.com, el libro de artista es una forma de expresión plástica surgida en la segunda mitad del siglo XX; más concretamente en 1963, cuando Edward Ruscha, realiza la primera edición de Twenty-six Gasoline Stations y en 1966 cuando publica Every building on the Sunset Strip, (1.000 ejemplares desplegables en acordeón).
En este blog se aclara que la diferenciación fundamental de estos libros es su concepción inicial, por el autor, como obras de arte, innovación dentro del amplio panorama de las artes.
“Con esta experimentación, el libro aborda una escritura que ya no es propiamente o solamente literaria, es plástica. Nuevos soportes, formatos y materiales y un interés diferente por el soporte libro, se comienza a utilizar este medio, tradicional vehículo de textos literarios o teóricos, para otro uso: el de la experimentación plástica, iniciándose la era del libro de artista, como medio autónomo de expresión plástica”, plantean en la bitácora.