Los creadores de la película dominicana, Ernesto Alemany (director) y Miguel Yarull (guionista), compartieron en INTEC los principales mensajes de su obra ante decenas de estudiantes que disfrutaron hasta el final de la proyección
Daryelin Torres / daryelin.torres@intec.edu.do
“La Gunguna”, la historia que creó el egresado de Ingeniería Civil del INTEC, Miguel Yarull (guionista), con Ernesto Alemany como director, tiene algunos mensajes “encriptados”. Diálogos, música e imagen se coordinaron en una secuencia de metáforas que le ganaron 18 de las 22 categorías de los premios locales La Silla, incluyendo la Mejor película Dominicana 2015. El equipo sigue cosechando éxitos en su camino a salas internacionales y al lanzamiento del DVD y el soundtrack, en 2016.
El equipo de la película compartió en noviembre con la comunidad inteciana durante una proyección gratuita en la Sala Ravelo, organizada por la revista La Colmena y el Centro de Innovación y Desarrollo Cinematográfico (CID-CINE) del INTEC, coordinado por Pablo Lozano.
Origen. La película se basa en el cuento “Montás” del libro “Bichán”, de Yarull, quien prepara una segunda edición para Amazon. El autor ganó dos veces premios del Concurso Literario de Casa de Teatro (1997 y 2004). Durante mucho tiempo el título propuesto para la película fue “Una de canallas”.
Tributo a Luis Días. Todas las armas que se presentan al principio de la película (“Mamá Tingó”, “Anaisa”, “Liborio”, “La Gunguna”) tienen nombres de canciones de Luis Díaz, uno de los cantautores dominicanos que más aportó a la música popular y la identidad musical nacional, fallecido en 2009. “La pistola “La Gunguna” -una pequeña calibre 22- es un personaje más, un hilo que conduce la historia con una maldición”, dice Yarull.
Actores, música y locación. La producción fue de Juan Basanta y participaron Juan Carlos Franco y Rafi Mercado. Cuenta Tugh Chi Hsu (“Don Chú”), que él nunca había actuado. De hecho, tiene una empresa de seguridad. Lo que más le ayudó en esta experiencia fueron las palabras de su director: “Vive el personaje”. Para Teo Terrero la película es una de las mejores producciones de los últimos tiempos, con un equipo que hizo su mejor esfuerzo. La banda musical, que le imprime el ritmo caribeño a la historia, es original de Rafael Lázzaro (Xuxi), que procuró expresar la dominicanidad como algo vanguardista. La película se filmó en Borojol.
Los extremos de RD. Muchas escenas evidencian las condiciones extremas que se viven en nuestra sociedad, del lujo a la pobreza, como cuando la Policía detiene al taxista que va con el obrero “Montás” y con “Puchi” en un carro, camino al hospital. “Puchi es un “looser”, dice Alemany, pero evidentemente con más posibilidades que Montás. “Tal vez es hijo de alguien con poder -no queda claro de quién-. Habla inglés, oye rock, tiene la cabeza en Miami, es “blanquito”. A Montás la misma Policía lo había detenido antes de llegar a su casa y le quitó los RD$500 que se ganó trabajando, sin que pudiera evitarlo y ya estaban a punto de hacerlo otra vez en el taxi cuando Puchi le entrega al agente una tarjetica y los dejan pasar. No importó que anduviera tarde en la noche, borracho por un barrio, con una pierna rota. Dos personajes en la misma situación, pero con diferentes derechos, gracias a lo que implica una tarjeta.
Retazos de la historia. El guión original no contemplaba como personajes a los traficantes puertorriqueños de mujeres. Sin embargo, a través de ellos se planteó por qué es codiciada la pistola y el aspecto histórico con imágenes reales de la visita del dictador Rafael Trujillo a Francisco Franco (1954), que fueron identificadas en uno de los archivos histórico-culturales de Madrid.
Todos somos grises. Montás es el personaje con los valores más nobles de la película, pero eligió llevarse la pistola y no ayudar al prestamista en su pelea con el trabajador haitiano, a pesar de que era el único que podía haberlo salvado. “Nadie es totalmente bueno ni totalmente malo”, aclara Yarull.
La fuerza del cine. “El cine es la herramienta más fuerte de exportación cultural”, afirma Alemany. “Todos hemos llegado a saber qué es un “boludo” para los argentinos o un “gilipollas” para los españoles porque nos familiarizamos con los términos y elementos culturales de sus películas y traducciones. Los dominicanos hablamos como hablamos, nos comemos las “s”. No podemos hacer un guión ni buscar actores con un tono neutral para que se entienda. El contexto de una escena puede dejar claro qué significan “lo’ cuarto'” para los dominicanos, por ejemplo”.
Sobre el cine comercial. Para Alemany “La gente consume el cine como entretenimiento, no como arte. Por eso existen, y deben seguir existiendo, las películas comerciales, porque las ganancias que generan esas más taquilleras financian los equipos y el personal para que se haga cine de autor, obras concebidas como arte”.
Directores que admiran. Stanley Kubrick (Dr. Strangelove, 2001: Una odisea del espacio).
FOTO: Tomada del teaser original de la película “La Gunguna”